Negociaciones sin tacto

—¿Él pensaba que a Bradon no le iban a temblar las manos para dispararle?

Desearía tener el lujo de pensar lo mismo. Mientras reprimía las ganas ardientes de maldecir todo y a todos al infierno, seguía apelando a Bradon con la mirada.

—No vamos a cenar. Por favor, déjanos hablar un rato. Eso es todo. Eso es lo único que te pido... —continué negociando con él.

Seguiría negociando y retrocediendo paso a paso hasta que pudiera hacerle aceptar. Si no me permitiera tener una cena entera con el príncipe, entonces me conformaría con una breve conversación. Si no quiere que deje la mansión, entonces rogaré al príncipe que hable conmigo en la mansión.

Bradon permaneció en silencio, pero yo podía decir que estaba considerando mi propuesta.

—No necesito ir al palacio. Podemos hablar aquí, si tú lo permites —reanudé mi negociación retrocediendo incluso otro paso más.