Li Sicheng marcó el número de Song Yifan. Salió del hospital y se metió en su coche. Song Yifan no contestó. Cuando lo llamó la segunda vez, Song Yifan al fin respondió.
Con el mismo tono de siempre, Song Yifan habló:
—¿Hola?
—Papá Song.
Song Yifan se alegró de inmediato al oír eso y se paró en seco. Su Qianci empujaba un carrito de compras frente a él.
—¿Está mi mujer contigo?
Su Qianci miró hacia atrás y vio que Song Yifan sujetaba el teléfono, dubitativo. Ella sabía quién llamaba. Sacudiendo la cabeza, hizo una mueca con los labios, fingiendo que lloraba.
Aterrorizado, Song Yifan respondió enseguida:
—No, ¿por qué iba a estar conmigo? ¿No está en casa?
—Bueno...
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