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Capítulo VIII "un león encadenado y el nacimiento de un nuevo demonio"

Punto de vista / Alex.

Mis pensamientos se congelaron al llegar al sótano.

Sentí que mis piernas se debilitaban, parecía que se convirtieron en gelatina, el temblor que sentí, me hizo dudar en mi andar.

No quería dar un paso al frente, pero al mismo tiempo, mi cuerpo se movió sólo, no lo quería creer, con cada paso que daba, dudaba cada vez mas de mi mismo.

Cada paso ya no tenía todo el vigor que tuve al llegar aquí.

Mi valentía no era más que una burda copia barata de lo que fue alguna vez.

Cerré mis ojos y deseé que esto fuera otro sueño raro.

Quería creer que esto no era más que tonto sueño y cuando abriera los ojos todo acabará...

Tristemente, nada me puede ayudar a escapar de la realidad.

Abrí mis ojos nuevamente, y con pesar, pude ver el deplorable estado de la pequeña.

Cuando me acerque más, pude oír el ligero respirar que daban sus cansados pulmones, este sonido no era más que un presagio de lo que esta por venir.

Lentamente desaté a la niña del alambre que la aprisionaba.

Con cada segundo que mis manos manipulaban el alambre, podía sentir como mi piel chisporroteaba en contacto, pero, no me importo, aguante el dolor y lentamente segui liberando a la niña de sus ataduras.

Lo único que podía ver y pensar, era en el horrible estado de la chica frente a mi.

Su vibrante piel alguna vez ligeramente bronceada, padecía de un pálido digno de un muerto.

Sus labios se vieron azules y sus ojos estaban sin vida.

Era como un pez luego de haberle prohibido el oxígeno de sus branquias, era una imagen que no abandonaría mi mente en mucho, mucho tiempo.

Después de un tiempo, libere a la niña.

Sus últimos suspiros se estaban dando mientras sus labios se movían en un intento de formular palabras que sean coherentes y no meros susurros.

Arrodillándome, recosté gentilmente a la chica en mi regazo.

Comencé a acariciar y peinar su enmarañado cabello que alguna vez resonó con la luz del día.

Mis manos comenzaron a temblar incontrolablemente mientras me negaba a aceptar la situación actual.

Si bien es cierto que no la he conocido por mucho tiempo, pero algo dentro de mi, me hizo desear pasar mas tiempo con ella.

Sentí que el vínculo que formé con Asia, pudo llegar a más, nuestra amistad pudo florecer en algo más pero, alguien me lo arrebató.

Si bien su vida no fue igual a la mía, me pude identificar con su pasado.

Pero a diferencia de mi, ella no sucumbió al caos y se bañó con la mugre que este mundo ofrece.

Eso fue lo que me hizo desear tener una segunda cita con ella, era un ser de luz y bondad que a pesar del maltrato que llegó a sufrir, nunca dejó de brillar en la luz de su creencia.

Con gentiles toques comencé a acariciar el pálido rostro que tenía marcas sucias de golpes y lágrimas secas en su aterciopelada piel.

Cada pensamiento que derramaba encima de ella, hacia más grande el agujero dentro de mi pecho, me hacía daño a mi mismo con todos los pensamientos de tristeza, rabia, rencor y melancolía.

Pero, no pude hundirme en mi tristeza, ya que la pequeña, usando sus ultimos rastros de fuerzas, pudo hablar.

"Gra...cias" eran los ligeros susurros que daba la pobre niña en mi regazo.

Esas palabras hicieron más grande el agujero mientras lágrimas brotaban involuntariamente de mis ojos.

Mis manos temblaban en un intento de contener mi llanto.

"Gra...cias... por... Lle...gar...a mi... vida... Alex" volvió a susurrar provocando un efecto dominó dentro de mi que quitaron el último pendaño que retenían las lágrimas de la presa que era mi racionalidad.

"No te vayas Asia" hablé entre llantos mientras sentía que la vida de mi acompañante se escapaba.

Sosteniendo una de sus manos, la apreté, la apreté en un sentimiento de negación para evitar que su vida se escapase.

Ella me sonrió y lentamente sus ojos se cerraron.

Un último aliento escapó de su boca mientras la pobre niña recordaba su vida en rápida sucesión.

....

Punto de vista / Tercera persona / dentro de la conciencia de Asia.

