Los lobos vestidos de oveja estaban tramando algo grande. El Anciano Shen suspiró con igual medida de sorpresa y decepción.
—La crisis más grande de la historia de la humanidad acaba de estallar y ya están listos para desgarrarse unos a otros. Este grupo de ingratos... ¿han olvidado quién los salvó?
Fue Xinghe quien impidió que He Lan Yuan destruyera el mundo. Xinghe dijo objetivamente:
—Este es el mejor momento para que ellos actúen. Nuestra crisis es su oportunidad. Además, es en tiempos como estos que el cambio vendrá frecuentemente.
El anciano Shen, por supuesto, entendía todo esto, pero eso no disminuía su furia.
—No es nada nuevo que esos países quieran atacarnos, pero lo peor es esa Tong Liang. Como alguien de Hwa Xia, ¡tiene la audacia de vender su propio país! Este tipo de traidor nunca debe ser perdonado. Desafortunadamente, no tenemos ninguna evidencia contra ella ahora o yo personalmente iría a acabar con ella!
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