Quiero hacer todo contigo

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Él nunca necesitaría comparar precios y productos.

Solo alguien tan pobre como ella tendría que hacer algo así.

Al pensar en ello, sintió que su corazón se apretaba con un leve dolor.

Los ricos y los pobres eran en verdad personas de dos mundos muy diferentes.

—¿Estás cansada de las compras? ¿No tienes ganas de caminar más? —Qiao Mianmian había visto un área de descanso en este nivel y le preguntó suavemente después de pensar un poco—. ¿Quieres esperarme en el área de descanso? No tienes que seguir comprando conmigo, terminaré de comprar lo más pronto posible y después vendré a buscarte.

Mo Yesi simplemente se había quedado quieto al lado mientras ella miraba los bolsos justo ahora.

También estuvo en silencio observándola mientras la empleada le promovía el bolso.

Como él tenía poco o ningún entendimiento sobre esas cosas, ni siquiera podía dar su opinión o algo por el estilo.

Solo de pensarlo, Qiao Mianmian se sentía aburrida.