Realmente te envidio.

El corazón de Ning Xinrou se hundió y le dio una ligera sacudida de cabeza.

Dio un paso adelante y bajó la voz.

—Xiaojing ya se ha dado un baño caliente, pero todavía parece estar de mal humor.

No habló, como un títere.

Era preocupante mirarla.

Lin Qingshan se sorprendió por el repentino salto de su prima al río, e incluso la mirada que le dirigió a Lin Tang estaba teñida de preocupación.

—Tangtang, no sigas el ejemplo de Xiaojing. Si hay algo, solo dínoslo. Con tanta gente en la Familia Lin, no hay manera de que no podamos proteger a unas cuantas chicas, nunca te exaltes demasiado.

Esta vez, gracias a alguien que vio a Xiaojing saltar al río, y por suerte mi hermana sabía un poco sobre cómo rescatar a las personas. De lo contrario, habría corrido peligro.

Lin Tang sintió calidez en su corazón.

Su hermano mayor todavía la trataba como a una niña pequeña.