....

Un mosaico de recuerdos hiban y venían en su moribunda mente mientras los ligeros y ahogados zollosos de su amigo resonaban dentro de ella como una canción trágica que solo le hizo apreciar más y más a su compañero.

Todos los momentos tristes, amargos y solitarios se iban opacando mientras sus recuerdos de la cita de la mañana con Alex se precipitada sobre ella.

Sintió una calidez casi indescriptible que la dominó por completo.

La muerte que sentía era diferente de lo que las monjas de su convento le contaban.

Decían que su muerte será fría y solitaria, "Nadie te acompañará el día de tu muerte" decían ellas, pero ahora, todas sus sucias palabras, se negaban por su nueva amistad.

La muerte es extrañamente cálida y reconfortante mientras que los últimos recuerdos que pasan en su mente, son los hermosos recuerdos del demonio que consideró como su amigo...

Un sollozo ahogado acompañado de su nombre fue lo último que escuchó en vida.

....

Punto de vista / tercera persona.

"Que escena tan conmovedora ~" resonó una voz triunfante y burlona que aparecía entre las sombras.

La mujer vestia de un traje de dominatrix decorado con un par de alas negras.

Una risa escapo de su garganta mientras paso a paso se acercaba a la pareja.

"Pobre Demonio de clase baja... ¿Acaso te llegó a gustar una monja?" Preguntó la mujer mientras pequeñas risas salían de forma casi incontrolable.

Alex se quedó callado, su mirada no aparto el ahora inerte cuerpo de Asia.

Estaba negandose a creer que ella habia muerto, pero antes de seguir en su tristeza, un látigo de luz envolvió por completo el cuerpo de la difunta y con un fuerte tirón se llevó a la niña de las manos del demonio.

"Fufufu~ que pena que una niña tan linda como ella tuviera que morir mientras le retiraba el sacred gear" volvió a hablar la mujer mientras arrojaba el cuerpo de la chica como si de basura se tratase.

Los ojos de Alex no se apartaron de la figura de Asia que fue arrojada hacia un lado como si de un juguete dañado se tratase.

"Pequeño demonio, no debiste involucrarte con una amante de demonios como lo era esa perra~ debiste quedarte escondido bajo la falda de tu ama igual como lo hace ese chico pervertido ~" la mujer no paraba de arremeter con palabras al silencioso niño que se había quedado sin palabras.

Alex no sabía cómo actuar, quería matarla a golpes y usar sus huesos para una tumba de la niña, pero al mismo tiempo, no tenía fuerzas para atacar.

Su fuerza se drenó por completo, el impulso del cántico se había ido, y una gran debilidad lo envolvió de pies a cabeza.

Su racionalidad se congeló por completo, trataba de pensar en algo pero todos los esfuerzos de su cerebro por encontrar una respuesta a su clara debilidad, fueron opacados por los recuerdos de la chica que provenían de su corazón.

Quería gritar, pero no tenía fuerzas.

La mujer se impacientó por la inacción del muchacho y dando pasos pesados que demostraban su molestia, se acercó a su posición.

"Que pasa niño, acaso un gato te comió la lengua... O fue una monja~" susurró la mujer levantando el mentón del demonio para capturar su atención.

La mujer chasqueó la lengua frustrada de conseguir respuesta alguna.

Entonces, una retorcida idea cruzó por su mente.

Está idea le hizo sonreír como un maniaco.

Levantó su mano y creando una lanza de luz clavó una de las piernas del chico aún de rodillas.

La piel se quemó, los tejidos y venas sufrieron el mismo destino mientras un desagradable olor a carne quemada sacaba del estupor al muchacho que por instinto, gritó de dolor.

Este dolor fue suficiente para hacerlo entrar en razón.

"Jajaja~ que pasa demonio-chan~ ¿ahora sí reaccionas?" Se burló la mujer mientras generaba otra lanza de luz y la cuál clavó en la otra pierna del chico.

Provocando satisfactoriamente un nuevo grito del demonio.

"Me voy a divertir contigo cariño~" la mujer se lamió los labios generando un pilar de oscuridad detrás de el.

A este pilar le salieron dos segmentos y ahora se parecía a una santa cruz hecha de oscuridad, pero esta cruz, no representaban a dios y a todo lo bueno, esto era un presagio de la tortura que le espera al niño.

