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Rainy Days

Max se encontraba despertando de su reparador sueño, cómo era de costumbre para él se levantó y estiró todo lo que pudo para poder empezar de buena forma este día, a pesar de que su cerebro apenas estaba "arrancando" a funcionar como se debe pudo darse cuenta de que está vez la brillante luz del sol no se asomaba por su ventana como usualmente solía suceder, el ambiente se sentía de cierta forma húmedo y algo frío, esta mañana no le había dado la bienvenida con un reluciente y cálido día soleado, si no con un nublado y lluvioso, el pelinegro podía ver cómo las gotas de lluvia caían y resbalaban por el cristal, incluso inconscientemente apostó a que una en específico llegaría antes que las demás a la parte más baja...no pasó.

Se acercó a su despertador el cual aparentemente por algún fallo no había cumplido con su única función, el mayor lo tomó en sus manos y salió de su habitación, bajo las escaleras y se dirigió inmediatamente a la cocina, puso el aparato en el microondas y lo configuro para que calentara al pobre objeto durante una hora.

Luego de hacer aquel innecesario crimen de odio contra su despertador el joven adulto salió hacia la sala de estar, notando que en su sillón estaba sentado Ice con su maceta, pero lo raro era que al lado del hielaguisantes había una gallina reposando, se le veía bastante tranquila.

-Ice ¿Que es esto?-Preguntó el humano curioso de saber porque había un ave de corral en su casa.

-Creo que es bastante obvio que es una gallina-Respondió inocentemente el lanzaguisantes helado

-Eso ya lo sé, me refiero a ¿Porque demonios hay una gallina sentada en mi sillón?-El mayor no parecía molesto al momento de realizar aquella pregunta, solo bastante confundido

-Ah, pues es mi mascota, se llama Marta-Contestó Ice antes de voltear y seguir mirando televisión...en realidad no tenían una, solo había un póster de un jugador de basquetbol que el hielaguisantes llevaba mirando desde hace un rato.

Max prefirió no cuestionar más lo que sucedía en su propia sala y prefirió ir a la cocina nuevamente para prepararse algo de desayunar, pocos segundos de que él se fuera llegó Gint, quien venía acompañado de Dulce.

-Voy a ignorar eso-dijo el lanzaguisantes con gorro de vaquero al observar a Marta sentada en el sillón al lado de la planta congelada-Ice, hay que empezar con tu entrenamiento-

-Pero tu dijiste mañana-le recordó el hielaguisantes

-Eso dije ayer, ya es mañana-discutió el de gorro

-No no, técnicamente hoy es hoy-respondió inocentemente Ice

-¿Te vas a parar o que?-le preguntó Gint ya ligeramente irritado

Viendo que la paciencia del lanzaguisantes no era infinita decidió levantarse del sillón con un pequeño brinco, su maceta no pareció sufrir dañó alguno con la caída al suelo.

-Bien, estoy listo, por cierto ¿Quien es ella? -Preguntó observando a la girasol de gorra y parche, siendo que solo la había visto dos veces.

-¡Saludos nuevo recluta! Soy la comandante Dulce-se presentó mirando al contrario, interesada en las capacidades que pueda tener el hielaguisantes-Gint me contó ustedes dos iban a entrenar y no quería perdermelo-

-En realidad no te lo conté, tu aprovechaste que a veces hablo dormido-Corrigió el portador del disfraz de vaquero.

-¡Oh es verdad! Así fue como descubrí que te gustan los vaqueros-Mencionó Ice, recordando una de las tantas veces que había escuchado a su amigo balbucear cosas por la noche

-Nos estamos desviando del tema, hay que ir a entrenar-Dijo rápidamente el lanzaguisantes, notandose que no quería hablar del tema

Gint guió a sus dos compañeros botánicos hasta una puerta que hasta ahora ni siquiera el mismo Max había abierto, tenía una cerradura la cual fue destruida por un disparo de la planta verde, al hacer esto los tres pudieron ver que habían unas escaleras que llevaban a una eterna oscuridad.

-e-eh ¿No esta un poco oscuro?-Preguntó Ice, mirando con algo de temor al ver que el lugar carecía totalmente de luz.

-Si, pero es probablemente el único buen lugar para entrenar que hay aquí-Aclaró el de aspecto de vaquero antes de empezar a bajar los escalones con pequeños saltos, Dulce fue detrás de él y el hielaguisantes les siguió con algo de duda.

El trío de plantas no tardó mucho en ser azotado por la oscuridad del lugar, Gint estaba listo para empezar a buscar algún interruptor o linterna que los ayudara a ver pero aquel problema fue rápidamente solucionado de manera parcial por la girasol que empezó a usar su energía solar para iluminar el lugar, aunque realmente su luz no era muy efectiva, pero al menos ya no estaban en completa oscuridad.

-¿Porque hay tantas cajas aquí?-Se Preguntó el hielaguisantes mientras inspeccionaba una de ellas, encontrando dentro lo que parecían ser varios atuendos y disfraces para plantas.

-No te distraigas Ice-Le llamó la atención el lanzaguisantes unos segundos antes de encontrar un interruptor, movió una de las cajas que había por ahí y se subió en esta para poder alcanzarlo, lo presionó y la intensa oscuridad de la habitación desapareció.

Ahora pudiendo ver mejor el sótano en el que se encontraban notaron que era realmente muy espacioso, tenía varias cajas regadas por aquí y por allá, algunos objetos variados e incluso un sillón viejo que ya estaba un poco desgastado.

-Esto servirá-dijo Gint cuando encontró un par de maniquíes que se encontraban ahí tirados en el piso.

-¡Espera! Antes de empezar hay que darles un poco de estilo-Mencionó Dulce antes de acercarse a los maniquíes y sacar unos marcadores de colores de la tierra de su maceta, como si se tratara de unos bolsillos, empezó a pintar todo lo que podía de los mismos.

El lanzaguisantes iba a reclamarle que no podían perder el tiempo en esto, sin embargo la girasol acabó bastante rápido con su decoración, mostrando dos maniquíes que tenían caras de zombies dibujadas en ellos, la autoproclamada comandante incluso se había tomado la libertad de dibujar sus elegantes trajes cafés junto a sus rojizas corbatas.

-...en fin-Gint decidió ignorar aquello y colocó los maniquíes en posición para poder enseñarle a su compañero como hacer esto-Ice colócate aquí-señaló una zona del suelo que estaba a una distancia considerable de los objetos que utilizarían como prueba de tiro.

