La atmósfera en el auto se volvió pesada. Ni siquiera Xi Xiaye tenía ni idea de cómo responder.
—Fui yo quien se casó y tuve miedo de que ella pudiese cambiar de opinión. Ya sea que lo discutiéramos o no, el resultado final habría Sido el mismo —la voz tranquila de Mu Yuchen vino del frente después de un breve momento.
Zhuang Shurong contrajo el espacio entre sus cejas: —Chen, aunque no seas considerado con tus padres y abuelos, siento que necesitas respetar a su familia.
—Madre, mi abuelo y mi madre son bastante abiertos de mente y estoy segura de que no van a hacer las cosas difíciles para nosotros. Soy yo quien…
Xi Xiaye intentó defender a Mu Yuchen, pero él la interrumpió antes de que ella pudiera terminar su frase: —Eso es suficiente. Ya estamos casados y eso no es algo en lo que debamos estar pensando ahora.
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