No esperaban que la misteriosa persona fuera una mujer muy joven y bonita. Pero entonces, todos se dieron cuenta de que cualquiera que pudiera aparecer allí no podía ser una persona común. Y como era de esperar, podían sentir un aura peligrosa proveniente de la joven mujer. Al sentir eso, Thorne subconscientemente le preguntó a la joven quién era, con su mano agarrando firmemente su Gran Espada de la Llama Carmesí.
Thorne encontró a esa mujer bastante intimidante...
A pesar de que ella caminaba lánguidamente, Thorne podía sentir una presión tangible ya que cada paso que daba lo ponía tenso.
Inconscientemente, el sudor frío ya goteaba...
—¡Eres muy gracioso! Entraste en mi casa y ahora me preguntas quién soy... —La joven y su niebla blanca se detuvieron a una docena de metros del grupo. Sus fríos ojos se abrieron paso entre la multitud, una expresión de odio apareció en su rostro—. ¿No sabes que esto es muy grosero?
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