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Capitulo 52 El último logro de caballero (parte 3)

—Perspectiva de Clara.

Clara escuchó atentamente la charla de Asher y Alicia.

Pero al terminar de hablar, el hombre de antes los interrumpió. Clara lo miró detenidamente por unos segundos hasta que frunció el ceño.

Clara miró al hombre que estaba hablando con Alicia; por supuesto, Clara evitó escuchar la conversación del hombre ya que no le importaba.

Entonces el hombre se presentó. En ese momento Clara escuchó abiertamente.

"Me llamo Sebastián".

El nombre de Sebastián a Clara se le hizo un poco conocido.

Entonces ella lo recordó.

"Él... es un asesino y secuestrador de mujeres".

Clara estaba en lo cierto. Hace mucho tiempo atrás, Clara había oído rumores sobre un hombre llamado Sebastián que solía matar a las personas que no le agradaban, secuestraba mujeres para intercambiarlas por dinero y hacía todo a cualquier costa sin tener miedo alguno de que lo descubrieran.

Pero Clara sabía por qué este hombre aún estaba suelto.

"Todos le tienen miedo".

Los rumores decían que Sebastián mataba a todo aquel que se atrevía a acusarlo de asesinato y secuestro. Clara sabía exactamente quién era, pero nunca lo había visto en persona. Ahora estaba justo frente a sus ojos, hablando con Alicia y Asher.

Frunciendo el ceño, Clara miró a Dik.

Dik la miró por unos segundos. Entonces, Clara haciendo unos movimientos con sus ojos, Dik entendió al instante.

"Él debe estar preparado". Si era el Sebastián que ella conocía por los rumores, entonces debía estar alerta.

En cualquiera de los casos, esta noche podría tener manchas de sangre en toda la posada.

"Estoy cerca del cuarto círculo, si fuera más fuerte lo podría matar".

Clara pensó por un momento. Clara ahora es más fría; no le importa matar a cualquiera que sea un asesino, sospechoso o que solamente sepa algo por los rumores. Si Sebastián es realmente el de los rumores, entonces Clara debe matarlo, pero según esos rumores Sebastián es muy fuerte. No es alguien con el que deba meterse así de fácil.

Ella no debe ser imprudente. Estando tan cerca del cuarto círculo, Clara no puede asegurar ganarle a Sebastián, pero él no está armado en este momento. Aún así, no debe ser imprudente tan fácilmente.

"Bueno, entonces parece que están bien". Sebastián habló muy tranquilamente.

"Adiós, señor". Alicia, sin saber nada, habló amablemente.

"¿En serio no se dio cuenta de lo que ese sujeto estaba tramando?", pensó Clara.

Clara desde un principio sabía que Sebastián no se acercaba a ellos de buena manera. Parecía estar buscando información acerca de algo o alguien; por supuesto, Clara no sabía exactamente qué estaba tramando ese sujeto, pero es posible que vino a hablar por algún motivo.

Entonces Sebastián se fue y nuevamente Alicia habló con Asher, pero de una manera diferente.

"Entonces... no sabía que te gusta estar cerca de mí".

"..."

"..."

Simplemente todos los que escucharon las palabras de Alicia se quedaron en blanco sin decir nada.

***

—Cambio de escena.

—Perspectiva de Asher Frostblade.

Entrando a la habitación de la posada, miré por la ventana de la habitación. Según lo que sé, la habitación de ese sujeto llamado Sebastián está justamente al lado de la nuestra.

Para mi sorpresa, ese sujeto era incluso más sospechoso de lo que pensé. Obviamente se acercó para conseguir información de nosotros, pero...

"¿Por qué demonios me miraba más?". De hecho, era solamente a mí a quien miraba.

Es como si estuviera buscando información acerca de mí, pero yo en este mundo soy desconocido. No tengo una identificación o algo para que sepan quién soy, soy un desconocido para todo este mundo.

Por supuesto, a excepción de algunas personas en el castillo de Gloriana y en todos los gremios donde he tenido mis misiones.

Pero aparte de eso, prácticamente soy un desconocido para cualquier persona que me mire. Entonces, ¿por qué ese sujeto estaba tratando de conseguir algo de mí?

"¿Y por qué me miraba bien en el momento en que llegué?".

"Podría ser...".

No creo que miró mi rostro. Por lo que sé, mi apariencia es muy similar a la de la realeza, pero tampoco soy parecido a uno de la realeza y ni siquiera he mostrado mi rostro aún.

Entonces, ¿qué podría ser?

"Mierda, es tan frustrante".

Suspirando por un momento...

"Golpe".

