929 929 El Padre de Tong Liang

El grupo de Xinghe tardó bastante tiempo en llegar al hospital. Sin embargo, la seguridad en el hospital era aún más estricta. Casi nadie tenía permitida la entrada, ni siquiera las personas más importantes.

Un general militar estaba de pie vigilando la entrada del hospital; su unidad estaba equipada con armas, y parecían estar listos para disparar. Aquellos que se acercaran, quienquiera que fuera, serían escaneados de pies a cabeza por sus agudas miradas. Incluso después de que Xinghe les notificara su propósito e identidad, le mostraron la puerta.

—¡Lo siento, pero nadie puede entrar por ahora! No importa quién es usted, no puede entrar a menos que tenga el permiso del oficial superior —dijo el general con una voz que no admitía discusión alguna.

—¿Quién es su oficial superior? —preguntó Xinghe.

—¡Oficial Tong Tianrong!