Nico se sacó la capa del Ministro y tras dejarla sobre su escritorio salió de su oficina y de la torre del Ministerio para dirigirse directamente hacia la casa de Sasuke. Al cabo de unos minutos se encontraba golpeándole la puerta con desesperación.
Sara fue quien abrió y al verlo se avalanzó a él besándolo con voracidad.
Pero se alejó de ella y entraron a la casa para cerrar la puerta con fuerza. Sasuke salió de su cuarto y al verlo supo que algo no andaba bien. Su amigo se veía desesperado en verdad. Al verlo al moreno, Nico dijo:
– Sasuke....es Briam.....está en peligro....
– ¿Cómo dices? – tanto Sasuke como Sara preguntaron al unísono.
– Fue Sakura, tu esposa – Nico estaba pálido –Ella me atacó esa noche y....es ella quien se llevó a Briam.
Ninguno de los dos daba crédito a lo que oían. ¿Cómo poder creerlo si se trataba de su esposa y su madre?. La mujer que más confianza tenían ambos. La última persona que se imaginaron, además era la mejor amiga de Nico.
– Mentira – dijo molesto Sasuke – Solo estás inventándolo.
– Por eso no quería decírtelo, sabía que no me creerías.
– Amor ¿hablas en serio? ¿De verdad fue mi madre quién....te atacó y ahora secuestró a Briam?
– Si, lo siento Sara pero....es verdad. Ella me odia en realidad.
– ¡Sakura nunca te ha odiado! – Rugió Sasuke.
Nico se desesperaba cada vez más ya que su hijo peligraba. Había creído que recurrir a su mejor amigo y mayor apoyo era lo mejor. Ahora empezaba a dudarlo. Quizás deba suicidarse tal como Sakura se lo exigió pero no quería morir, maldita sea.
– No solo me odia sino que me acusa de violar a Sara y planea matar a Briam si no me suicido en menos de 50 minutos.
– ¿Cómo? – Sara sintió una intensa furia crecer desde su interior – ¡Esa perra!
– Sara no hables así de tu madre – la regaño Sasuke.
– ¡Ya no es mi madre! Amo a Nico y no dejaré que esa perra se lo lastime....ni a él ni a mi mejor amigo Briam. Tú haz lo que quieras.
Sara le dijo al Ministro dónde posiblemente podría estar Briam y la loca de su madre. Se disponía a ayudarlo a buscarlo.
Sasuke miró con mayor detenimiento a su amigo en busca de algún rasgo que lo delate y le confirme que mentía, pero para mayor asombro suyo solo vió la verdad. Nico estaba siendo sincero, significaba que su esposa era una desconocida en realidad.
– Nico ¿qué fue lo que te dijo Sakura? – le preguntó con dolor Sasuke.
– Que nadie en su sano juicio podría amarme, por eso afirmaba que abuse de Sara ya que ella ignora lo que es el amor además.
– Está loca – dijo furiosa Sara.
– Si lo está, pero esa loca tiene a mi hijo.
Sasuke junto a su amigo y a su hija salieron de la casa y fueron a la antigüa aldea, más concretamente al antigüo hospital de la vieja aldea donde seguramente estaría Briam.
No dijeron nada a nadie más, para evitar que el rubio menor sea herido. Al entrar al viejo y derruido hospital Nico empleó sus habilidades como hechicero para rastrear el kit a su hijo. Así lo detectó en poco tiempo, pero allí también estaba Sakura y así se los hizo saber a ambos.
Sakura empleó el kit para utilizar su fuerza monstruosa y así atacar e impedirles que lleguen a Briam, quien estaba inconciente entubado mientras era torturado. Cada tanto el oxigeno se cortaba y por tres minutos el rubio menor permanecía atrapado sin poder respirar, recién cuando se sentía enloquecer, el oxigeno regresaba a sus pulmones. Por más que lo intentaba no lograba despertar.
"Papá.....ayúdame por favor....es Sakura....papá.....no soporto más"
Nico y Sasuke buscaron a Sakura para enfrentarla mientras Sara buscaba a Briam. La peliroja al verlos enfureció de odio.
– ¡Maldito seas Nico! ¡Pusiste a mi marido en mi contra! Pero la pagarás caro.
– Basta Sakura – dijo Sasuke.
– ¡Nico me arrebató a mi familia! ¡Ahora yo le haré lo mismo!
Diciendo aquello golpeó con fuerza el suelo, provocando un movimiento císmico que ocasionó que la máquina que suministraba el oxigeno a Briam se averíe, quedando sin poder respirar el rubio menor.