Risas se podían escuchar en el frío sótano de la iglesia, eran las risas de una niña que porfin después de tanto tiempo, pudo deleitarse con su juguete nuevo.

Susmaniática risa iban acompañadas de fuertes y retorcidos gritos de un alma miserable.

Su cuerpo yace entumecido apoyado en la cruz negra azabache que contrasta con la tenue luz de velas a punto de extinguirse.

Fuertes sonidos de látigos que impactaban en carne sangrante incrementaban el ritmo, y lo que empezó con un sonido sólido, ahora era un sonido repugnante y bizcoso.

La punta de su látigo ahora impregnada en sangre bailaba al son de las risas, un baile hipnotizante pero mortal.

La tortura se hizo casi eterna para los ojos de Alex mientras trataba de realizar su cántico, pero no funcionaba.

No importaba cuántas veces lo hiciera.

Simplemente el estado en que le permite no sentir el dolor y desenfrenar su ansia y sed de sangre, no queria activarse.

Los minutos pasaban y las heridas no hacían más que desangrar al muchacho mientras su garganta sangraba por los gritos incontrolables de su cuerpo.

La visión era casi repugnante, la crueldad fue llevada a otro nivel cuando sus brazos corrieron el mismo destino de sus piernas.

Ambos antebrazos fueron clavados con estacas de luz, y de esa forma, fue crucificado por completo.

Los últimos rastros de esperanza se iban desmoronando del letárgico chico mientras su conciencia se desaparecia poco a poco debido a la fuerte tortura que está recibiendo.

....

Punto de vista / Tercera persona.

Fuera de la iglesia / 30 minutos antes.

La pelea entre la niña de pelo blanco y el exorcista Freed, no duró mucho debido al escape del cobarde.

La niña asintió con claro orgullo y levantado su modesto y casi inexistente pecho con altivez, quiso entrar a las instalaciones.

Al entrar, pudo ver con un ligero miedo como varios angeles caídos extendían sus alas en la sala en tono amenazante mientras se abalanzaban contra la chica con sus lanzas hechas de luz.

Pero no llegaron muy lejos debido a los rayos que aparecieron casi de la nada.

El ataque desconcertó al enemigo pero dió un respiro a la niña, sus amigos llegaron.

En rápidas sucesiones, el caballo de la nobleza corto los cuellos de los angeles que aún se encontraban congelados por el ataque furtivo.

Muchos reaccionaron tarde, otros ni si quiera lo hicieron, estos chicos eran carne de cañón usados para retrasar a Alex en su intento de salvar a Asia.

El problema fue que su objetivo principal, no les prestó atención y fue directamente al sótano.

"Malditos ángeles caídos de clase baja" murmuró el rubio limpiando la sangre de su espada en un fuerte y rápido movimiento de la misma.

"No te preocupes Kiba-kun, ahora mismo tendrás un verdadero desafío con el ángel caído de clase media" habló Rías en un intento de consuelo a su caballo.

"Buchou... Alex está en el sótano luchando solo" la niña koneko se acercó a su rey para tratar de ir a ayudar a su compañero torre.

Pero una sonrisa apareció en el rostro de la pelirroja.

"No lo ayudaremos" respondió la mujer, haciendo que la niña abriera mucho los ojos, pero se quedó callada.

"Esto será una lección para ese inútil y su castigo por desobedecerme" volvió a hablar la mujer mientras tomaba asiento en uno de los grandes bancos de la iglesia.

("Fufufu... Si koneko tiene razón, el sacred gear de esta niña, puede curar incluso a los demonios... Esto será de gran ayuda para mi nobleza") pensó la mujer relajandose en las bancas.

Los demás miembros de su nobleza hicieron lo mismo que su reina.

Cada uno de ellos tenían una opinión sobre lo que está pasando.

Issei pensó gratamente sobre el castigo que tendrá al enfrentarse el solo a un ángel caído de mayor rango y esa será una venganza indirecta por ser el alma ligada de su rey.

Kiba pensó en lo mucho que el inútil de Alex había pasado la raya al interactuar con su amado rey.

Akeno en cambio, se sintió mal al no ser ella misma la que eduque a su rebelde compañero.

