—Abuela, ¿Quién te habló sobre el accidente de auto de Xiao Liuliu? —Le interrogó Yu Yuehan con sus ojos entrecerrados.
La Matriarca Yu estaba impresionada. Un aire dubitativo se observó en su rostro bondadoso.
Al tiempo que se disponía a responder, el Mayordomo se dirigió hacia Yu Yuehan y murmuró algo en voz baja.
De inmediato, la mirada de Yu Yuehan se volvió glacial.
Esa aura, que rechazaba a la gente desde lejos, rápidamente apareció.
Antes de que Nian Xiaomu pudiera detectar lo ocurrido, una gruesa voz se escuchó desde fuera del comedor: —Me preguntaba por qué no había ni un alma afuera. Al parecer todos están comiendo. ¿La Joven Tía vino a la hora equivocada?
Una mujer de mediana edad, con apariencia arrogante y vestido lujoso, se pavoneó hasta el comedor.
Habló de llegar a la hora equivocada, pero no parecía sentir pena por ello.
Sus ojos sólo revelaron un lado tímido cuando observó a Yu Yuehan, pero velozmente se esforzó por parecer impertérrita.
—¿Ocurre algo? —Le preguntó Yu Yuehan directamente, levantando su ceja y sin ninguna intención de dar un saludo formal.
Inclinó su imponente cuerpo contra el espaldar de su silla con su postura ladeada.
Su rostro frío y elegante (con su encanto y aire aristocrático) era suficiente para erizar la piel de la espalda de Cheng Xiulu; bastó una mirada. Tanto era así, que rápidamente ella adoptó una expresión de arrogancia en su cara.
Ella evitó la mirada de Yu Yuehan y observó a la Matriarca Yu, quien se sentaba en el centro de la mesa.
—Madre, le dije que Xiao Liuliu estaba bien. ¿Por qué vino aquí de todas formas?
Cheng Xiulu se inclinó hacia adelante con expresión ansiosa. Simuló como si la hubiera acompañado apresuradamente porque estaba preocupada por la Matriarca Yu.
Después de hablar, giró su cabeza y miró a Yu Yuehan.
—Yuehan, tu Joven Tía se equivocó. Accidentalmente, le dije que Xiao Liuliu había tenido un accidente de auto cuando la visité para conversar con ella. Esto la preocupó tanto que quiso visitar a Xiao Liuliu de una vez.
Al escucharla, los profundos ojos de Yu Yuehan se pusieron fríos como el hielo.
¡Era como si un destello de escarcha se dirigiera hacia Cheng Xiulu!
La familia Yu tenía una extraña línea de descendencia y, su padre, era el único hijo de la Familia Yu relacionado con la generación de su abuelo.
Fue una lástima que falleciera en la flor de su vida.
Desde temprana edad, Yu Yuehan creció con sus abuelos y tomó las riendas de la compañía.
Sorpresivamente, un hijo ilegítimo apareció cuando su abuelo estaba en estado de gravedad. Ese niño era su Joven Tío.
En ese momento, El Viejo Amo Yu ya se encontraba en su lecho de muerte.
Luego de pasar por el penoso dolor de perder a su hijo, su único deseo era que su hijo más pequeño regresara a la familia legítimamente, luego de andar errante durante años.
Para evitar cualquier posibilidad en lo referente a los derechos de sucesión de la Familia Yu, el Viejo Amo Yu elaboró un testamento antes de traer a su hijo más joven, Yu Huiwei.
Yu Yuehan heredó todos los bienes de la Familia Yu.
Yu Huiwei únicamente heredó el derecho a permanecer en la mansión familiar Yu, al igual que algunos bonos de la compañía.
Mientras estuviera satisfecho con su asignación, no tendría que preocuparse por el dinero.
No obstante, fue una lástima que El Viejo Amo Yu (quien había sido inteligente durante toda su vida) haya tomado una decisión equivocada antes de su muerte.
La ambición de Yu Huiwei no implicaba solamente la de ser un hombre holgazán.
Apenas regresó a la Familia Yu, hizo un intento en vano de entrometerse en los asuntos corporativos. Luego de que Yu Yuehan impusiera una medida estricta al impedir que se involucrara en los asuntos de la compañía, fijó su objetivo en la mansión de la Familia Yu.
¡Por ende, la sospecha más importante sobre su implicación en el accidente de auto de Xiao Liuliu recayó sobre él!
—Yuehan, sé que esta vez fue mi culpa. No debí alertar a tu abuela sobre esto ya que su cuerpo está frágil. Pero al mismo tiempo me preocupé por Xiao Liuliu…
Cheng Xiulu explicó apresuradamente de una manera hipócrita al notar su extraña expresión glacial.
Yu Yuehan tenía todo el poder dentro de la Familia Yu.
Era el Joven Amo, suspendido en el aire, también el hombre que detentaba el poder más alto dentro de la Corporación Yu (aunque tuvieran toda la intención, no se atrevían a ofenderle abiertamente)