El hielaguisantes obedeció y a la girasol se le ocurrió otra idea, está vez sacó una tiza verde de su maceta y un cuadro alrededor de la planta, como si fuera una de las casillas del jardín.

-Bien, presta atención-el lanzaguisantes se colocó a un lado de su compañero para poder comenzar con su explicación-Disparar guisantes no es simplemente escupir con fuerza y ya, tu prioridad es la precisión, de nada te sirve tener el guisante más fuerte, pesado y destructor de todos si no es capaz de conectar con tu objetivo-

Ice a pesar de no ser precisamente un prodigio cuando se trataba de concentrarse puso toda su atención en lo que decía su mejor amigo, pues quería impresionarlo y demostrarle que si era capaz de cuidarse por si solo.

-Recuerda, cada disparo debe tener impulso para mantener la velocidad de tu guisante, si no hay velocidad no hay fuerza y si no hay fuerza no hay daño-Continuó hablando el vaquero-Ahora, los zombies siempre vienen de frente, así que solo tienes que quedarte quieto y disparar al frente ¿Entendiste todo?-

El hielaguisantes tardó unos segundos en responder debido a que estaba procesando la información recibida, era algo lento para entender, pero no completamente ignorante.

-Eh... precisión, fuerza, guisante...creo que lo tengo-La planta congelada se puso en posición, sus raíces se sostuvieron con firmeza de la tierra de su maceta y fijó su mirada en uno de los maniquíes que habían sido pintados para parecerse más a un zombie.

Gint y Dulce estaban expectantes ante lo que iba hacer su aliado de hielo, ambos le miraban con atención, el primero lo hacia para comprobar si su amigo realmente había comprendido su explicación y que tan bien la llevaba a cabo en la practica, mientras que la girasol solo sentía curiosidad de como resultarían las cosas.

Un pequeño bulto se formó en lo mas bajo del tallo del hielaguisantes y subió rápidamente hasta llegar a su boca, en donde el guisante aumentó considerablemente su tamaño, la planta sin más dilación expulsó el proyectil con fuerza sin quitar su vista del maniquie que simulaba ser un zombie, la atención puesta por Gint y Dulce se intensificó al ver que contrario al día de ayer este si estaba llendo en la dirección correcta, sin embargo el mismo no dió en el objetivo, en su lugar pasó de largo por un lado y cayó en la pared, cubriendo una parte de esta con una capa de hielo.

Dulce por su parte no parecía muy sorprendida y Gint no se veía decepcionado, pues ya se esperaba que el hielaguisantes no iba a lograrlo en su primer intento.

-Estuviste cerca, seguiremos intentando hasta que logres dar al menos 5 disparos seguidos en la cabeza-Indicó el lanzaguisantes, dejando sorprendido a su compañero debido a que aquello le parecía algo excesivo para ser su primer día de entrenamiento.

-Eh ¿No crees que es demasiado?-Preguntó con algo de nervios, pues dudaba de si realmente podía lograr eso

-Todo lo contrario, estoy siendo bastante generoso contigo Ice, te recuerdo que tú ya deberías saber disparar correctamente-Le hizo recordar el lanzaguisantes

-¡Pero sabes que no pude asistir a todos los entrenamientos con el maestro guisantralladora!-Se justificó la planta de hielo, ninguno de los dos se daba cuenta de que Dulce miraba todo apoyando su tallo en la pared mientras comía palomitas, quien sabe de dónde las había sacado

-Eso fue porque te quedabas escondido en el refrigerador comiéndote el helado que ponían ahí-Respondió el de aspecto de vaquero

-¡Eran gatipaletas! No me podía resistir-Explicó el hielaguisantes, pensando que su falta de práctica estaba justificada...de cierta forma

-Tienes suerte de que la planta que las hacía nunca te descubrió...en fin, nos estamos desviando de lo importante, hay que continuar con esto-Finalizó Gint antes de ordenarle al hielaguisantes que volviera a su posición, Dulce no quiso solo quedarse ahí parada y ya, por lo que se unió para practicar su punteria con el segundo maniquí.

Mientras el trío de plantas entrenaba en el sótano de la casa, el dueño de esta se encontraba saliendo de su cocina luego de haber terminado su desayuno, ignorando completamente el hecho de que el microondas había explotado detrás suya y mandado a volar lo que quedaba del despertador contra una pared.

El pelinegro se dirigió a la entrada principal de su casa y miró por una de las ventanas el clima que azotaba a la ciudad, la lluvia era algo intensa, no era precisamente una inundación pero estaba formando charcos de agua en algunas casillas del jardín con relativa facilidad.

Max no estaba pensando mucho en si aquello sería algo ventajoso o no a la hora de batallar, si no en la posibilidad de que los zombies, por alguna extraña razón podrían llegar a decidir no atacar hoy debido al clima, sabía bastante bien que era estúpido pensar eso, pero aún así él tenía esa pequeña esperanza, pues no quería salir bajo la lluvia, no le gustaba para nada...los recuerdos que le traía no eran precisamente agradables.

Decidió no ir a regar directamente a sus plantas como solía hacer cada día, pues en caso de haber un ataque la misma agua del cielo se encargaría de hacer aquella labor por él, decidió sentarse un momento en el sofá para poder reflexionar un poco.

Comenzó a recapitular en su mente las cosas que había estado viviendo hasta ahora desde que llegó a Neighborville, pero rápidamente eso ocasionó que empezará a hacerse múltiples preguntas ¿Cuánto tiempo lleva esto así? ¿Porque la gente aquí es tan extraña? ¿Que fue lo que ocasionó la aparición constante de zombies en este lugar? ¿Como es que este lugar no es mundialmente conocido? Mientras seguía analizando mentalmente aquellos sucesos recordó aquel momento en el que le lanzó flores en la cara a su vecina de pelo rosado, lo cual provocó que rápidamente su rostro se tiñiera de un rojo intenso y sacudiera la cabeza, tal vez estar a solas con sus pensamientos no era la mejor idea.

Se levantó del sillón y caminó nuevamente a la ventana, está vez miró de reojo el jardín de Dave, preguntandose si sería buena idea ir allí en este momento, realmente no quería salir con este clima pero no parecía que tuviera opción, abrió la puerta, dió unos cuantos pasos y extendió su mano derecha, sintiendo las gotas de lluvia en su piel, era algo frío pero nada que no hubiera soportado antes, aún así le gustaría tener algo con que abrigarse de mejor forma.