La única que pensó algo relativamente bueno, fue la pequeña koneko que aunque su rostro no lo demostró, estaba ligeramente preocupada por su compañero torre, solo esperaba que siguiera con vida cuando su Buchou este dispuesta a ayudarlo.

Pero sus pensamientos fueron detenidos por los fuertes gritos de una persona que reconocían bien, era Alex gritando de pura agonía mientras sonidos de látigos retumbaban en toda la iglesia.

Todos a excepción de Koneko empezaron a reírse o sonreír macabramente por el sufrimiento del chico, la niña por su parte, apretó fuertemente sus pequeños puños en señal de querer actuar.

Pero un solo vistazo de su Rey, la hizo suspirar de impotencia.

Los gritos continuaron por mucho tiempo, hasta que todo quedó envuelto en el silencio absoluto.

Nadie habló, nadie quería hablar esperanzados en que puedan oír algo de lo que sucedió allí abajo.

Rías se cansó de esperar, y poniendose de pie, se dispuso a ir al sótano para saber porque su diversión se detuvo, pero.

Una mancha negra atravesó fuertemente el piso quedando insertada ligeramente en el techo de la iglesia, solo para caer debido a la gravedad.

Una figura se alzaba imponente desde el agujero creado, era una armadura irreconocible.

Color blanca con ligeros toques amarillo oscuro.

Nadie quiso hablar y vieron como se acercaba lentamente al cuerpo casi inerte de la mujer solo para sujetarla del pie, y arrastrarla dentro del sótano una vez más.

....

....

Punto de vista / Alex

Dentro del sótano / 5 minutos antes.

No siento mi cuerpo...

Mis brazos están entumecidos completamente al igual que mis piernas.

El dolor punzante que siento no me deja dormir... Yo solo quiero... Dormir en paz.

Mi vista se nubla cada segundo que pasa, los fuertes golpes que una vez me hicieron gritar, ya no me hacían nada.

Tampoco puedo gritar de todos modos, mi garganta se siente seca con un horrible sabor cobrizo que hormiguea en mi paladar.

Mis pensamientos se detuvieron completamente mientras escuchaba las mismas palabras una y otra vez.

"Gracias" era lo único que podía entender, extrañamente esas palabras no dejaban mi mente.

Cada vez que intento cerrar mis ojos, son abiertos abruptamente por una sonriente mujer, que no hace más que apuñalarme con sus pequeños hilos de luz.

Mi cuerpo se humedece completamente por mi propia sangre, un olor desagradable de carne quemada y sangre hirviendo, acaban de silenciar mi siento del olfato.

Fuertes ruidos en mi cabeza no dejan de opacar las últimas palabras de la chica que quise salvar.

Era como cuando pelee contra esa bestia, pero, no tenía esperanza, mi voz ya no salía, y si lo recitaba, estoy seguro que no funcionaría como el cántico que intenté reavivar en los últimos minutos de racionalidad que tuve hace mucho tiempo atrás.

Con el rabillo del ojo, veo como la mujer parada a un costado mío creando una especie de hoja de un sable hecho de luz, tenía las intenciones de decapitarme para terminar su macabro juego.

Agaché mi cabeza por instinto de sumisión, simplemente quería escapar de este tormento.

Mis recuerdos sobre mi vida pasada, rezonaban en mi mente.

Aún recuerdo la primera vez que tuve que robar para alimentarme.

La primera vez que tuve que matar para protegerme.

Y la primera vez que tuve que venderme a una mujer para ganar dinero.

De verdad, mi vida fue una mierda.

....

....

En medio de mis delirios por falta de sangre, unas gentiles manos me tomaban de las mejillas haciendo que levante mi cabeza.

Era la niña que no llegué a proteger por falta de fuerza.

Por un momento creí que me echaría la culpa por dejarla morir, pero un sutil resplandor me sonrió cálidamente.

Extrañamente, me sentí en paz cuando empezó a frotar gentilmente mi cabeza.

"Gracias por hacerme feliz Alex" fueron las palabras que me dijo la niña.

Con esas simples palabras, llegué a sentir que el tiempo se detenía a mi alrededor.

Sonreí de ironía ya que solo una proyección proveniente de mis delirios por desangramiento, pudieron brindarme calidez y paz en el momento de mi muerte.