Un sonido bajo como de un pequeño golpe resonó justamente al lado de la habitación.

Entonces miré a Clara, que era la única que estaba en la habitación actualmente.

"¿Escuchaste eso?".

Ella asintió. Entonces, rápidamente nos acercamos a la parte.

"Era un golpe, o simplemente dejaron caer algo".

"No lo sé... pero..."

"Sonido sordo".

Entonces, un pequeño sonido como si algo estuviera rascando el muro se escuchó muy bajo, pero claramente algo así.

"Es como si algo estuviera justo a nuestro lado".

"Es verdad". Entonces, afirmé.

Por supuesto, es extraño de alguna manera la forma en que las personas de abajo miraron con miedo a ese grupo de tres e incluso murmuraron algo acerca de "ella" y algo de que está muerta, quizás. De hecho, todo eso era extraño y ahora un ruido estaba justo del otro lado de la pared, lo cual era inusualmente extraño.

Entonces, recordando momentos de mi vida pasada, pude recordar más o menos.

Sabía que en algún momento había escuchado este tipo de situaciones: un muro que está teniendo sonidos que no son normales. Eso significa que alguien está justo del otro lado de la pared mientras está atado con cuerdas e intenta moverse para estar más cómodo en el suelo.

Fue entonces que hablé.

"Es un secuestro". Clara me miró fijamente.

"Tienes razón", afirmó ella.

Más que nada, se podía escuchar ese ruido y los murmullos de las personas de abajo; claramente se trataba de un secuestro.

El problema es...

"Esos tres están adentro".

No solo es por eso, esos tres sujetos son tan fuertes que pueden incluso matar a un mago de hasta el cuarto círculo. De eso sí estaba seguro.

A simple vista no parecen tanto, unos simples matones, pero ellos dan esa sensación de estar frente a un oponente fuerte. En un instante cualquiera puede sentirlo ante un oponente fuerte.

"Deben de estar armados".

"No podemos hacer nada aún, esperemos a ver si sucede algo más".

"Tienes razón". Entonces afirmé y regresé a la ventana.

Aún era de tarde y todavía no estaba anocheciendo. Eran como las cuatro de la tarde. Félix, Dik y Alicia estaban abajo; quizás estaban bebiendo o quién sabe qué estén haciendo.

Pero de algo estaba seguro: del otro lado de la habitación es muy sospechoso, pero aún no hay evidencia. Si es una persona secuestrada, entonces debemos actuar de inmediato.

***

—Cambio de escena.

—Perspectiva de Sebastián.

Sebastián miró su cuchillo mientras lo afilaba. Las chispas revoloteaban en el aire, y el filo del cuchillo se hacía más afilado.

Pedro en ese instante se acercó.

"Jefe... ¿Por qué hablaste con esos sujetos?"

"..."

Sebastián no levantó la mirada y siguió afilando su cuchillo.

"Jefe", Pedro volvió a hablar.

Entonces, en ese instante, Sebastián levantó la cabeza y miró a Pedro.

En ese instante, los pelos de Pedro se erizaron por la fría mirada de enojo de Sebastián. Las venas sobresalían de su rostro mientras miraba seriamente a Pedro.

"L-lo siento, me iré si quieres", Pedro tartamudeó.

"Espera". En ese momento Sebastián habló.

Pedro lo miró y entonces Sebastián habló al instante.

"Esos cabrones... los mataremos en la noche".

Pedro miró a Sebastián, quien estaba confundido por sus palabras. Entonces Pedro preguntó.

"¿Por qué? No ganamos nada".

"Solo haz lo que yo te diga, y digo que los mataremos en la noche".

"¿Pero y el intercambio?"

"Imbécil, el intercambio es a medianoche. ¿Cuánto tiempo crees que tardaremos en matarlos?"

En eso Pedro miró por la ventana, entonces regresó su mirada a Sebastián, pero esta vez con una sonrisa.

"Tienes razón". Pedro en ese momento habló más alegre.

Por supuesto, Pedro es como un amante del asesinato. De hecho, incluso Sebastián mira a Pedro como un loco psicópata. Mata a sus presas con una gran hacha de casi dos metros. Por supuesto, el agarre que es la barra que sostiene con las manos la hacha es lo largo; la hacha en sí es larga, solamente el agarre, mientras que la parte donde golpea y mata a sus presas es tan filosa y gruesa, con forma de cuadro.

Sebastián incluso mira esa hacha como un arma de un asesino loco; eso es lo que ve en Pedro.

Por otro lado, Vendrik usa una espada larga de cuatro metros. La espada no es tan gruesa, pero es muy ancha; el agarre es grueso y está cubierto con vendas. Es una espada muy grande.