-(Tan solo iré rápidamente y volveré antes de que llegué la oleada de hoy)-Pensó el pelinegro antes de cerrar la puerta detrás de su hogar y empezar a caminar por su húmedo pero a su vez fresco patio

Llegó a la cera de la calle para ir a la casa de su vecino sin tener que saltar la cerca que había entre ambos jardines, sin embargo sintió que algo se agarraba a su pierna, era algo pequeño, lo cual hizo asumir a Max que se trataba de un infante.

-Ve a buscar a tus padres niño, ahora no tengo tiempo para...ti-el joven adulto notó que se trataba de un pequeño ser de pantalones azules y una chaqueta roja sin botones, pero lo que le tenía aterrado era su piel pálida y verdosa-¡Pequeño demonio!-Exclamó en una mezcla de miedo y algo molestia antes de patear al diminuto zombie con fuerza, haciendo que chocará contra un poste de luz y cayera completamente sin vida al suelo.

El chico volteó a mirar al cementerio, dándose cuenta de que empezaban a salir los primeros zombies con la intención de decorar su cerebro, sintió inmediatamente nervios y miedo debido a que no tenía ninguna planta cerca y en el tiempo que iba por ellas los no-muertos seguramente ya habrían avanzado bastante.

Mientras trataba de ordenar desesperadamente sus pensamientos escuchó a dos voces discutiendo entre ellas, ambas tenían un tono malhumorado y no parecían ponerse de acuerdo, Max estaba confundido y no sabía de dónde veían esas voces, hasta que por encima de él vió a dos figuras circulares saltar en frente del grupo de no-muertos, quedando cara a cara con varios de ellos.

Allí el pelinegro pudo ver con mayor detalle la forma de lo que tenía en frente, eran dos cerezas de gran tamaño que eran unidas por un tallo verde bastante grueso, las dos tenían una notoria furia en sus rostros, parecía que estaban a punto de hacer algo cuando empezaron una discusión.

-¡Explotar!-Gritó con un tono exigente y grosero una de las cabezas, dando un empujón a la contraria.

-¡Detonar!-Le contestó de la misma forma, devolviendo aquel empujón.

Ambas se dieron cuenta de que los no-muertos estaban a tan solo unos centímetros de ellas, lo que las hizo poner su discusión a un lado para poder concentrarse en acabar con sus enemigos.

-¡Explonar!-gritaron al unisono antes de brillar en un intenso rojo y liberar una poderosa explosión la cual dejó convirtió los putrefactos cuerpos de los zombies en simples montículos de polvo con ojos.

Max quedó impresionado ante aquella demostración de poder y agradecido una vez más de que las extrañas plantas mutantes de este lugar lo hubieran salvado, aunque rápidamente notó que las hermanas cerezas habían quedado agotadas y estaban pisando el duro asfalto de la calle, por lo que se apuró a agarrarlas y se percató rápidamente de que su maceta se encontraba apenas unos pasos de ahí, por lo que las colocó allí, permitiendo que la tierra las ayudara lentamente a recuperarse del cansancio.

Más zombies empezaban a acercarse, sin embargo estos empezaron a recibir ataques provenientes del jardín del pelinegro, rayos solares y guisantes tanto verdes como celestes empezaban a ser disparados hacia la creciente horda, algunas de sus plantas habían escuchado la explosión anteriormente provocada por el par de cerezas gigantes y al salir a revisar inmediatamente empezaron a atacar a los no-muertos.

Max aprovechó está oportunidad para tomar la maceta con las cerezas que lo habían salvado y correr de regreso a su hogar, posicionándose detrás de las plantas que habían salido a defender el jardín mientras dejaba a su nuevo par de aliados rojizos al lado de la puerta para que pudieran recuperar energías.

-¡Cerebroz!-Exigió un zombie común antes de que su cabeza fuera desprendida de su cuerpo por el impacto de un proyectil solar directo proveniente de la comandante Dulce, quien también había salido al oír tanto alboroto.

-¡Jefe!-Llamó la girasol al humano, obteniendo inmediatamente su atención-la lluvia resulta ventajosa para nosotras, téngalo en cuenta cuando empiece a ordenarnos-le recomendó antes de posicionarse en una de las casillas de la primera fila.

-(¿Beneficiosa la lluvia? ¿De que manera?)-Se preguntó el chico mientras las últimas plantas que quedaban salían de la casa, lo cual le dió la oportunidad de empezar a formar su estrategia.

Comenzó a ordenarle a sus girasoles que se colocarán en las primeras dos filas del jardín como ya era costumbre, todas ellas estaban mojandose debido a las gotas de lluvia pero no se quejaban, de todas formas no era muy diferente a ser regadas. Cuando le tocaba organizar a sus plantas atacantes se fijó en que en la tercera fila había un charco de agua bastante grande, decidió poner a prueba que tan ciertas eran las palabras de su girasol y le dijo a Gint que se colocará ahí, el de aspecto de vaquero, aunque dudoso, aceptó.

Cuando colocó sus raíces ahí sintió como estás absorbían de forma gratificante los nutrientes del agua y la tierra húmeda, mientras otros lanzaguisantes se colocaban a sus costados Max finalmente se dió cuenta de cuál era la ventaja que le daba la lluvia, Gint estaba disparando a un ritmo más acelerado que sus compañeros, la mayor absorción de nutrientes parecía darle un aumento de velocidad tanto en movimiento como en ataque, no era un cambio abismal pero si destacable.

Mientras Max empezaba a ordenar a los hielaguisantes en frente de sus compañeros de color verde Gint notó que Ice aún no estaba cerca, volteó a mirar la puerta de la casa y vió que la planta de hielo apenas estaba saliendo al jardín, extrañamente venía vestido con uno de los disfraces que encontró en la caja del sótano.

-¡Abran paso al mago de hielo!-Dijo Ice mientras saltaba desde su maceta hasta el húmedo y mojado césped del patio, llevaba puesto un gorro y capa de color morado, se colocó en la línea del medio del jardín, teniendo a Gint a su izquierda

El lanzaguisantes lo miró por unos segundos, no sabía si debía reprender de algún modo lo infantil que era su amigo, así que se limitó a seguir atacando a los zombies que llegaban por su línea.