"Por favor no te rindas hijo mío, aún tienes mucho que dar, mucho que demostrar... Aún no es hora de tu muerte" Fueron las palabras que llegué a escuchar antes de ser completamente sofocados por un poema complemente nuevo.

Ahora podía distinguir quienes eran, o mejor dicho, pude ver  las siluetas de las mujeres que cantaban épicas poesías de la mitología griega.

Eran 9 en total, y, aunque esta era la primera vez que logre apreciarlas, sentí que ya las conocía de algún lado.

Ignoré ese sentimiento, ya tendría tiempo después si salgo con vida de este sótano.

Ahora mismo, ya sabía quiénes eran por mi anterior experiencia, sus nombres me llegaron de la nada en ese momento.

Eran las 9 musas, 9 hermosas mujeres descendientes de los dioses y protectoras de las bellas artes antiguas, no sé por que están dentro de mi cabeza, no sé por que ahora cantaban, solo puedo sentir el fervor proveniente de sus voces, una cancion sin igual, un poema que no entendía, un cántico de guerra que me daba ánimos a emprender esta encrucijada.

"Oh, gran héroe, levántate y muestra porque los demonios deben ser temidos, demuestra por qué tú debes ser la fuente del horror"

Una voz clara de la mujer mayor, me devolvió la valentía y avivó el fuego dentro de mí.

Ahora demostraré quien es un verdadero Demonio.

Con gran dolor dentro de mí, sintiendo como mi garganta era desgarrada, pude hablar nuevamente con una voz tan ronca, que parecía salida del mas profundo de los infiernos.

El cántico decía.

"En la era de mitos, un dios bastardo surgió,

Caído en desgracia, su destino se torció,

Frente al León de Nemea, su fuerza se quebró,

Una batalla perdida, un corazón que lloró.

Años transcurrieron, la leyenda no murió,

Su hijo, valiente, su sangre heredó,

Con coraje y astucia, al león enfrentó,

Y la bestia indomable, al fin doblegó.

La piel del león, en armadura se tornó,

Una protección divina, que al héroe abrazó,

Un poder ancestral, en su pecho emergió,

Y el gran demonio sediento de sangre por fin despertó.

Ahora, la sed de muerte y venganza por sus venas recorrió

El hijo del bastardo, a los mortales matará.

Un destino redimido, una masacre por concretar,

La armadura del león, con sangre despertará.

....

....

Punto de vista / tercera persona.

Una luz nació, una fina armadura se presentó, y una sed de sangre emergió del mismo abismo de dónde los demonios proliferan sin parar.

La armadura sin importar sus ataduras, se levantó de su propio charco de sangre, destruyendo el pilar, partiendo la cruz y extinguiendo las lanzas de luz que una vez lo torturaron.

Una armadura sin igual emergió de la penumbra.

El sable que no se detuvo, se partió en miles de fragmentos al impactar con el casco del león.

Con voz fuerte y penetrante, el joven habló.

"La leyenda del caído, primer trabajo, El león de Nemea".

Fue la última frase, que el ángel caído pudo oir antes de perder el conocimiento.

....

....

Unos minutos pasaron, y la mujer ahora se encontraba recostada sobre la fría verdad de su situación actual.

Trató de moverse, pero no podía, trato de usar sus manos para levantarse, pero no pudo, era extraño para ella.

Con ligero temor, volteó su mirada, y  pudo ver con horror, la ausencia de sus brazos.

Quiso gritar, quiso pedir ayuda, pero un guantelete silenció su intento de grito.

"Shhhh" silenció la armadura de un león.

"Es hora de que confieses todos tus pecados, a tu Dios, maldito demonio" habló el joven mirando con asco la situación de la anteriormente atractiva mujer.

Ahora no era más que un asqueroso torso mutilado que se retorcía como un gusano de tierra.

Ella intentó liberarse blandiendo sus alas.

Pero un fuerte golpe en su abdomen descubierto, hizo que se arrodille frente a un cuerpo tendido en el suelo.

Con dolor y confusión, levantó su mirada lentamente, y con ello, pudo observar completamente el cuerpo de una niña con las manos descansando en su pecho en completa paz.

Un golpe en su espalda, hizo que su cabeza chocará contra el piso y se postro frente al cuerpo.

"Pídele perdón por lo que hiciste" volvió a hablar el ahora hombre sujetó ambas alas y colocó un pie en su espalda mejorando su agarre y estabilizando a la mujer que no paraba de retorcerse.

