18 de marzo, era un día soleado.
La temperatura en la ciudad del Emperador era cada vez más caliente puesto que era el comienzo de la primavera. La gente ya no llevaba sus gruesos abrigos y chaquetas de algodón. Recuperaron su espíritu como antes.
El sol acababa de salir por la mañana. Era soleado, y no había nubes en el cielo azul.
Un débil resplandor vino del sol.
Lin Huang arrastró a sus viejos amigos al puesto de dumplings de la tía gorda temprano en la mañana.
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