-cerebroooz...no, no...hígadooo...no, no...cerebrooooz-Decía cierto zombie quien se encontraba a unos pasos de llegar al jardín, sin embargo se encontraba demasiado indeciso respecto a que prefería comer, al no tener su objetivo bien definido optó por mejor retirarse de vuelta al cementerio para poder pensar.

Mientras tanto, en el jardín el pelinegro ya había terminado de ordenar a sus defensas botánicas, teniendo girasoles en sus primeras dos filas, lanzaguisantes en la tercera, hielaguisantes en la cuarta y nueces en la sexta, dejando la quinta para él y los dos lanzaguisantes que sobraban, podría ser algo repetitivo, pero se sentía bastante cómodo con esta estrategia y hasta ahora no le había fallado.

Observó como se acercaba un zombie que a diferencia de otros traía un cubo en su cabeza, cuando estuvo al alcance de Max este decidió que lo mejor era golpearlo en cualquier zona que no fuera aquella que era protegida por el objeto de metal, usando su pala dió un fuerte golpe al pecho del no-muerto, sin embargo en lugar de dañar al putrefacto ser se escuchó un sonido metálico acompañado por un leve brillo blanco que recubrió por completo el cuerpo de su enemigo.

El pelinegro miró al putrefacto ser, dándose cuenta que de algún modo el golpe que le había dado en el pecho había dañado su cubo en lugar de su cuerpo, ante lo extraño que se le hacía lo que acababa de pasar solo pudo soltar una palabra -...Que-

Cuando se agachó para que los lanzaguisantes detrás de él pudieran disparar vió como nuevamente como el daño que debería estar recibiendo su cuerpo se iba dirigido directamente a su cubo, curiosamente cada vez que recibía un impacto ese brillo volvía a cubrir todo el cuerpo del no-muerto.

Max decidió levantarse nuevamente, pues sus golpes eran más fuertes y eficaces que los guisantes, empezó a atacar al zombie con su pala repetidas veces, provocando que rápidamente su cubo quedara completamente abollado y cayera al suelo, permitiendo que el siguiente golpe asestado por el humano fuera el definitivo.

Sin que nadie se diera cuenta la lluvia y los charcos de agua estaban beneficiando a los girasoles tanto como a los lanzaguisantes y hielaguisantes, pues les permitia recibir nutrientes de mejor forma y así concentrarse más en dar energía solar a sus compañeros, pues ellas ya no necesitaban tanto para si mismas.

Las papapums por su parte se encontraban en sus macetas a los lados del jardín, esperando la señal de Max para que alguno de ellos saltará al jardín, cosa que no tardó mucho en suceder pues el pelinegro vió a un zombie con pértiga acercándose, por lo que mandó a uno de los tubérculos a colocarse en su camino para obligarlo a saltar antes de tiempo.

Luego de que el saltador de pértiga cayera en frente de las nueces recibió unos fuertes rayos solares provenientes de Dulce, la cual luego de acabar con aquel putrido deportista se fijó en la cantidad abrumadora de no-muertos que se estaban aproximando, eran bastantes más que los días anteriores, como si eso no fuera suficiente también venían aquellas molestas variantes con conos, palos y cubos.

La comandante sabía que habría problemas serios en el patio si no hacían algo pronto, empezó a buscar con la mirada algo que pudiera ser de utilidad, no tardó mucho en fijarse que el dúo de plantas rojizas ya estaba casi completamente recuperado después de haber detonado, algo dudosa decidió salir de su posición para acercarse a las cerezas.

-¡Hola nuevos reclutas! ¡Me encanta su estilo explosivo! ¿Creen que puedan repetirlo?-Dijo la girasol esperando que aquel par de plantas pudieran aportar más en la batalla, pues realmente les hacía falta el poder librarse de aquella horda que iba en aumento.

-Aún no nos recuperamos del todo, pero Dave nos dió está cosa-Habló una de las cabezas antes de sacar una maquina de chicles con una forma peculiar-Nos dijo que se activaba automáticamente al detectar un zombie o que puede activarse manualmente-dijo la otra cabeza antes de hacer entrega de aquel objeto a Dulce, quien agradeció y empezó a llevarlo con un poco de dificultad hacia el humano debido al peso de dicho objeto.

Max por su parte continuaba golpeando a aquellos zombies que lograban llegar hasta la barrera de nueces, los cuales en su mayoría eran aquellos que tenían pértiga en mano o cubos en la cabeza, lo único que estaba ayudandolo un poco a contrarrestar a aquellos no-muertos era la mayor velocidad de disparo de sus plantas ofensivas proporcionada por los charcos de agua que se formaban en el patio y las papapums que envíaba de vez en cuando.

-Controlate un poco Ice-le dijo el lanzaguisantes con gorra vaquera al hielaguisantes, quien ahora tenía un charco debajo y por consecuente había empezado a disparar más rápido, empeorando su ya de por sí mala precisión-

-¡E-eso intento!-Respondió su amigo mientras trataba de regular sus movimientos, la mayor absorción de nutrientes gracias al charco en el que estaba era algo que no podía evitar, pues era un proceso completamente natural de él-¡¿Cómo a ti se te da tan bien?!-

-Tienes que mantenerte en movimiento constante y a la vez mirar al frente-le indicó Gint antes de continuar disparando, Ice pudo fijarse en que su compañero movía tanto tallo como cabeza hacia delante y atrás constantemente, por lo que comenzó a imitarlo a la vez que trataba de atacar, su punteria seguía siendo mala, pero al menos sus disparos ya no estaban cayendo otras plantas, aquello fue notado por el de aspecto de vaquero-Bien, aprendes más rápido de lo que crees-

En otra parte del jardín Max estaba luchando contra múltiples zombies con cubeta que se habían acumulado en frente de las nueces, algunos charcos se habían formado debajo de ellas pero no parecían tener algún efecto especial en aquellos frutos secos, por lo que el deshacerse de aquellos enemigos dependía mayormente del pelinegro, estaba tan centrado en aquello que no prestaba atención a ciertos detalles curiosos que presentaban los no-muertos hoy, como más de esos zombies enanos o que habían algunos cuya prenda inferior era una falda en lugar de un pantalón, además de no tener la misma carencia de cabello que si tenían la mayoría, parecía que si habían zombies femeninas después de todo.

