Capítulo 249 una confesión menor

Con un poco más de esfuerzo, Kat rompió la nieve a su alrededor para que Menor y ella pudieran sentarse de nuevo. Aún estaba un poco apretado, pero ambas estaban agradecidas por el espacio. Incluso Menor tuvo que escupir un bocado de nieve.

—Gracias —dijo Menor con voz rasposa.

—¿Estás bien? —preguntó Kat.

Menor tosió una vez más y se puso la mano en la garganta. Mientras la frotaba, Kat pudo ver pequeñas grietas cristalinas que recorrían su cuello y se extendían hacia la cara de Menor. Los ojos de Kat se abrieron de par en par, pero cuando Menor se dio cuenta de esto, le hizo un gesto con la mano despectivo a Kat.

—No te preocupes, estoy bien. Solo tuve que evitar que nos aplastaran de verdad. Hice que el espacio se encogiera en lugar de colapsarse y pudo haber sido un poco más extenuante de lo que había sospechado —dijo Menor.