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Capítulo 21 – Piano y yo

Salí del escenario con una mezcla de emociones. Alivio, principalmente. A pesar de que "Dos Oruguitas" era más pop de lo que la clientela habitual del lugar estaba acostumbrada, había logrado resonar con ellos. Además, esa canción. había sido la primera canción que recordé en este nuevo mundo y la que me dio la oportunidad de desbloquear una nueva habilidad. Es una pieza que representa la transición que estaba viviendo. No solo en la reencarnación, sino también en el intento de reconstruir mi nueva identidad y mi vida. Las oruguitas eran una metáfora perfecta de los dos Nadir: uno, un hombre famoso que ya no sabía que hacer, y el otro, un joven con una vida difícil que merecía una segunda oportunidad.

La reacción del público me dio un impulso de confianza, algo que no había sentido en mucho tiempo. Aún me faltaba mucho para alcanzar mis objetivos, pero por primera vez desde la reencarnación, sintió que estaba en el camino correcto.

Mientras bajaba del escenario, mi mirada se dirigió hacia el ventanal del segundo piso del restaurante, donde "La Doña" se encontraba de pie. ¡Ah, … ¿eso fue una sonrisa?! ¡Sí, lo fue! Pequeña y discreta, pero una sonrisa al fin. Eso significaba más de lo que aparentaba. Era una señal de aprobación, y para alguien como yo, eso era un gran logro. Le devolví la sonrisa, pero antes de que pudiera decir o hacer algo más, la doña se dio la vuelta y desapareció dentro de su oficina.

Aún así, estaba más que contento. La actuación había sido un éxito, y para rematar, durante la interpretación, noté unas notificaciones del sistema que aparecieron en mi visión periférica. Ah, mi querido sistema, siempre apareciendo en los momentos más oportunos. Decidí echar un vistazo mientras me dirigía a una esquina tranquila del restaurante para revisar mis estadísticas con calma.

—Sistema, muéstrame mis avances —

El sistema respondió de inmediato, proyectando las notificaciones en mi campo visual.

[¡Felicidades! Has alcanzado el Nivel 6]

[¡Felicidades! Has hecho que 49 personas te escuchen, has aumentado tu reputación, por consiguiente tu misión principal ha alcanzado las 50 personas]

[Misión principal: Hazte conocido]

[Objetivo: Logra que al menos 5000 personas te conozcan. Este será el primer paso hacia el estrellato.]

[Avance: 50/5000]

 

"¡Cincuenta!" pensé, sorprendido. No estaba mal para una primera presentación. Si seguía por ese camino, pronto alcanzaría el objetivo inicial. Aunque, claro, 5000 personas aún parecían una meta lejana. Pero sabía que lo lograría pronto.

Me permití unos segundos de satisfacción antes de recordar una joya que tenía en mente: "Cien Años". Esa canción aún estaba en mi cabeza, y aunque la había guardado para más adelante, sabía que tenía un potencial enorme. Pero, antes de compartirla con el mundo, necesitaba registrarla. En su vida anterior, había aprendido de la manera difícil que el negocio de la música podía ser brutal, y no pensaba repetir esos errores en esta nueva oportunidad que se le había dado.

Me dirigí hacia el área de empleados, donde estaban los lockers y los baños. Allí, me cambie de ropa para volver a casa, asegurándome de que mi imagen siguiera impecable. Firme la salida y me fui por la puerta trasera, sintiéndome más ligero que nunca.

Tomé el autobús para regresar a casa, como dije primero quería familiarizarme con el entorno por lo que seguí viendo el camino. Cuando llegué a casa, mis padres ya estaban allí, curiosos por saber cómo me había ido. Con una sonrisa, les conté toda la experiencia, desde conseguir el trabajo hasta mi primera actuación. Ambos estaban más que felices, y prometieron venir a verme cantar uno de estos días.

A la mañana siguiente, comencé mi día con mi rutina habitual: estiramientos, ejercicios y un poco de práctica de defensa personal. ¡Nadie dijo que ser un renacido pop-star sería fácil! Salí más temprano de lo habitual para ir corriendo hacia el restaurante, aunque a mitad de camino ya estaba tan cansado que decidí tomar un autobús.

Claro, soy ambicioso, pero no estúpido. Ya había entendido lo que este cuerpo era o no capaz de soportar.

Llegué al restaurante con tiempo de sobra, justo a las 9:00 am. Dos horas para practicar y una extra para ayudar a mis compañeros a limpiar el lugar antes de que abrieran. Ya estaba sudado como un pollo al horno después de todo el ejercicio suma también el calor en el autobús, así que me dirigí a los vestidores para darme una ducha rápida.

Y sí, por si te lo preguntabas, las duchas eran para los trabajadores, no es que me colara ahí por accidente.

Mientras el agua corría, decidí revisar mi estado. —Sistema, muéstrame mi estado, por favor.

