Xinghe no fue engañada por él. Ella dijo suavemente: —Dime, ¿por qué pediste verme?
Saohuang sonrió malvadamente.
—Porque sabía que querrías verme.
—… Saohuang predijo que necesitaríamos su cooperación.
—En realidad, hay una pregunta que se me ha quedado grabada en la cabeza, pero no puedo encontrar la respuesta por mi cuenta, así es que quería preguntarte en persona —dijo Saohuang.
Xinghe le siguió la corriente.
—¿Qué pregunta?
—¿Conoces a Xia Meng? —preguntó directamente Saohuang. Xinghe estaba un poco sorprendida por esta pregunta.
—¿Y qué si lo hago?
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com