Sara aún no lograba llegar a él pero sabía dónde se encontraba. Debía apurarse. Nico la atacó con fuerza junto con Sasuke pero Sakura era una hechicera fuerte y conocía a la perfección el lugar. Los ecos de sus carcajadas enloquecidas se oían por doquier.
Briam, en tanto, empezaba a desesperarse y haciendo un gran esfuerzo fue derribando el muro de la anestesia para ir despertando.
"Papá...me estoy muriendo....por favor....ven pronto....no quiero dejarte solo....papá....¡PAPÁ!"
En ese momento el tubo que lo aprisionaba fue desintegrado por Sara, el líquido fue drenandose y Briam respiró bocanadas de aire con gran desesperación mientras abría los ojos. Sara lo sujetó con suavidad.
– Respira Briam.
– S-Sara....f-fue tu mamá....
– Lo sé Briam y lo siento. Pero ven conmigo.
Lo sacó de allí, el rubio menor estaba muy debilitado pero intentaba recuperarse lo más rápido posible.
Sabía lo que Sakura le pudió a su papá para negociar su vida.
– Papá...él va....
– No Briam, no lo hará. Está con mi papá enfrentando a la loca de mi mamá
– ¿Y qué te hace pensar que tu padre ayudará al mío? Después de todo se trata de tu mamá, su esposa.
– Mi padre nunca traicionaría al Ministro, menos por una loca como mi madre.
El enfrentamiento entre el equipo naranja, como solían hacerse llamar cuando tenían la edad de sus hijos, llegó a su fin cuando Nico y Sasuke neutralizaron a Sakura. Sasuke la mantenía inmovilizada mientras Nico corría hacia su hijo quien lo abrazó con fuerza dentro de lo posible.
– Papá, menos mal que no cediste al pedido esquizofrénico de esa loca.
– ¡Maldito! ¡Infringiste la ley y deberás pagarlo! – rugía Sakura.
– ¿De qué hablas Sakura? – intervino Sasuke – Estás desvariando.
– ¡No es cierto Sasuke! ¡Es tu hija también!
– Él no infringe ninguna ley – dijo Sara – En cambio tú sí.
Llevaron a Sakura ante los guardias hechiceros del Ministro y la prisión. Fue acusada de traición a la aldea y le diagnosticaron demencia y esquizofrenia.
Sasuke se divorció de ella, ya que hacia tiempo que había dejado de amarla y nunca le perdonaría haber atentado contra la vida de dos de las tres personas más importantes para él.
Por supuesto que nadie creyó las acusaciones de la peliroja, sin embargo Sara y Nico sabían que tenían que ser mucho más discretos.
Ya en casa Briam se fue a duchar para relajarse. Nico permanecía en su habitación meditando sobre lo sucedido. Amaba a Sara pero también amaba ser el Ministro de la aldea. Sin embargo no podía tener ambas cosas. Si o sí debia elegir a uno.
Cuando Briam estuvo listo fue a la habitación de su padre ya que lo necesitaba. Al entrar vió su dolor reflejarse en su rostro. Estaba en una encrucijada que lo desbastaba por dentro. Lo abrazó con fuerza para demostrarle que no estaba solo.
– Tomé una decisión Briam.
– Quiero que sepas que tienes mi apoyo papá, mientras pueda estar a tu lado.
– Siempre permanecerás a mi lado.
Al día siguiente llegó a la torre del Ministerio y llamó a Sasuke, a Sara y a su hijo. Le pidió a Santi que los deje solos. Cuando los cuatro estuvieron solos el Ministro empezó.
– Saben lo que sucede aquí. Sasuke, tú me conoces y sabes lo mucho que trabajé para llegar a ser el Ministro
– Siempre fue tu sueño Nico – dijo el moreno.
– Sara sabes que te amo más de lo que pude llegar a amar a mi difunta esposa.
– Si mi amor y yo te amo también.
– Todos aquí saben lo estrictas que son las leyes para con el Ministro y su vida privada – continuó Nico – Por otro lado....está Sakura....ella nunca me quiso pero al menos me toleraba hasta que....se enteró sobre lo nuestro Sara....y....arruiné tu matrimonio Sasuke....
– No Nico, yo había dejado de amarla hacía tiempo. No estabamos en buenos términos.
– Es cierto mi amor, mis padres no estaban nada bien.
– Como sea...Sakura enloqueció en su afán de proteger a su hija.
– No – dijo Sara – Sakura, mi madre, enloqueció porque debido a su obseción por mi padre perdió su amor y estaba celosa de que tú y yo si nos amabamos con sinceridad pese a los múltiples problemas mientras que ella no lo pudo hacer con mi padre aún teniendolo tan fácil.
