Cuando abandonó la residencia nro. 47 sobre la Calle Blackhorn, Klein ya había inferido la situación general de Wendt.
Se disfrazó de policía y entrevistó a varios de los vecinos de Wendt para indagar más.
«La Isla de Symeem, la isla en el extremo más lejano del Archipiélago de Rorsted. Desde Bayam, se tarda de cuatro a cinco horas en llegar en barco, y sólo hay dos viajes al día, a las 09:00 a.m. y a las 10:00 a.m., respectivamente. Los padres de Wendt hace tiempo que murieron y él no tiene parientes. La única persona relacionada a él es una chica que no podía olvidar, Raine. Es el blanco perfecto para mi primer intento de una verdadera actuación como otra persona. Pero de sólo pensar en cómo tengo que confesarme en nombre de Wendt, me siento tan incómodo... Si la chica está acepta mi confesión... Maldición, ¿cómo se supone que debería terminar algo como eso...» Pensó con una expresión problemática en su rostro.
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