-¡Sigan disparando! Estás cosas no dejan de llegar-Ordenó Max antes de dar una fuerte patada a una de las zombies que había logrado llegar hasta la barrera de nueces, cuando el pelinegro volteó a ver el cuerpo tirado de la no-viva que había golpeado anteriormente notó como está había caído boca arriba en el suelo, su brazo estirado a un lado sobre un charco de agua con su oscura cabellera haciéndose notar...por un momento, lo que veía el joven adulto fue algo muy distinto a lo que realmente sucedía, la piel verdosa y pálida de aquella mujer había vuelto a ser normal, su rostro no era mas el de un monstruo, si no que se trataba de una cara familiar...el chico permaneció inmóvil y callado, mirando al mismo sitio de una manera preocupante, incluso el ambiente había cambiado para él, ya no estaba en su jardín, si no que ahora era rodeado por unas ruidosas y crueles calles. Lo único que permanecía igual era la intensa lluvia que azotaba todo a su alrededor, durante unos instantes...las lágrimas del cielo cubrieron las suyas.

Para todos los demás presentes era como si el cerebro del pelinegro simplemente hubiera dejado de funcionar de un momento a otro, su mirada perdida preocupaba a sus plantas, la valiente comandante llegó hasta él con la máquina de chicles con ella y al notar el estado del humano rápidamente empezó a llamarlo-¡Jefe! ¡Jefe reacciona!-La girasol inútilmente trataba de sacar al muchacho de su trance, pero los gritos no eran suficiente, por lo que se le ocurrió otra cosa, tomó su confiable palo, saltó y le dió un golpe con este en la cabeza al mayor.

El golpe había logrado hacer que Max reaccionará y volviera a su realidad, el jardín así como los zombies y plantas estaban nuevamente ahí, volteó a ver a Dulce y notó que está tenía una extraña máquina consigo-¿D-dulce? ¿Que es esa cosa?-Preguntó mientras se recomponía del trance en el que estaba hace poco

-¡Está cosa nos ayudará a derrotar a los zombies!-Respondió con alegría y confianza la girasol con parche antes de empujar un poco aquella máquina hacia el pelinegro

-y...¿De que manera se supone que nos ayudará?-Cuestionó el más alto, notando rápidamente por el cambio de expresión en la planta que ella no tenía idea de cómo funcionaba el objeto que había traído-¿Sabes que? Tan solo se los voy a tirar-dijo antes de lanzar el objeto encima de un pobre caracono

-¿Cerebroz?-preguntaron un par de zombies al ver aquella maquina encima de uno de sus compañeros, un mecanismo del aparato se activó al detectar la cercanía de los no-muertos, se escuchó una pequeña grabación de voz la cual dijo "que tal un pal' de chicle?" Antes de explotar, cada bolita de chicle que se encontraba en el apartado salió volando hacia las cabezas de los zombies y al impactar en estas liberaron pequeñas explosiones que lograron acabar con la mayoría de enemigos en el patio y dañar bastante a los que quedaban.

-¡Woah!-Exclamó sorprendida la comandante al presenciar aquello, le había encantado el rastro de destrucción tan eficaz pero a su vez sutil que había dejado aquella máquina de chicles.

-(Eso salió mejor de lo que esperaba...)-Pensó el pelinegro al ver lo útil que había sido ese objeto, viendo que el campo había quedado más despejado que antes decidió sentarse un momento en el césped para permitir que sus plantas potenciadas por los charcos de agua dispararán sin problemas, además de aprovechar de tomar un pequeño respiro.

El humano le agradeció a la girasol por su ayuda y le ordenó ir junto a las demás de su tipo, mientras descansaba miraba por encima de las nueces como seguían llegando lentamente más de aquellos zombies blindados con cubetas, además de los ya molestos saltadores de pértiga y caraconos, estos últimos también parecían poder ignorar cualquier daño directo gracias a la protección que llevaban únicamente en sus cabezas.

El joven adulto sabía que no pasaría mucho para que nuevamente el jardín se saturará de zombies resistentes, por lo que empezó a pensar en alguna manera de contrarrestar ayudar de manera eficaz a sus plantas contra tantos enemigos al mismo tiempo, aunque las cerezas explosivas de antes habían demostrado ser útiles solo tenían una de esas y no habían más de aquellas máquinas de chicles.

Max observó a varias de sus plantas con la esperanza de encontrar algo en alguna de ellas que pudiera servirle, pero nada venía a su mente, ninguna de sus plantas tenía algún tipo de versatilidad además de sus roles ya definidos en batalla, cuando miró a las nueces pensó en aquel juego de bolera que habían hecho ayer, pero hacer aquello era un gran riesgo puesto que significaba quedarse sin una barrera defensiva en su totalidad, aún así debía haber una manera en la que aquellos frutos secos pudieran tener una mayor utilidad en el jardín. Luego de un rato algo largo creando y desechando ideas logró que su imaginación y creatividad le dieran una respuesta satisfactoria, se levantó del suelo y empezó a correr de regreso a su casa, sus aliados botánicos lo miraron extrañados cuando entró a la casa sin previo aviso.

-(Antes luchaba junto a nosotros y ahora huye, que humano tan raro...)-Pensó Gint al ver como el pelinegro abandonaba el campo de batalla

-¿Cerebroz?-Preguntó un caracono que se había acercado a Carlos, el fruto seco estaba leyendo una revista bastante peculiar, pues tenía a una girasol con googles y una camisa negra encima, arriba de la imagen de dicha planta habían unas palabras que decían "las mejores flores de este verano🔥"

-Hoy no joven, otro día sin falta-respondió la nuez de manera desinteresada mientras centraba toda su atención en su revista, el zombie como respuesta levantó el pulgar en señal de que entendía y se retiró de regreso al cementerio.

Luego de unos minutos el humano volvió al jardín, ahora además de su pala tenía otro objeto en la otra mano, era una cuerda realmente larga que se veía bastante resistente, los girasoles que habían sido los primeros en notar aquel objeto se preguntaron que demonios tenía planeado hacer el humano, observaron como este se acercaba a las nueces aún confundidas.