"No no no... ¡No me las quites porfavor! ¡Te lo ruego, no me las quites!" Gritó la mujer desesperada al darse cuenta de las intenciones del sujeto, pero... La voz ronca que escuchó le quitó todo atisbo de esperanza.

"Respuesta equivocada" fue lo último que escuchó antes de que un insensante dolor le recorrió la espalda.

Un fuerte grito salió de su garganta mientras las alas que alguna vez mostró a todos con orgullo, le eran arrancadas poco a poco.

Podía sentir como sus músculos se desgarraban, sus huesos se dialocaban, y sus arterias se partian mientras el desgarro continúo hasta el final.

"¡Kyaaaagggghh!" Gritó la mujer en agonía, tratando de retorcerse para apaciguar el dolor, pero el sólido pie en su espalda, le detuvo cualquier intento de escape, y una vez más, la voz resonó.

"Pídele perdón"

"No... Perdóname la vida" volvió a hablar la mujer, pero está vez, sujetando una de sus casi inertes piernas, la empezó a jalar al igual que sus alas.

"Respuesta equivocada"

"No... Nononono" "kyaaaagggghh" volvió a gritar la mujer mientras el mismo sentimiento de desgarro total, empezó a sentirse en su pierna derecha.

"Última oportunidad... Pídele perdón"

"Lo... Lo siento... Lo siento por matarla, te devolveré su sacred gear pero por favor, perdóname la... Vida".

Un gruñido de parte del hombre resonó desde su casco de león.

Y sujetando a la mujer desde su cabello, la levanto sin problemas haciendo que la mujer suelte quejidos de dolor mientras era levantada.

Sujetando su cabeza, se dispuso a tirar de ella.

"Nonono... ¡Papá! ¡Papá! ¡Ayúdame Dios ayúdame por favor!" Gritó la mujer en un intento de pedir ayuda a su padre.

Pero las últimas palabras que escuchó, serán llevadas con ella hasta el más oscuro e infinito limbo del abismo.

"Tu Dios te ha abandonado... Tus pecados te han alcanzado y el diablo te a atrapado."

....

Un sonido repugnante y bizcoso sonó por la zona mientras la cabeza del ángel caído, le era arrancada de su cuerpo.

....

....

Después del despojo, el hombre en armadura, se desplomó de rodillas frente al frío cuerpo de la niña.

Abatido por la perdida, no hizo más que mirar su rostro, se vió que descansaba en paz.

En un impulso, colocó su mano en el cabello de la chica ahora desprovista de toda vida y guardó silencio en señal de luto, aceptando su despedida tan temprana de este mundo.

....

-Clap-Clap-Clap-

Sonidos de aplausos rompieron el sonido de la atmosfera.

Los sonidos provenientes de un verdadero demonio se acercaron al chico de armadura de león.

Al acercarse, logró apreciar la armadura por completo.

Una hermosa armadura de león manchada por la suciedad sangre de un ángel caído, se alzó en toda su altura frente a una extrañamente complacida Rías.

"Lo haz hecho bien para ser un inútil~" habló la mujer dejando de aplaudir.

"¿Quieres que reviva a esa monja?" Habló la mujer, haciendo que la esperanza de volver a ver a la chica, se presentase frente a el.

Pero...

"Arrodíllate frente a mi y ruegame si quieres que lo haga~"

....

....

Se quedó sin palabras.

Tendrá que desechar su propio orgullo solo para poder ver una vez más a la pobre chica.

Pero... Es un precio que está dispuesto a aceptar.

Desvaneciendo su armadura en una tenue luz, el joven herido se presentó ante su Rey.

Sin dudarlo, se puso de rodillas.

Alex no quería arrodillarse frente a ella, pero, si quería ver la hermosa sonrisa de esta chica, tenía que hacerlo.

Apretando fuertemente sus puños, y mordiendo su labio inferior a tal punto de sacar sangre, decidió hablar.

"Por... favor revive a Asia por... favor" fueron las palabras del chico complaciendo a la mujer de cabello rojo.

"Fufufu ~ eso es lo que un buen esclavo debe hacer" dijo la mujer, colocando su pie derecho en la cabeza del chico, y en un fuerte tirón, lo estrelló contra el suelo.

