Esas figuras extrañamente sonrientes en las pinturas comenzaron a distorsionarse. Sin embargo, ¡solo podían observar mientras las llamas quemaban sus cuerpos! Porque estaban selladas dentro de las pinturas. Estas las protegían, pero también las restringían.
Y el fuego de Madeline podría perforar directamente sus defensas, quemando sus cuerpos principales.
En un instante, además de la pintura de Chica Sin Cabeza, que no se vio afectada porque estaba completamente vacía, los habitantes del resto de las pinturas se quemaron limpiamente.
Se oyeron miserables chillidos. Parecía que innumerables personas estaban siendo enterradas en el fuego.
Los soldados estaban extremadamente motivados. La expresión de Madeline no cambió cuando dijo desdeñosamente: ––Cosas mugrientas.
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