Dentro de la sala, por órdenes de Baiwei Monte Norte, la sirvienta había salido del corredor hasta el pasillo principal. Al escuchar las palabras «Hada de la Cítara, ¿estarías dispuesta a aceptar una invitación para venir a mi sala?», no pudo evitar sentirse aturdida y gritó:
—Señor, el joven maestro Baiwei Monte Norte también desea que vaya con él.
La señorita Ziyi, que se encontraba junto a Hada de la Cítara, se sorprendió al escuchar esto. Momentos después se echó a reír.
—Joven maestro Zorro, el joven maestro Baiwei también está invitando a Hada de la Cítara a hacer una visita —dijo la señorita Ziyi.
—Baiwei Monte Norte, ¿también vas a invitar a Hada de la Cítara? —dijo esa voz profunda de modo petulante—. ¿Por qué no habías dicho nada al respecto? No te escuché decir nada. Si vas a invitar a alguien, tienes que mostrar algo de entusiasmo.
—¿Cómo podría ser tan tosco y grosero como tú? —respondió Baiwei Monte Norte con una risa fría.
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