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Ocho

Me desperté con la vista borrosa y la mente confundida, me senté y al mirar a mi alrededor me di cuenta de que estaba de vuelta en el ático, en el sofá de la sala.

Lexus estaba allí, mirándome desde el sofá a mi derecha.

—¿Qué te hizo pensar siquiera que podrías escaparte? —me preguntó con su tono habitual.

—El hecho de que dejaste el controlador atrás.

—¿Y no se te ocurrió preguntarte por qué lo dejaría atrás tan descuidadamente?

—Tal vez simplemente lo olvidaste. —Miré hacia abajo y luego noté las vendas en mis pies. ¿Llamó a un médico o a una enfermera?

Sonó el timbre.

—Te advertí, ¿no lo hice? —dijo él y se levantó—. Un día aquí y ya te estás portando mal. —Mi mirada lo siguió mientras iba a abrir la puerta, dejando entrar a dos hombres que trajeron una jaula grande.

Me estremecí, era demasiado grande para cualquier mascota. Tragué saliva y miré a Lexus mientras despedía a los dos hombres y luego miraba de nuevo la jaula. Era del tamaño perfecto para una persona. Lexus regresó al sofá.

—Bueno, ¿tienes algo que decir en tu defensa? —Tenía las manos en los bolsillos. Tomé una respiración profunda y lo miré.

—¿Quién quisiera vivir como un esclavo? Ni siquiera eres humano, eres como una persona sin sentimientos, diablos ni siquiera tienes comida en tu casa, espera esto ni siquiera es una casa, es solo una casa y encima de todo me electrocutaste dos veces en 24 horas!!! ¿¡Y ahora quieres enjaularme?! —Dije todo directamente y resoplé después de terminar.

Lexus echó un vistazo a la jaula, —La jaula no es para ti. —Lo miré con suspicacia—. Es para el niño.

—¿Perdón? —¿Un niño? ¿Quieres enjaular a un niño?

Todavía estaba procesando sus palabras cuando la puerta principal se abrió de golpe y una mujer alta, de cabello y ojos negros vestida con un traje formal blanco, entró.

Ella miró a Lexus y luego a mí, luego simplemente se giró, moviéndose un poco hacia un lado y dejando atrás a la niña pequeña.

No me di cuenta de que la niña estaba detrás de la señora todo este tiempo.

Ella cerró la puerta de un golpe al salir y la niña pequeña me miró mientras Lexus se agachaba sobre una rodilla.

—¡Tío! —La niña vino corriendo mientras Lexus abría sus brazos y la atrapaba, ella se envolvió alrededor de él mientras él se levantaba—. Tío, ¿quién es ella? —Me señaló.

—Es mi esclava.

¡Oh Dios! ¿De verdad le dijo eso a una niña? Wow.

—¿Qué es un esclavo?

—No necesitas saber eso. —La bajó—. Verano, ve a jugar. —Dijo mientras Verano iba a la puerta principal, abría la puerta y traía un perro. Estaba totalmente confundida, ¿estaba el perro allí todo el tiempo?

—Tú. —Lexus me miró con sus acostumbrados ojos fríos y sin vida—. Me ocuparé de ti cuando Verano se vaya. —Dijo y caminó hacia Verano que estaba trayendo al perro, le entregó su tarjeta de crédito y se fue.

—¡Eh, esclava! —Verano me llamó y la miré—. ¡Vamos a jugar! —Suspiré, me levanté y caminé hacia ella.

Por supuesto que tenía que jugar con ella, pero después de pasar un rato con ella me di cuenta de que también me estaba divirtiendo. Cuando se quedó sin energía la recogí y la llevé al sofá. —Esclava. Tengo hambre.

—No hay comida aquí.

—Oh, nunca hay comida aquí —la respuesta de Verano me sorprendió.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Lexus no come?

—Lo hace. Pero no sabe cocinar y no tiene sirvientes, así que siempre pide comida a domicilio. Entonces —sacó su tarjeta de crédito—, ¡también pedimos y comemos lo que queramos! —me pasó una sonrisa con todos los dientes y simplemente no pude resistirme a devolvérsela.

—Eres tan diferente de tu tío y, ¿esa señora que vino contigo es tu mamá?

—Mi madrastra. Y esclava, ¿no te gusta el tío?

—Ni un poco.

Mi respuesta la decepcionó —¿Por qué no? El tío es tan bueno.

Levanté las cejas —¿Bueno?

Ella asintió con la cabeza —El tío es la única persona en todo el mundo que me quiere —la miré, quizás una persona de corazón frío como él tiene un punto débil por su sobrina.

—Esclava. Tu nombre es raro —por supuesto que una niña de siete años no puede entender lo que es un esclavo.

—Mi nombre es Rosalie —justo entonces el estómago de Verano rugió y solté una risita—. Vamos a pedir algo.

***

Lexus regresó alrededor de las 10 pm y Verano ya se había quedado dormida en mis brazos. Se acercó a mí mientras yo estaba sentada en el sofá.

—¿Dónde está el niño?

—¿Niño? —¿A quién está preguntando? Claramente Verano está en mi regazo.

—El perro.

—¡Oh! ¿Qué? ¿El nombre del perro era niño? ¡¿Qué diablos?! —¡Oh!

—Verano lo envió de vuelta ya que quería jugar conmigo.

—Tío... —Verano se frotó los ojos mientras se despertaba.

—Ven aquí —Lexus extendió sus brazos.

—¡No! —se envolvió alrededor de mí—. ¡Me gusta más Rosalie! —Lexus me lanzó una mirada fulminante y me succionó la vida.

—Verano, ve con tu tío.

—¡No! —se frotó las mejillas contra mis pechos—. ¡Eres suave! Me gusta —y se quedó dormida de nuevo dejándome en una situación tremendamente incómoda.

—Pásamela —Lexus pidió y se la di. La llevó a su habitación y regresó unos minutos después—. Es hora de corregir a una mala esclava —dijo y tragué saliva de miedo—. Desnúdate —exigió.

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