webnovel

O Parte XIII: La ñusta Vera (I)

El cuerpo de Inti ya estaba en lo alto cuando me levanté.

Curiosamente no fueron los rayos del sol los que me despertaron sino la fuerte discusión que se estaba desarrollando entre Vera y Don Mito.

La discusión era muy fuerte, Don Mito parecía muy molesto, gritaba y gruñía a cada rato, mientras que Vera aunque también parecía gritar se le escuchaba menos, talvez por que no era su naturaleza el alzar la voz.

La discusión llegó aún alza y se oyó un golpe en la puerta. Vera había salido llorando de su hogar.

Ni siquiera tuve esperar mucho para escuchar otro golpe en la puerta, supuse que era Don mito yendo a trabajar en la pesca.

Salí de mi habitación con cautela, tratando de tantear la situación. No tuve resultado, por que Doña Melo me recibió con una sonrisa sospechosa.

— Disculpe toda esta situación, mi hija no se tomó nada bien el matrimonio, pero ya entenderá. He preparado comida para ti, están esas ollas de allí. Come cuanto quieras, de todas formas, nadie lo comerá —

Luego de decirme eso, se fue a la parte de atrás y comenzó remojar la ropa.

Comencé a comer de las ollas, en la primera había choclo y en la segunda algunos pedazos de pescado con sal. Todo estuvo rico, a pesar de que estaban algo fríos. Después de años de alimentarte de gusanos y frutas, el sabor de la carne de pescado es celestial.

Terminé de desayunar y me dirigí a la parte de atrás de la casa para ayudar a Doña Mela.

Viendo a Doña Mela restregar y golpear con la ropa una tabla de madera, ofrezco mi ayuda.

— ¿Puedo ayudarla a lavar? —

La Señora Mela asiente con la cabeza, y me dedico a estrujar ropa en una vasija de boca grande. Así pasó gran parte de la mañana. Luego de acabar de lavar, Doña Mela y yo corrimos hacia los cestos de tela y agujas para comenzar a cocer.

La costura como muchas otras cosas es un arte, nace de la practica y la necesidad. Es una lástima que mis habilidades para la costura sean apenas aceptables. Al final terminé con mis dedos vendados, y con una cara de misericordia de parte de Doña Mela.

Debido que era parte de la tarde, Doña Mela tenía que preparar comida para Don Mito y para sus hijos, fue entonces mi oportunidad para salir y ver el pueblo.

Recordando los caminos que pasé ayer, logré encontrar la zona de cultivos. Aquí era donde las familias trabajan para proveer de alimentos, pero esta en especial es enviada a todos los jóvenes de la Aldea para la producción y la vida social. Básicamente los jóvenes tenían el lugar para conversar y trabajar, y así no estar aburriéndose.

Si había un lugar en donde hubiera alguna pista de encontrar a Vera sería este.

Entre las cosechas había muchos jóvenes, con cuerpos descubiertos y repletos de sudor, algunas chicas los miraban arar la tierra con una vasija de agua en sus manos, otras conversaban bajo la sombra del techado.

Me acerque hacia un grupo de chicas, pero antes de que pudiera hablar una de ellas me vio y habló.

— No te he visto por aquí, ¿Eres la extranjera? —

Ella estaba vestida con colores coloridos, parecía que todo ser quería dar la impresión de deslumbrante.

— Mi nombre es Ymac, estoy buscando a la Ñusta Vera ¿La habrá visto por aquí? —

Al escuchar el nombre de Vera, la chica frunció los labios, como si algo sumamente desagradable estuviera en su presencia.

— Así que buscas a Vera, no, no la hemos visto por aquí. Pero seguro que debe estar por el viejo árbol de Ñique. Solo a ella le gustaría estar en tan sucio lugar —

Debido a comentario despectivo, supuse que no le gustaba Vera. Por lo que me di la vuelta y fui buscarla, no antes de agradecerle.

La chica mencionó un viejo árbol de Ñique, el Ñique es un fruto pequeño y redondo que crece en un árbol venoso de colores oscuros. La sabía del árbol se utiliza como un pegamento y su fruto produce una sensación de frescura al comerlo, por lo que es muy valorado en las aldeas. Sin embargo, es difícil de escalar, debido a que suele crecer cerca de charcos de lodo y su estructura venosa hace que no sea muy atractivo visualmente. Por lo que generalmente se mantiene estos arboles fuera de la aldea.

Encontrar el árbol de Ñique fue muy fácil, solo debía seguir el camino hecho y estuve cerca del Ñique.

Vera estaba sentada en una de las ramas del árbol, tenía una tela por debajo de ella para no ensuciarse por la sabia del árbol.

Cuando estaba acercándome al árbol, escuché dirigirse hacia mí.

— ¿Te envió mi madre? —

Su tono era entre triste e indiferente.

— Escuché tu pelea en la mañana, aunque no se mucho, fui a buscarte por mi cuenta —

Al escuchar mi respuesta ella se rio, luego se quedó callada.

Un momento de silencio, yo no podía preguntar mientras que ella no quería responder, así que así nos quedamos por un largo tiempo hasta que volví a escuchar su voz.

— ¿Yo… estoy mal? —

Su voz aguda era apenas un susurro, pero pude escucharlo.

— Si te soy sincera, no lo sé. Solo tuve una madre, nunca pasé nada parecido —

— Pero por lo que logré escuchar, te han comprometido en un matrimonio político con el hijo del jefe de la Aldea —

— La pregunta que nadie te ha dicho es: ¿Tu estas de acuerdo? —

No se que clases de emociones está pasando Vera, pero cuando terminé de hablar la escuché llorar de nuevo.

— Y- yo, no quiero casarme. Alto Turamasi es un buen hombre pero yo, yo simplemente no quiero casarme —

Entre lágrimas exclamó.

— ¡No quiero ser como mis padres! —

¡Hola! Aqui el autor, este capítulo es algo extenso por lo que decidí dividirlo en dos partes, Espero que les este gustando, no se olviden de comentar o recomendar esta historia. Gracias por su apoyo.

Johan_Peraltacreators' thoughts