Tanto Sasuke como Nico sabían que Sara decía la verdad, aún así el Ministro tenía su decisión tomada ya y no pensaba dar marcha atrás. Miró a Sasuke antes de seguir.
– He corrido tras de tí durante casi toda mi adolescencia Sasuke.
‐ Lo sé amigo, lo sé.
– Por eso no soporto la sola idea de perder tu amistad. Sé que no apruebas mi amor con tu hija.
– Nico yo....
– Es la verdad Sasuke y lo entiendo.
– ¿Y eso qué importa? –dijo ella – Nos amamos ¿cierto?
– Cierto Sara pero debo tomar una decisión – dijo Nico – No puedo seguir contigo y siendo el Ministro de la aldea.
– Lo sé.
– Debo tomar una decisión y ya la tomé – los tres lo miraron ansiosos – Te amo Sara, jamás amaré a alguien como te he amado a tí. Pero también quise ser Ministro, era lo que siempre me motivó para seguir adelante. Fuí reconocido por todos en la aldea y llegué a ser el Ministro esforzándome muchísimo, ya que a mí me costó más que a otros. – Nico miró a su amada con infinita tristeza – Por eso mi decisión es seguir siendo el Ministro de la aldea y matar este amor que nunca debió nacer – Sara lloraba en silencio mientras negaba con la cabeza tapándose la boca para no gritar – Además así tendrás la oportunidad de conocer a alguien de tu edad y amarlo libremente.
– ¿Hablas en serio....mi amor?
– Por favor Sara no vuelvas a llamarme así – dijo con repentina frialdad – Y si, estoy hablabdo muy en serio. – Luego miró a Briam – Y para poder sostener mi decisión necesitaré de tu ayuda continuamente....hijo mío.
– Tal como te dije anoche papá, cuentas con todo mi apoyo siempre.
– Gracias Briam.
– ¡No! – rugió ella – ¿En serio crees que podrás decidir tú solo todo?
– Así se hará Sara – dijo fríamente Nico – Soy el Ministro y por ende quien toma las decisiones aquí.
– ¿Hablas en serio?
– Si.
– Sara....hija....
– ¡Callate! – rugió ella luego se quitó la banda que la tildaba como hechicera de la aldea – En ese caso dejo de ser hechicera de esta aldea.
– Negativo – dijo el Ministro – Sasuke – el moreno sujetó a su hija con fuerza.
– ¡Sueltame!
– Soy el Ministro y tú te quedas aquí quieras o no.
– Hija....tranquila.
– Si alguna vez me amaste Sara, te colocaras nuevamente la banda y seguirás siendo hechicera de esta aldea.
Sara lo miraba con intenso dolor y furia, ella lo había amado tanto y aún lo amaba. Pero él elegía ese odioso puesto de Ministro diciéndole hipócritamente que la amaba.
– Todavía lo amo Ministro, pero aprenderé a odiarlo con cada fibra de mi ser. Y ruegue que no esté embarazada porque de ser así, sépalo bien, mataré a su hijo. – Luego miró a su padre y a Briam quienes la miraban horrorizados – Ustedes son testigos.
– Sara – dijo el Ministro.
– No me dirija la palabra – se volvió a colocar la banda de hechicera y salió de la oficina del Ministro.
– Yo iré tras ella papá – diciendo aquello Briam salió.
Nico cerró los ojos apoyándose en su sillón, se veía agobiado.
– Sasuke.
– Lo sé amigo, lo sé – Nico se levantó y fue junto a Sasuke quién lo abrazó con fuerza mientras el rubio lloraba amargamente.
– La amo tanto Sasuke tanto.
– Yo te apoyaré también amigo mío, calmate.
– ¿Crees que hice lo correcto?
– Elegiste aquello que tanto deseaste lograr.
– No respondiste.
– No se la respuesta, solo la sabes tú mismo amigo.
Nico no podía dejar de llorar pero no daría marcha atrás. Él era el Ministro y podría ser su padre. Sara se merecía ser amada por alguien de su edad y con menos problemas que su persona.
– Gracias Sasuke.
Fuera de la torre del Hokage Sara lloraba en el hombro de su amigo Briam sin consuelo, ella lhabía confesado que le dijo al Ministro eso del hijo solo para molestarlo ya que de saber que podría estar embarazada jamás podría matarlo, más bien procuraría asegurarse que nada le falte.
– Ojalá me encuentre embarazada de él – le decía a Briam – Así tendría algo suyo para siempre ya que....lo amo tanto...y duele...duele mucho....
– Lo sé amiga pero ya pasará.
La abrazó tiernamente intentando consarla ya que después de todo ella era su mejor amiga.