Las palabras de Morrison hicieron que Qi Feng pareciera mucho más feliz. Miró silenciosamente sus propias piernas, y después de un largo rato, sus labios se curvaron hacia arriba.
"Estas piernas han perdido la sensación durante seis años. En estos últimos seis años, he olvidado cómo es estar de pie." Se podía oír una frialdad en su voz áspera. Cuando Morrison se giró para mirarlo, no fue difícil captar un indicio de oscuridad en los ojos de Qi Feng.
Morrison sabía lo que Qi Feng estaba pensando, así que no pudo evitar suspirar. "Maestro, te pondrás mejor. Han pasado seis años. Pase lo que pase, no podemos resignarnos a esta adversidad."
¿Resignarse a la adversidad?
Cuando escuchó estas palabras, Qi Feng reveló una sonrisa severa.
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