[Si anfitrión]

Nivel: 6

Energía (EP): 100/100

Salud: 12

Fuerza: 9

Destreza: 8

Inteligencia: 13

Carisma: 8

Encanto: 17

Resistencia: 8

Habilidades:

Defensa personal (Novato - Nivel 2)

Aprendizaje (Novato - Nivel 1)

Guitarra (Novato - Nivel 5 -- 7)

Canto (Principiante - Nivel 21)

Composición (Novato - Nivel 2)

Memoria (Novato - Nivel 1)

 

Habilidades especiales:

Voz conmovedora.

 

Varias de mis estadísticas habían mejorado gracias a mi dedicación y a la actuación de ayer. Al salir de la ducha, me cambié rápidamente al uniforme de mesero, pero sin el mandil todavía, ya después me lo pondría.

Saludé a los trabajadores que ya habían llegado y que se preparaban para la jornada. Me dirigí al lugar donde había dado mi primera presentación, y donde estaban colocados, cuidadosamente, un montón de instrumentos: un piano, una guitarra –hoy no traje la mía porque quería probar que tal sonaba la de aquí, además ir corriendo con una guitarra en la espalda no era la mejor opción-, también había una flauta, un violín, raspadores y básicamente instrumentos típicos del país.

Hoy, el piano me llamaba. Siempre fue mi instrumento preferido, mi refugio cuando las luces se apagaban y el silencio de la noche se volvía demasiado pesado. Así que me senté en el banquillo, deslicé mis dedos por las teclas, tocándolas una por una, familiarizándome de nuevo con la sensación. Pasaron unos 30 minutos en ese estado casi meditativo, y luego, simplemente comencé a tocar. Me sumergí en la música, dejé que fluyera, cerré los ojos y permití que el piano hablara por mí, estaba tocando una composición original mía, que escribí cuando tenía alrededor de 22 años.

Cuando abrí los ojos, me encontré con varios empleados mirándome. Y entonces, los aplausos. ¡Oh, cielos! Me sonrojé un poco –sí, incluso yo puedo ruborizarme–. No estaba preparado para tener una audiencia en ese momento. Aunque ya me había dado cuenta que este cuerpo era bastante bueno para la música, creo que me dejé llevar demasiado.

—¡Eso estuvo fantástico, Nadir! —exclamó Nando, acercándose—. No sabía que tocabas el piano.

Me reí nervioso, no podía decirle que lo aprendí en mi vida pasada —Solo un poco... cuando encuentro uno.

Después de agradecerles a todos por sus aplausos pude poner mi atención en el mensaje que flotaba frente a mi:

[¡Felicidades, anfitrión!]

[Ha desbloqueado la Habilidad: Piano Novato - Nivel 10]

[Puedes tocar el piano como si hubieras practicado durante 10 años]

¡Vaya! Alcancé el nivel 10. Al parecer este cuerpo tenía talento con el piano y considerando mi experiencia subió rápidamente.

[Aunque la experiencia del anfitrión es vasta, las articulaciones del cuerpo aún no están completamente adaptados para otorgarle más nivel. Se te otorgarán recompensas adicionales.]

¡Recompensas adicionales! Me sentí como si hubiera ganado la lotería de habilidades. El mensaje continuó:

[La Habilidad: Guitarra ha aumentado de nivel del 7 al 10.]

[Descripción: Ahora puedes tocar la guitarra como si la hubieras practicado durante 10 años. Además, puedes tocar cualquier variación de este instrumento]

[La Habilidad: Memoria ha aumentado del nivel 1 al nivel 4.]

[Se ha desbloqueado la habilidad: Batería (Novato – Nivel 1). Puedes tocar la batería como si hubieras practicado durante 3 meses]

[Continúe así, anfitrión]

¡Wow! No solo había desbloqueado habilidades y recibido una buena noticia sobre la guitarra y la memoria, sino que también me acababan de regalar una pequeña fortuna. Me sentía como si hubiera ganado la lotería de habilidades.

Esa misma noche, después de subir niveles, me decidí a grabar mis versiones de "Dos Oruguitas" y "Cien Años". Sin mucho presupuesto para crear un video profesional, me conformé con hacer portadas sencillas utilizando una página de edición en línea. Para "Dos Oruguitas", elegí una imagen de dos orugas transformándose en mariposas, un simbolismo perfecto para la canción. En una esquina de la portada, coloqué las iniciales "SY". Para "Cien Años", opté por un reloj, un recordatorio visual del paso del tiempo, y añadí las iniciales "PI" en la esquina, manteniendo el estilo.

Después de darles los últimos retoques, subí ambas canciones a mis redes sociales. Aunque sabía que el camino sería largo, esperaba que en el futuro pudiera generar ingresos a partir de estas publicaciones. Con suerte, eso me ayudaría a mudarme y comenzar una nueva vida en otro país.

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