Capítulo 42 – Turismo

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Nick salió de la tienda con un tazón de sopa de cubos vegetales en sus manos.

Cuando Nick canceló el pedido al darse cuenta de que no podía pagar, el dueño dijo que el tazón estaba por cuenta de la casa.

Como persona práctica, Nick no vio problema con eso y simplemente lo aceptó felizmente.

Nick también le dijo al dueño que podía pedirle ayuda a Nick si necesitaba algo.

Después de salir del mercado bastante rápido, Nick miró el tazón de sopa de cubos vegetales en sus manos con asombro.

En los Arrabales, la gente mayormente comía carne.

Rata, gato, perro, insectos y demás.

No obstante, también era necesario comer algunos cubos vegetales de vez en cuando.

Los cubos vegetales eran cubos verdes hechos de diferentes verduras, que ya no podían venderse en la Ciudad Exterior.

Cuando las verduras empezaban a echarse a perder, las tiendas las vendían a una de las pandillas, que luego las recogían todas, las echaban en algún tipo de horno y las cocinaban hasta que no quedaba agua en ellas.

Un cubo pesaba alrededor de cien gramos y costaba un crédito.

¡Era caro!

Por eso, la gente en los Arrabales solo los comía una vez a la semana aproximadamente.

Si no lo hacían, empezarían a mostrar varios signos de desnutrición.

El tazón de sopa de cubos vegetales era de color beige, y había una capa oleosa en la parte superior, que parecía haberse separado de la sopa.

Los cubos se habían convertido en trozos viscosos y blandos que nadaban en el caldo beige.

Nick también podía ver un par de larvas de mosquito nadando en el caldo.

Estas no eran larvas de mosquitos normales sino larvas de los mosquitos que pertenecían al Espectro, el Mosquito.

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Los mosquitos del Espectro se reproducían continuamente y, al parecer, al Espectro no le importaba si alguien comía las larvas.

De hecho, mayormente se podían encontrar en los Arrabales, y eran muy saludables.

Pero también eran caras.

Las larvas de estos mosquitos eran mucho más grandes que las de los mosquitos normales.

¡Cada una medía unos cinco centímetros de largo!

Cuando Nick vio la sopa, supo que tenía en sus manos algo de clase extremadamente alta.

—¡No es de extrañar que esto sea tan caro! —pensó Nick con asombro.

—Tiene cuatro o cinco larvas y probablemente más de 300 gramos de cubos vegetales.

—¡Eso es suficiente comida para dos o tres días!

Nick lentamente llevó el tazón a su boca y bebió el caldo tibio.

La grasa se había separado del agua, y las larvas tenían un sabor amargo y metálico.

El sabor lejano de las verduras también se podía discernir ligeramente.

Nick cerró los ojos en la dicha.

Era increíble.

Nunca había comido algo tan bueno en toda su vida.

—Además, ¿cuál es este sabor fuerte? No logro identificarlo.

—Espera, ¿es eso lametón de óxido?

En la mente de Nick apareció la imagen de una gran roca cerca del borde de la ciudad.

Esa roca estaba hecha de un mineral mágico que podía tratar algunas condiciones especiales que causaban mareos, náuseas y vómitos.

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La gente solo necesitaba lamer la roca un poco, y se sentirían mejor.

Nick había escuchado a algunas personas referirse a ella como sal, pero comúnmente se conocía como lametón de óxido ya que la gente la lamía de una piedra sucia.

«¡Poner lametón de óxido en una sopa. Eso es genial!», pensó Nick.

«¡Sabe tan increíble!»

Durante la siguiente hora, Nick consumió lentamente el caldo, y después de terminar, se sintió increíblemente bien.

Nick sintió como si su cuerpo le dijera lo feliz que estaba.

«Esta es la vida», Nick pensó satisfecho. «Si pudiera comer esta sopa todos los días, podría morir feliz».

Un momento después, Nick bostezó.

«Hombre, ahora estoy cansado. Supongo que debería regresar a casa y dormir un poco».

Nick se estiró y se volvió para caminar hacia su casa.

Después de llegar, Nick entró en su habitación y cayó sobre su cómoda placa de metal sin óxido.

Su cuerpo entero se relajó al sentir el abrazo confortable del sueño llevándolo.

Varias horas después, Nick despertó de nuevo, y esta vez se sintió despierto y renovado.

¡Había dormido de maravilla!

Después de despertar, se rascó lentamente la parte posterior de la cabeza en relajación.

«Hombre, me siento genial», pensó con un bostezo.

«Entonces, ¿qué hago hoy?»

Después de un rato pensando, Nick decidió echar un vistazo a la Ciudad Exterior.

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Durante todo el día, Nick hizo turismo en la Ciudad Exterior, y aprendió muchas cosas.

Por ejemplo, había aprendido cuántos tipos diferentes de tiendas había.

—¡Había tiendas que vendían piedras caras que no tenían otro propósito más que verse bonitas!

—¡Era una locura!

—¿Por qué alguien pagaría dinero para llevar una piedra consigo?

Nick también aprendió que había lugares donde podía dormir sin hacerlos su hogar.

Estos lugares se llamaban hoteles.

Los hoteles no existían en los Arrabales puesto que había más casas que personas, pero lo mismo no era cierto para la Ciudad Exterior.

Después de enterarse sobre los hoteles, Nick decidió alquilar una habitación por un par de días e hizo que Horua lo acompañara.

Nick no quería pasar todo su tiempo solo, y también quería tener a alguien con él que le fuera familiar.

Nick incluso visitó varios restaurantes, pero no comió en ninguno de ellos.

—¡Los precios eran ridículos por solo un poco de comida!

—¿Diez créditos por 150 gramos de carne?!

—¡Podría conseguir eso gratis simplemente aplastando un par de bichos!

La sopa que había comido el día anterior había pesado casi un kilo, incluyendo el caldo, y los ingredientes habían pesado más de 400 gramos!

Eventualmente, Nick consiguió algunos créditos físicos de un banco, y comió más sopa de cubos vegetales con Horua.

Al día siguiente, Nick y Horua exploraron más la Ciudad Exterior.

Y finalmente, ¡era hora de volver al trabajo!

—¡Era hora de que Horua trabajara con el Soñador!

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