Durante todo el viaje de regreso, Yu Lili estuvo en un estupor aturdido. Cuando el taxi llegó a su casa, se necesitaron varios gritos del conductor para que recobrara el sentido y se diera cuenta de que tenía que bajarse.
Pagó la tarifa del taxi y buscó a tientas las llaves de su casa en el ascensor. Solo había estado fuera un día, pero su apego emocional al lugar era evidente.
Aunque era un apartamento alquilado, era el único lugar del mundo al que podía llamar hogar. Yu Lili ingresó el código de acceso y abrió la puerta con sus llaves. El apartamento estaba completamente oscuro cuando ella entró.
Siguiendo su memoria sobre dónde estaba el interruptor, Yu Lili se abrió camino en la oscuridad. Cuando encendió las luces, de repente se escuchó un crujido desde más adentro del apartamento.
Escuchó el sonido de un par de zapatos de tacón alto. Yu Lili de repente se puso en guardia. Al mismo tiempo, un saludo estridente llenó el aire, "¡Sorpresa!"
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