Mientras Raziel entraba en los confines familiares de su hogar, el tiempo avanzaba hacia el horror inevitable que sabía que se avecinaba. Solo quedaba una hora y nadie aquí lo veía venir.
La atmósfera en la casa era pacífica, un fuerte contraste con el temor que llenaba su corazón.
Vió a su madre sentada en su silla favorita, sus manos acunando suavemente su espejo de memoria. A pesar de su ceguera, su rostro era sereno, una sonrisa suave adornaba sus labios como si estuviera perdida en un recuerdo agradable.
El acercamiento de Raziel era silencioso, pero los agudos sentidos de Aurelia captaron su presencia.
Ella giró la cabeza hacia él, su sonrisa se ensanchó mientras se preparaba para levantarse—Hijo, ¿estás aquí? ¿Estuviste con la Matrona Selene? No sabía que vendrías un poco antes. De lo contrario, habría preparado algo para que comieras.
webnovel.com で好きな作者や翻訳者を応援してください