Para cuando terminó de hablar, la crueldad de la situación había congelado la sangre en sus venas. Estaban destinados el uno al otro y, sin embargo, su destino era peor que el de los lobos sin pareja.
Cassandra deseaba poder perdonar y olvidar, pero la imagen del cuerpo desnudo de Kela y su miembro enterrado profundamente en ella estaba quemada en sus ojos para siempre.
Un dolor constante había nacido dentro de su pecho, especialmente en el lugar donde él la había apartado. Se iba a convertir en una parte permanente de ella, aumentando constantemente con cada día que pasaba.
Sus palabras convertían su corazón en un desierto, ella era su agua, la fuente de vida, su única luz.
—Yo… haré lo que dices. No entraré en tu cámara ni intentaré tocarte. Gracias por quedarte —respondió él con voz quebrada.
—No lo estoy haciendo por ti. Lo hago por la manada —le dijo ella secamente, ignorando el dolor del vínculo en su pecho y reprimiéndolo.
webnovel.com で好きな作者や翻訳者を応援してください