"Estos dos..."

Sebastián, mirando su cuchillo, ignoró a los dos que estaban admirando sus espléndidas armas de locos.

El arma de Sebastián, por supuesto, es muy sencilla: una daga del tamaño de su brazo. En un niño parecería una espada, pero en manos de Sebastián es una daga decente. Su estilo de lucha es cuerpo a cuerpo.

Sebastián está muy bien entrenado para el combate cercano. Es un hombre con grandes músculos y una altura de casi dos metros, lleno de cicatrices y tatuajes. Simplemente estar frente a un sujeto así a cualquiera le daría miedo. No solo su tamaño y músculos son intimidantes.

El combate cercano es la especialidad de Sebastián; de eso él está muy seguro, más que nadie.

Suspirando, Sebastián se levantó de su asiento, dejó el cuchillo a un lado y entonces miró a Emilia.

"Oye, niña..."

Emilia abrió los ojos y entonces miró a Sebastián, que estaba justo frente a ella, a un metro de distancia.

"Mmm..."

Con la boca tapada por un trapo que la cubría y evitaba hablar, Sebastián se lo quitó.

"¿Sabes por qué ese sujeto te quiere tener?"

Sebastián, aunque prefiere el dinero más que cualquier otra cosa, tiene un fetiche: ser un chismoso que le gusta saber adónde van a parar sus secuestros y quién es el que los compra.

En este caso, Sebastián quería saber la identidad del sujeto que le daría esa gran cantidad de oro a cambio de darle a Emilia.

"N-no... lo sé".

"..."

"Ya veo, parece que no sabes nada".

"..."

Entonces Sebastián volvió a tapar la boca de Emilia.

Caminando hacia la ventana, Sebastián miró el anochecer. Lentamente, la luz del sol se estaba apagando.

"¿Quién será, quién será, quién será?"

Una y otra vez, Sebastián se pregunta sobre la identidad del sujeto.

Tenía tanta curiosidad por saber quién es y cómo demonios tiene tanto dinero. Por supuesto, no es como si Sebastián le preguntara; él sabe que podría meterse con una persona con la que no debería.

Sebastián no es estúpido para hacer tal cosa.

"A la mierda, solo es cuestión de tiempo y también debo matar a ese grupo".

Mirando hacia abajo, Sebastián miró el carruaje en el que había venido ese grupo al que él quería matar.

"Creo que lo dejaré vivo, tal vez es lo que creo".

***

—Cambio de escena.

—Perspectiva de Alicia.

"Dame otro más". Alicia miró a Dik, quien estaba tomando bastante cerveza desde que bajaron a beber.

"Oye, idiota, no deberías beber demasiado".

"Ese no es tu problema". Entonces Dik habló mientras fruncía el ceño.

Alicia lo miró y entonces lo golpeó en el rostro.

"Golpe".

"¿Qué demonios...?"

"Dije que no bebas más".

"..."

Frunciendo el ceño, Dik bajó la taza grande que estaba llena de cerveza.

"Sí, sí... como tú digas". Entonces Dik miró hacia otro lado, pero rápidamente volvió a ver a Alicia.

Mirándola, Dik preguntó:

"No creo que seas idiota, ¿verdad? Ese sujeto de antes..."

"Sí, lo sé. Él estaba viendo a cada segundo a Asher; por su actitud parecía estar buscando información", respondió Alicia.

"Era tan obvio. Ese tipo trama algo", dijo Dik, volviendo a mirar a Alicia.

"Debemos tener cuidado, específicamente con ese Sebastián; es el más fuerte".

De igual manera, Alicia asintió. No es como si Sebastián fuera débil; de hecho, ambos sabían exactamente que ese tipo era extremadamente fuerte. No es un oponente al que deban subestimar.

Félix, que estaba trayendo unos platos, se sentó.

"Los otros ya deberían de estar por bajar", dijo Félix, mirando hacia las escaleras que llevaban al segundo piso de la posada.

"Hablando de ellos, ahí vienen", dijo Alicia al ver a Asher y Clara bajando las escaleras.

Asher y Clara se sentaron de igual manera. Mirando a todo el grupo, finalmente Félix habló.

"Mañana estaremos llegando al bosque. Es mejor que recarguen energías, así que hoy los invito a comer".

"Gracias".

"Gracias".

Al mismo tiempo, todos agradecieron a Félix.

Mientras todo el grupo charlaba tranquilamente, el anochecer estaba cada vez más cerca y, por supuesto, Sebastián y los demás estaban por hacer sus movimientos...

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