Los reporteros ya habían llenado la oficina. En el momento en que Xue Xi entró, los reporteros se volvieron para mirarla.
Xue Xi enderezó su espalda y caminó lentamente hacia adentro.
El Viejo Liu se detuvo cuando la vio y el Director dijo:
—Xue Xi, ¿por qué estás aquí?
Xue Xi había entrado para ganar tiempo, en caso de que el Director realmente diera la orden. Sin embargo, Qin Shuang y Zhou Zhen aún no habían llegado y ella no sabía qué decir. Por lo tanto, simplemente miró a Qin Lu.
Todos siguieron su mirada.
Al ser observada por tantas personas, Qin Lu se sintió desconcertada. La señora Qin también miró fijamente a Qin Lu y luego se volvió hacia Xue Xi con confusión:
—¿Qué estás mirando?
Durante esta conversación, Qin Shuang y Zhou Zhen entraron corriendo a la oficina.
Xue Xi suspiró aliviada:
—Nada importante.
Todos:
?
—¡Hermana Xi! —gritó Qin Shuang. Con Zhou Zhen a su lado, le pasó a Xue Xi una hoja de papel A4—. ¡Listo!
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