¡Sal de la industria del entretenimiento!

Qin Yan se apoyó contra el cristal y observó un rato. Lu Yaran seguía tratando de consolar a su pobre hija mientras Qin Yicheng probablemente se ahogaba en trabajo en la oficina.

Solo Qin Mufeng yacía tranquilamente en la UCI por sí mismo.

—Señorita Qin —susurró el jefe de los guardaespaldas—. El Amo le pidió que volviera a casa a cenar.

—¡Voy! —respondió Qin Yan mientras saludaba a Qin Mufeng—. Entonces me iré. ¡Nos vemos mañana! Si estás cansado, descansa. Pero no descanses demasiado tiempo~

Después de hablar, salió suavemente de la habitación sin mirar atrás.

Poco después de que se fuera, el dispositivo que estaba monitoreando a Qin Mufeng de repente emitió un pitido largo. Varios enfermeros y doctores se apresuraron a entrar en la sala para revisar. "¿Qué pasó?"

—El paciente... acaba de tener una reacción...

*