-Que buena que está esta pagin-¡Woah! ¿Que pasa?-Preguntó Carlos cuando de repente Max empezó a amarrar la cuerda alrededor suyo-Solo quiero que sepas que yo no le voy a estas cosas-

El pelinegro ignoró su comentario por completo antes de de terminar de hacer el nudo, se aseguró de que la cuerda estuviera bien ajustada sobre el cuerpo de la nuez y jaló lo que sobraba de dicho objeto, alzando al fruto seco en el aire, era bastante pesado, pero tenía la fuerza suficiente como para hacer lo que tenía planeado.

-¡Se aproxima una gran horda de zombies!-Avisó la comandante Dulce al ver como se aproximaba un zombie abanderado quien lideraba a un gran grupo de zombies comunes, blindados y saltadores de pértiga.

Max balanceó un poco la cuerda de lado a lado antes de colocarse en frente de todas sus plantas, incluyendo las nueces, afirmó su agarre con ambas manos antes de moverla bruscamente, logrando usar a Carlos como una bola de demolición contra los zombies, derribando a múltiples con un solo movimiento.

-(Que idea tan loca...¡ME ENCANTA!)-Pensó la girasol de gorra al ver como el humano empezaba a derribar a múltiples grupos de no-muertos mientras usaba a la pobre y mareada nuez como un arma.

El humano continuó moviendo con fuerza la cuerda de un lado a otro sin parar, Carlos impactaba múltiples veces contra varios zombies, caraconos, caracubos y saltadores de pértiga, estos últimos no eran lo suficientemente rápidos como para esquivar los ataques, la ralentización provocada por los proyectiles de los hielaguisantes solo hacia aún mas fácil el trabajo de Max.

-¡Creo que voy a vomitar!-Exclamó Carlos mientras era movido bruscamente de un lado a otro, no sentía dolor al impactar contra múltiples zombies al mismo tiempo pero esto lo mareaba bastante más que girar como bolo, pues prácticamente no tenía descanso alguno.

Max por su parte estaba sintiendo bastante dolor en los brazos debido a lo pesada que era aquella nuez, no era como mover un pedazo de concreto sólido pero definitivamente era algo que requería de una gran cantidad de esfuerzo y energía por parte del pelinegro, pero a pesar de esto él no tenía la intención de detenerse hasta que todos los no-muertos fueran derribados.

Viendo que ya casi no quedaban zombies puso toda la fuerza que pudo en su siguiente movimiento, logrando arrasar en su totalidad con el último grupo de putridos seres que quedaba, varios brazos, conos, cubetas, palos y cabezas volaron por los aires luego de aquel fuerte impacto, casualmente la cuerda también se rompió debido a que había cedido a los bruscos movimientos que el joven adulto estuvo realizando, como consecuencia de esto Carlos salió volando contra el pavimento de la calle completamente mareado y desorientado.

Max empezó a recuperar el aliento perdido, aquello lo había dejado bastante cansado, las plantas detrás suyo celebraban y algunas incluso aplaudían su hazaña, pues prácticamente él había hecho casi todo el trabajo con aquella última horda, cuando Carlos regresó al jardín él también recibió unas cuantas felicidades por parte de sus compañeros botánicos.

De repente, una silueta avanzó a paso lento fuera del cementerio, era una figura imponente, poderosa, intimidante, alguien capaz de acabar no solo con el jardín de Max por su cuenta si no también con todo Neighborville si así él lo quería, era la perdición de cada planta que tuviera la mala suerte de cruzarse en su camino.

Aquel zombie poseía un cono en cada hombro, una cubeta en la cabeza pintada de azul con unos cuernos hechos de cartón, poseía una "armadura" la cual en realidad era un traje de deportista bastante grueso, su musculatura era algo de temer, cualquiera que lo viera a simple vista pensaría de inmediato que era mas fuerte que cualquier humano.

La putrida amenaza avanzó a paso lento hacia el jardín, sin embargo se detuvo en medio de la pista para admirar el panorama, múltiples lanzaguisantes y hielaguisantes le apuntaban, mientras que los demás estaban atentos a cualquier movimiento que pudiera hacer.

-¡OBSERVEN!-Gritó de repente aquel extraño sujeto, todos prestaban atención-¡PREPARENSE PARA SER APALIZADAS, DERROTADAS Y HUMILLADAS PATÉTICAS PLANTAS! ¡YO! ¡EL GRAN AQUILES! ¡EL ZOMBIE MAS PODEROSO DEL CEMENTERIO ACABARÁ CON USTEDES EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS!-

El no-muerto levantó el brazo y señaló a las plantas, estás notaron que había un cono cubriendo su mano, este objeto tenía un gran agujero en la punta, simulando un cañón, parecía que se estaba preparando para disparar un poderoso y certero ataque que desintegraría todo lo que tuviera en frente suyo.

-¡PREPARENSE PARA SU INMINENTE ANIQUILACIÓN!-Volvió a gritar segundos antes de que un camión pasará a toda velocidad y se llevará al zombie consigo, dejando a todos en el jardín en silencio por lo extraño que había todo eso.

-Eh...bueno, yo tengo que ir a hacer algo-Dijo Max antes de retirarse aún con pala en mano con la intención de ir a casa de Dave de una vez por todas, sus plantas por otra parte fueron al interior de su propio hogar para descansar luego del combate que habían tenido.

El pelinegro llegó a la cera de la calle, avanzó unos pocos pasos por esta antes de adentrarse al jardín de Dave, no había absolutamente nada ni nadie ahí, el humano caminó hacia la puerta cuando de repente algo vino a gran velocidad desde el lado izquierdo de la casa y se interpuso en su camino, aquella cosa que le impedía el paso era una especie de ¿Podadora? La cual además de tener una forma peculiar también poseía una televisor la cual mostraba unos ojos y boca pixelados, a juzgar por la expresión del robot era fácil notar que aquella extraña máquina no estaba nada feliz con la presencia del más alto.

-¡INTRUSO DETECTADO! ¡INTRUSO DETECTADO!-Dijo con una voz robótica aquella podadora con televisor como cara-¡PREPARANDO MANIOBAS DEFENSIVAS!-Alertó la podadora mientras el azulado color de su pantalla se volvía rojo.

El joven adulto le miró asustado al oír tales amenazas, aunque se relajó un poco luego de pensar "¿Que era lo peor que podía hacerle una simple podadora con cara de tele?" Por lo que tuvó como idea tratar de solucionar esto dialogando-e-eh, no soy ningún intruso, soy el vecino de Dave, me llamo Max Flores-Trató de presentarse educadamente, esperando que el robot se tramquilizara, vió como ahora el color de su pantalla pasaba a ser anaranjado, lo cual le hizo pensar que su plan funcionaba.

