La Hija Verdadera y la Falsa (2)

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—Ven y reemplázame mañana por la mañana —dijo Su Xiaoxiao con firmeza.

Al final, el médico Fu no pudo persuadir a Su Xiaoxiao y se sentó en el carruaje de la mansión del duque.

El pequeño Quanzi miró con expresión desconcertada la espalda del médico Fu mientras se alejaba.

—¿Por qué el doctor Fu le hacía tanto caso a su discípulo?

—¿No debería el discípulo escuchar al maestro?

—¿Sigue siendo él su maestro?

…

Por otro lado, Qin Yanran traía a la criada a la residencia.

Qin Yun también vivía en la residencia. Cuando escuchó que su hermana estaba allí, se apresuró a salir corriendo por la puerta.

—¡Hermana!

Qin Yanran miró a su hermano que caminaba hacia ella y sonrió.

—Ah Yun.

Qin Yun le agarró la manga y suplicó.

—Hermana, ¿por qué solo vienes a verme ahora? ¡He estado de vuelta por dos días! ¿Has venido a llevarme de regreso a la residencia?

Qin Yanran dijo,

—Escuché que has vuelto por dos días y has dormido por dos días.

Qin Yun frunció los labios.