Tan bueno con las palabras

Fu Hua entró y vio a Jia Li comiendo rápidamente y sonrió. —Parece que hice bien en pedir tu desayuno a tiempo.

—Al menos sabes lo que tienes que hacer. ¿Quién subió la comida hasta aquí? —preguntó Jia Li después de tragar la comida en su boca.

—Los sirvientes, pero yo te vestí antes de salir a correr esta mañana —respondió Fu Hua mientras se dirigía hacia la puerta del interior, pero Jia Li lo detuvo con una pregunta.

—¿Puedo hacer una pregunta?

—Sí, claro —respondió Fu Hua con una sonrisa y volvió a su lado para sentarse junto a ella en el sofá.

—¿Ya desayunaste? —preguntó Jia Li.

Fu Hua se sorprendió cuando ella le hizo esa pregunta porque pensó que tenía algo importante que preguntar, lo que hizo que no fuera directamente a ducharse.

—No —respondió Fu Hua.