Ahora no tenía fuerza alguna para moverse, y no pudo hacer más que rendirse.

"Así es como un verdadero esclavo debe estar ante mi~" se extasió la pelirroja estrellando su pie contra la cabeza del chico aún postrado ante ella.

Un fuerte rubor se presentó en la cara de este demonio mientras aplastaba al rebelde esclavo que tenía.

"Gracias~ por encontrarme un grandioso juguete nuevo Kuroichi-kun~" habló la mujer, provocando en Alex un sobresalto inmediato.

¿A qué se refería con eso?...

Fueron los pensamientos del joven aturdido.

Asia ahora será un esclavo más y con ello, un juguete nuevo para este demonio.

Este simple hecho, hizo que el joven se estremeciera de solo pensarlo, su decisión fue fatal.

Ahora Asia está a la merced del control de este maldito Demonio.

Pero, no pudo refutar nada.

Su conciencia se empezó a desvanecer mientras se arrepentía de su elección.

A partir de alli, sus recuerdos se nublaron completamente y no pudo recordar nada más.

En su inconsciencia, la mujer se deleitó, y con una pieza de alfil, se acercó a la niña muerta frente a ella.

Con elegantes movimientos de sus manos y sutiles cánticos creó un círculo rojo debajo de Asia.

Una sonrisa macabra pintó el rostro del demonio mientras su idea de castigar al rebelde la hacia emocionarse de más.

....

....

Al día siguiente / Oficina del club de Ocultismo.

Punto de vista / Alex .

Un cuarto oscuro se cernía nuevamente a mi alrededor, ahora se sentía que no tenía salvación alguna.

No habían voces, no había un padre que me rescate, no había nada.

Caminé lentamente y encontré una luz, esa luz me ayudó a escapar momentáneamente de este abismo.

Unas luces molestas me despertaron de mi sueño.

Traté de levantarme lentamente, pero una horrible sensación de dolor muscular, me hizo caer nuevamente a los cojines en donde anteriormente estaba acostado.

Todo el dolor que sentí, fue un sucio recordatorio del castigo que sufrí anoche.

Lentamente me levanté nuevamente, y mire a mi alrededor a todos los miembros de la nobleza de este maldito demonio.

Y, una nueva cara me llamó la atención y me ofreció una esperanza como ninguna otra.

Era Asia, ella estaba viva y vestía el uniforme de la escuela.

Sin importarme el dolor de mi cuerpo, me levanté de golpe y corrí en dirección a la rubia.

Pero sucedió algo que nunca me esperé.

-cachetada-

Una fuerte bofetada resonó en el ambiente, cayendo directamente en mi rostro, estaba confundido, no sabía quién se atrevió a esto.

Moviendo mi vista, pude ver como la chica que trate de rescatar sujetaba fuertemente el brazo del pervertido.

Y pude ver cómo la mano en mi rostro era de ella.

Quise preguntar que pasó, pero una patada proveniente del pervertido, me silenció de golpe.

"Así que el inútil quiere ponerle sus sucias manos a mi Asia-chan" habló con altivez el pervertido mientras se jactaba de mi.

"Pero... Qué demonios..." Susurré viendo directamente a la chica.

"No te engañes Kuroichi-san, es imposible que un desperdicio como tú, pueda tan siquiera dirigirme la palabra"

Al oir sus palabras, quedé en shock, ¿pero que decía Asia? No lo entendía...

"Pe-pero ayer te salvé" traté de decir pero fui interrumpido una vez más con una risa de todos los presentes menos la chica de pelo blanco que me miró con lástima.

"¿Tu la salvaste? Jajaja" Rias se rió fuertemente alentando a su nobleza.

"El que me salvó la vida fue Issei-kun, tu en cambio, solo fuiste a morir y fuiste salvado por mi Issei-kun, ¿verdad?" Contestó la monja, haciendo que Issei me mire con altivez.

Mis ojos se abrieron como platos mientras miraba la chica.

"Pero, fui yo quien la salvó de ese ángel caído"

Volviendo mi mirada a la pelirroja sentada a un costado, quise gritar, quise reclamarle y saber que demonios pasaba, pero de repente...

Un potente rayo recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, este maldito rayo fue proveniente de la sádica y la reina del grupo, haciendo que mi vista se oscuresca una vez más.

CONTINUARÁ.

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