Para ser honestos, el había intentado más de una vez que Huo Mian abortara cuando ella estaba embarazada de las gemelas porque no quería que tuviera hijos que no fueran de él. Sin embargo, por alguna inefable razón, después de que las gemelas nacieran, se enamoró de ellas en el momento que vio sus rostros. Por más de que había podido verlas muy pocas veces a lo largo de los últimos tres años, Huo Siqian las trataba con adoración siempre que podía. Las miraba como si fueran sus propias hijas.
Frijolito se asustó un poco al ver a Huo Siqian. Retrocedió para esconderse detrás de Qin Chu, que le apretó con fuerza la mano. Pudin, por otra parte, lo observó con frialdad.
—Señor Huo, debe haberse equivocado. Solo tenemos dos tíos, Jing Zhixin y Ni Yang. ¿Quién se cree que es?
—Hey, ¿por qué hablas así? ¿A caso tus padres no te enseñaron a ser amable? —Yan Ruoxi intervino inmediatamente para defender el honor de Huo Siqian.
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