La semilla de la envidia

—¿Eso es todo lo que querías saber?

—No te preocupes, tu recompensa será grande, Profesor Fernando.

—Manténlo ocupado solo una semana.

—Le he dado suficiente trabajo para mantenerlo ocupado, pero si lo termina pronto no puedo hacer nada.

—Sus resultados académicos son inauditos, incluso Eva Williams, que se considera un prodigio, no está a su nivel.

—Profesor Fernando, esto no fue una petición, estoy seguro de que lo sabes.

...

—Estoy seguro de que sabes que ya estoy ocupado con mi próximo proyecto con Reece.

¡Ping!

Una notificación apareció en la Pulsera de Identificación.

—Bien, te dejaré ahora —dijo.

Fernando miró hacia la puerta a la figura de Leonard Tarvian saliendo de su habitación mientras se agarraba la cabeza.

—¿En qué lío me has metido, Profesor Argas? —murmuró Fernando.

***

Alyssa, que estaba de pie en el lugar, con lágrimas que se formaban alrededor de sus ojos, se quitó la máscara y se secó esas lágrimas.