495 Recompensa

La larga espada parecía ordinaria, irradiando un suave brillo pero decidida. Cuando el púrpura plateado de los ojos de Natasha se volvió puro como el cristal, dos hendiduras ilusorias que parecían que podrían dividir el mundo aparecieron en la hoja de repente. En apenas un segundo, la espada había alcanzado la cabeza de Congus.

La parte vital de un Lich no era su corazón o su cuello. Solo al dañar la cabeza, donde residía el alma, uno podía herir con eficacia a un Lich.

Bajo el peso de Justicia Tenue, aparecieron grietas transparentes en la monótona mezcla de negro, blanco y gris. Dos puntos rojos parecidos a agujas se revelaron en la parte interior.

"Puff..." Sonaba como si la espada acabara de cortar un trozo de madera podrida. Todos los hechizos de defensa excepcionales fueron invalidados por el poder de la misteriosa existencia en el Mundo de las Almas.

—¡Ah! —Un grito resentido y penetrante estalló.