Los ojos y boca pixelados de la máquina fueron reemplazados por un gran signo de pregunta, su tono agresivo ahora era más bien neutro-Oh, es un gusto en conocerte, mi nombre es Mo-aquella respuesta hizo sonreír al contrario, todo parecía ir en orden.

-...¿Lo dices en serio?-Preguntó curioso de saber si aquel robot cuyo nombre acababa de descubrir realmente estaba gustoso de conocerlo.

-¡NO! ¡DI LA CONTRASEÑA O TE CONVERTIRÉ EN ABONO!-Amenazó nuevamente mientras volvía a su agresivo color rojo acompañada de aquella cara furiosa hecha de pixeles.

-e-eh, huh-Max estaba pensando en cual podría ser la contraseña que su loco vecino había puesto, sabiendo que no tenía todo el tiempo del mundo dijo que primero que se le ocurrió-ah...¿Webi wabo?-

-¡CONTRASEÑA INCORRECTA! ¡PREPARANDO ARMAS!-Dijo la podadora con cara de televisor antes de iniciar un motor dentro de si mismo, las cuchillas debajo de él empezaron a girar con intensidad y fue a toda velocidad hacia el humano quien a duras penas esquivó el ataque con un salto.

-¡Oye! ¿¡Que demonios te sucede!?-Cuestionó molesto el pelinegro ante el ataque repentino del robot, sobretodo porque no esperaba que realmente su vecino tuviera una máquina capaz de atacar a otros humanos

No obtuvo respuesta, en su lugar Mo dió un giro y fue de regreso hacia él a gran velocidad, nuevamente Max consiguió esquivar la embestida, provocando que está vez la podadora con cara de televisión se chocará contra el muro de la casa.

-(No creo que sea del agrado de Dave que destruya una de sus creaciones)-Pensó el joven adulto cuando notó como el robótico ser quedaba aturdido por aquel impacto, pero al ver como este se levantaba y se dirigió con rapidez hacia él nuevamente cambió rápidamente de opinión-(Ah ¡¿Que más importa?! ¡Esa cosa quiere matarme!)-Se puso a un lado para esquivar una vez más el ataque y sostuvo con firmeza su pala, listo para luchar.

-Analisis de situación, los intentos de convertir al objetivo en abono muestran resultados nulos-Se dijo Mo así mismo antes de revelar lo que parecía ser una pistola láser conectada a él a través de un grueso cable el cual podía mover a voluntad-Cambiando tácticas ofensivas para una mayor eficacia-cargó un disparo en su arma, provocando que Max se pusiera en alerta.

Un rayo de energía amarilla fue disparada en dirección al más alto, quien bloqueó el ataque con la parte metálica de su pala, tomó está con firmeza y corrió hacía Mo con la intención de atacar, cosa a la que la maquina respondió con multiples disparos esta vez, algunos fueron esquivados y otros bloqueados, cuando el humano ya estaba muy cerca el robot volvió a dar una embestida hacia delante la cual fue evitada de un salto por el pelinegro.

-Analizando capacidades del objetivo-Volvió a hablar para si mismo el robot, fijándose en que su enemigo no era tan sencillo de eliminar como los zombies que solía apalizar siempre-Nivel de amenaza: 10-Vapor salió de los lados de la televisión que tenía como cara, demostrando una mayor furia y agresividad.

-¡Vas a caer chatarra!-Exclamó Max antes de correr nuevamente hacia el robot, ignorando las gotas de lluvia que caían sobre su rostro, aquel insulto había enfurecido y ofendido a la podadora con cara.

-¡¿CHATARRA?! ¡CHATARRA TU ABUELA!-Mo puso mayor energía en su pistola para comenzar con una ráfaga de disparos constante en contra del humano, además de intentar embestirlo constantemente.

Las cosas se habían vuelto mucho más intensas para ambas partes, Max ahora bloqueaba y esquivaba aquellos rayos de energía amarilla todo el tiempo, además de las embestidas que Mo seguía intentando inútilmente atinar, mientras que por otra parte el último mencionado estaba gastando demasiada energía en sus ataques, además de haber recibido dos patadas por parte del escurridizo y habilidoso humano.

-¡SUFICIENTE! ¡VOY A ANIQUILARTE!-La máquina con sed de sangre empezó a cargarse así mismo con bastante energía, incluso algunas chispas era desprendidas de todo su cuerpo.

El chico vió una oportunidad en esto, sostuvo con firmeza su pala y corrió hacía Mo, quien también hizo lo mismo, ambos estaban a punto de atacarse entre ellos con todo lo que tenían...sin embargo, antes de que aquel choque entre hombre y maquina sucediera un proyectil pasó a toda velocidad en medio de ambos, haciendo que se detuvieran y notaran que ahora había una flecha clavada en la cerca que divide el jardín de Dave y Max.

Ambos voltearon a ver a una persona que se encontraba a unos metros de ellos, sostenía un arco en su mano, delatando que era quien había lanzado aquella flecha, su apariencia era cubierta por una gran bata y capucha que protegía a la persona de la lluvia. Mo no tardó en considerar a esa extraña persona como una amenaza mayor debido a que ella si podía atacar desde la distancia, por lo que rápidamente se dirigió a ella para eliminarla.

-Tacos-Fue lo único que dijo la persona encapuchada cuando vió las intenciones agresivas de Mo, la podadora inmediatamente se detuvo al escuchar aquella palabra, lo cual confundió bastante a Max.

-Contraseña aceptada-Dijo mientras su pantalla está vez tomaba un color verde marino y su cara demostraba alegría, acto seguido escaneó a la persona que tenía en frente suyo-Bienvenida de vuelta, usuaria Patrice Blazing-Saludó a la recién llegada una vez supo de quien se trataba

La persona aún bajo la capucha saludó de regreso a la máquina, dejando aún mas confundido al pobre pelinegro, él intentó decir algo pero inmediatamente al hacerlo Mo volvió a mostrar un agresivo color rojo en su pantalla y fue nuevamente a atacarlo.

-¡Di Tacos!-Le avisó la misteriosa fémina al de piel canela, teniendo que el robot hiciera pure al joven adulto, pues no había presenciado mucho del combate antes de intervenir en este.

