Las condiciones de Shi Feng eran bastante duras.
El gerente Xiao frunció las cejas al escucharlas. Su expresión se volvió un tanto sombría, y no supo qué hacer.
Si Shi Feng solo hubiera querido algunas de las acciones de Osa Mayor, podría aprobarlo fácilmente él solo. El presidente de Osa Mayor también estaría de acuerdo con la decisión del gerente Xiao. Sin embargo, era una historia diferente si Shi Feng quería ser miembro de la Junta Directiva.
El gerente Xiao no tenía la autoridad para tomar esa decisión.
La Junta Directiva controlaba todos los aspectos de Osa Mayor. En otras palabras, tenía autoridad absoluta. ¿Por qué permitiría a un extraño tener acceso a ese poder?
Además, Shi Feng también había demandado el permiso para establecer un área de entrenamiento que estaría únicamente bajo su supervisión. Esa solicitud era equivalente a cortar una porción del centro y dársela a Shi Feng. Era aún más difícil que su primera petición.
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