Pero hay que aclarar que también hubo otros detalles bastante destacables. Mi apariencia se volvía cada vez más distinta a la del resto de la familia Weasley. Mis rasgos se llegaban a diferenciar mucho de los de ellos, no tenía ni los ojos, ni cabello o la piel que tenían todos los demás, ni el más mínimo parecido. Mi piel se tornó de un blanco liso, sin ninguna marca ni pecas en mi rostro, además de ser suave y esponjosa; tanto mis uñas como mis corneas se oscurecieron un poco, seguían siendo blancas pero no tan claras, y mis rasgos faciales se afinaban dando una sensación de belleza, elegancia e intimidación.
Harry Potter: Red Weasley El Extraño Mago Rojo
Book&Literature · Emanuel_Alegre
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