El chico dudó, pero al ver como la máquina se aproximaba tan rápidamente hacia él supo que no tenía mayor opción que intentar lo mismo que había hecho aquella mujer-¡Tacos!-gritó mientras cruzaba los dedos con su mano libre, esperando que funcionará... afortunadamente, así había sido, el robot se detuvo a unos centimetros de llegar a él.

-Contraseña aceptada-repitió mientras el color de su pantalla volvía a ser "amistoso"-Usuario Max Flores registrado en la base de datos-dijo mientras su pantalla mostraba un check verde que le dió una extraña sensación de tranquilidad al humano al saber que ya no tenía que seguir luchando contra aquella creación metálica.

-Gracias-Dijo el de piel canela a la persona encapuchada, quien se quitó su capucha, revelandole así su apariencia, lo cual provocó unos nervios enormes en el chico al ver que se trataba de una mujer-huh...-

-No fue nada, pero tengo que preguntar ¿Quien eres tu y que quieres en la casa de mi tío?-Cuestionó la pelinaranja mientras se acercaba un poco al más contrario, mirandolo con duda al desconocer sus intenciones en ese lugar.

-A-ah, bueno, t-tan solo quería hacerle unas pregun-...espera ¿Dijiste tío?-Preguntó sorprendido al percatarse que tenía en frente a un familiar del loco que tenía por vecino

-Patrice Blazing es la sobrina de Dave Blazing, mi creador-Aclaró Mo, quien aún se encontraba ahí, parecía que la furia por los ataques e incluso insultos anteriores de Max ya no estaban presentes en él-Ella también es la única familiar de mi creador que tengo en mi base de datos-

-Asi es-confirmó la anteriormente mencionada, nuevamente se dirigió al pelinegro-Ahora si dime ¿Que buscas con mi tío?-

-B-bueno, e-eh, verás-Trataba de hablar el de ojos oscuros mientras sus nervios lo dominaban por estar en frente de una chica-S-soy nuevo aquí y tú tío m-me ha estado dando algunas plantas para d-defenderme...p-pero noté que me las da de a p-poco y mal preparadas, quería saber el p-porque de e-eso-Logró explicar entre tartamudeos mientras recibía una mirada juzgadora por parte de Patrice, quien aún no parecía estar del todo convencida.

-uhm, no es raro que mi tío de plantas a otras personas en pocas cantidades, pero lo de mal preparadas no es normal...ven, vamos a verlo, estoy segura de que tiene una buena explicación-Invitó al contrario, mostrando un tono algo mas amistoso, pero al acercarse notó como los nervios del chico aumentaban y un pequeño sonrojo se formaban en su rostro, ella se posicionó en frente de él colocando sus manos en sus propias caderas y simuló una sonrisa coqueta-¿Que pasa? ¿Te dan miedo las mujeres fuertes?-preguntó buscando bromear un poco con aquel individuo

Max por su parte permaneció unos segundos callado antes de dar una respuesta, la cual no había pensado mucho-N-no, no...solo las mujeres en general-Admitió y sin que se diera cuenta todo permaneció en silencio por unos cortos momentos.

Patrice le miró confundida y cuando el pelinegro se dió cuenta de lo que había dicho buscó acabar con aquel momento incómodo antes de que se hiciera más largo-e-eh, vamos adentro ¿Si?-Pidió Max y la pelinaranja solo asintió, ambos se dirigieron a la puerta y fue la sobrina del loco quien la golpeó, esperando una pronta respuesta.

La puerta fue abierta y en el interior de la casa se veía a una enorme variedad de plantas haciendo múltiples actividades, habían algunas viendo televisión, otras conversando y una que otra simplemente paseando por el lugar, la que mas llamaba la atención era aquella que había abierto la puerta, era una sandía catapulta, Melonpulta, ninguno de los dos humanos se cuestionó como había abierto la puerta con su tamaño, pues tenían cosas mas importantes que hacer ahora.

-¿Patrice? Cuánto tiempo sin verte-le saludó con un tono sereno, acto seguido fijó su atención en la persona que acompañaba a la pelinaranja-Y Max también, es raro verte por aquí ¿Deseas algo?-

-Hola Melonpulta-le regresó el saludo la chica mientras se quitaba su capucha e ingresaba al hogar de su tío, fue seguida por el pelinegro, quien estaba aún algo nervioso e incómodo-¿Sabes dónde esa tío Dave? Me gustaría verlo...ah y él quiere hablar con él sobre algo-aclaró a lo que Max solo asintió para confirmar que esa era su razón de estar ahí

-Claro, está en su laboratorio terminando un proyecto, siganme por aqui-dijo el maestro con forma de sandía antes de empezar a dar saltos para guiarlos por la casa, sin embargo fueron prontamente interrumpidos por un grupo de repetidoras acompañadas de lo que parecía ser un hongo bastante grande con lentes y un sombrero morado con manchas.

-Estas repetidoras ya están listas maestro Melonpulta- Avisó la seta, dandole poca o nula importancia a la presencia de los humanos

-Doctora Humoseta ¿Porque se tardó tanto con ellos?-Cuestionó mientras revelaba el nombre de la miembro del reino fungi que tenía frente suyo.

-El que repitan las cosas tan seguido hizo el proceso bastante más lento...en fin, tengo que irme, me dijeron que tendré que encargarme de supervisar a las plantas del jardín zen-Dijo antes de retirarse del lugar, las repetidoras por su parte siguieron de largo, Max las miró con curiosidad, pues parecían versiones aún mas poderosas de los lanzaguisantes, aunque también le había llamado la atención la conversación entre el maestro y la doctora.

Los tres continuaron su camino, hasta llegar a una puerta distinta a las demás, era blanca y metálica, la fruta se acercó y dijo "tacos" lo cual provocó que la puerta se abriera, parecía que el loco bigotudo utilizaba esa palabra para cualquier cosa.

-Bien, yo tengo asuntos que atender, espero que disfruten de su charla-Sin más que decir la sandía con resorte y catapulta se retiró, dejando solos a ambos humanos.

-B-bien, aquí vamos-dijo Max antes de que los dos pasarán por la puerta y empezarán a adentrarse en el loco laboratorio del loco...¿Que secretos escondería este lugar? ¿Podría resolver sus dudas al fin? ¿Le habrá apagado a la estufa antes de salir de casa? Eran las preguntas que se hacía el pelinegro mientras caminaba, preparándose mentalmente para lo que fuera...