¡Asombrando a toda la multitud!

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Al ver lo mucho que lloraba Qiao Xin, el corazón de Su Yan se apenó por ella. Rápidamente atrajo a Qiao Xin hacia su abrazo y la consoló suavemente —No llores. No estés triste. Te creo. Qiao Nian te ha tratado muy mal. ¡Solo no la consideres tu hermana en el futuro!

Qiao Xin lloraba con todo su corazón, pareciendo una vista lamentable. Levantó la mirada hacia Su Yan y habló, con la voz cargada de emoción —Hermano Su Yan, es toda mi culpa. Quise ayudarte, pero no me esperaba que las cosas terminaran así…

Al ver en qué estado estaba Qiao Xin, Su Yan miró a Qiao Nian con una mirada feroz. ¡No había esperado que Qiao Nian tratara a su hermana menor de esta manera todo el tiempo!

Cuanto más pensaba en ello Su Yan, más enfadado se ponía. Por él, Qiao Xin había tomado la iniciativa de darle el Pasto Suranne. Se había esforzado tanto solo para permitirle asegurar la oportunidad de colaboración con el Director Lin.