—Recién...
—¡Dios mío, es increíble! ¿En dónde está ahora?
—En un hospital privado que le pertenece a nuestros negocios familiares...
—Es increíble, felicitaciones por haberte convertido en padre, Wei Liao —dijo Huo Mian mientras lloraba de felicidad. Ese era el suceso más feliz en el grupo desde el casamiento de Zhu Lingling.
—Gracias, Huo Mian. A Xiaowei le preocupaba que tú te preocuparas así que me pidió que te llamara a ti primero.
—Espera, me emocioné mucho y me olvidé de preguntar, ¿es niño o niña?
—Huo Mian, ¿te olvidaste de que nos enteramos que sería un niño cuando el embarazo estaba a medio camino?
—Jajaj, mírame, el embarazo en serio vuelve tontas a las mujeres. No me extraña que Xiaowei dijera que no estoy tan lista como antes, ¡tiene razón! —Huo Mian rio y se burló de sí misma. —¿Fue parto natural o cesárea?
—Parto natural... El niño pesa 3,300 kilogramos y ambos están muy bien.
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