Capítulo 46 El Gran Final Parte Dos Basta de Payasadas
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—Entonces, creo que necesitamos ser al menos un poco serios respecto a esto —dijo Kat.
—De hecho, estamos suspendidos en un vacío infinito de oscuridad mientras el tiempo se escapa y los recuerdos de la última vez que hablamos con nuestros amigos se alejan cada vez más —dijo Kat.
—Un poco morboso, ¿no crees? —dijo Kat.
—Aunque es bastante cierto. No sabemos cuánto tiempo está pasando mientras simplemente estamos sentados aquí, y ya hemos descubierto que nuestra memoria no está exactamente al día en este momento —dijo Kat.
Kat suspiró. —Supongo que tienes razón. La primera orden del día es averiguar dónde estamos.
—Bueno, mi voto es que estamos en la cabeza de cualquiera de nosotras que sea la verdadera Kat —dijo Kat.
—¿Y si ambas fuéramos falsas? —dijo Kat.
—Un pensamiento interesante. ¿Somos ambas delirios de otra versión de Kat? —dijo Kat.
—Creo que estamos en el punto en que tenemos que considerar todas las posibilidades aquí. Nos hemos convertido en un demonio, tal vez completamente en este punto, así que sabemos que la magia es real —dijo Kat.
—Así es —dijo Kat.
—Espera, ¿por qué pienso que nos hemos convertido en un demonio por completo? Todavía quedan pasos en mi despertar… Siento que todavía había algo que tenía que hacer —dijo Kat.
—¿Podrían ser los cuernos? Esos son nuevos —dijo Kat.
—Pero solo tú tienes cuernos, ¿verdad? —dijo Kat.
—Creo que deberías revisar tu propia cabeza y ver por ti misma —dijo Kat mientras golpeaba su cabeza con la mano y, para sorpresa de Kat, escuchó que conectaba con el fuego. Kat alzó la mano hacia su cráneo y descubrió que, de hecho, tenía un par de cuernos a juego, aunque no podía ver si estaban hechos de fuego o no.
—¿Los míos están en llamas como los tuyos? —preguntó Kat.
—No, solo los míos. Me pregunto si eso marca una diferencia o qué podría significar —dijo Kat.
—Siento que eso tiene que ser importante por alguna razón. Siento que el fuego era importante —dijo Kat.
—Bueno, quizás deberíamos volver al tema de, dónde estamos primero, podemos ocuparnos de por qué mi cabeza está en llamas más tarde —dijo Kat.
—Siento que esto es importante, sin embargo —dijo Kat.
—Bueno, no podemos exactamente votar sobre ello —dijo Kat.
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—Cierto... ¿tienes una moneda que podamos lanzar? —dijo Kat.
—Ah sí, porque donde quiera que estemos llevo monedas conmigo, porque somos conocidas por llevar cambio encima —dijo Kat(?) con las manos en sus caderas mirando a Kat con cierta intensidad.
—Está bien, está bien, iremos con tu idea, intentar averiguar dónde estamos primero —dijo Kat.
—Genial, así que la teoría de trabajo actual es que estamos en la cabeza de una Kat, ¿hay alguna forma de confirmar esto? —dijo Kat(?).
—¿Podríamos intentar cambiar el paisaje de alguna manera, quizás pensando muy fuerte en ello? —dijo Kat.
—¿Sabes lo ridículo que suena eso, realmente querríamos que nuestra mente fuera un abismo sin fin? —dijo Kat(?).
—*Bueno, no tienes por qué ser tan despectiva al respecto. No creí que fuera tan reacia a probar algunas ideas*, pensó Kat.
—Grosera —dijo Kat(?).
—Espera, ¿dije eso en voz alta? —dijo Kat.
—Por supuesto, ¿de qué estás hablando? —dijo Kat(?).
—*¿Y ahora?* —pensó Kat llevándose la mano a la boca.
—Sí, todavía puedo escucharte incluso con la boca tapada. No entiendo cuál es el punto —dijo Kat(?).
—¡Aja, creo que tengo pruebas de que estamos en la mente de alguien! Los pensamientos se proyectan —dijo Kat.
—Oh, déjame intentar, sí, de hecho, creo que esto funciona —dijo Kat(?) sin mover su boca.
—Así que estamos en nuestra cabeza, genial, ahora ¿cómo salimos? ¿Se rompió algo? —dijo Kat.
—Realmente no lo creo —dijo Kat(?).
—No, no, eso no es del todo correcto, estoy segura de que algo se rompió —dijo Kat.
—Nada falló, Kat, ¿por qué estás tan preocupada? —dijo Kat(?).
—Fallar, espera, eso es. Fallé en algo, algo salió terriblemente mal y, ¿hice algo a mi mente? —dijo Kat empezando a agitarse.
—No, estamos bien, todo está bien, ¿por qué no te calmas un poco aquí? —dijo Kat(?).
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—Tranquilizante, tranquilizante, mierda. Algo que ver con fuego, y calmarse —dijo Kat.
—Realmente no creo que estemos llegando a algún sitio —dijo Kat, empezando a sudar ligeramente.
—Espera, Menor, ¿logré destrozar mi mente de alguna manera como Mayor? —dijo Kat.
Soltando un profundo suspiro que Kat no sabía que contenía, asintió enérgicamente —Sí, sí, eso debe ser. Tenemos que estar aquí para reconciliar algunas cosas si ese es el caso.
—Hmm, pero ¿qué tendríamos que reconciliar? Algo todavía parece un poco raro —dijo Kat.
—No, nosotros, esto debe ser la última parte de convertirse en demonio, necesitas reconciliar nuestra nueva naturaleza demoníaca —dijo Kat.
—¿Reconciliar cómo? —dijo Kat—. Parecía que estábamos de acuerdo en casi todo hasta ahora.
—Bueno, ahora somos un súcubo, así que seguramente tenemos que encontrar alguna... presa —dijo Kat, lamiéndose los labios.
—Nah, yo no voy a hacer eso —dijo Kat.
—¿Qué? Pero tú eres un Súcubo, digo, nosotros somos un Súcubo, es lo que hacemos ahora —dijo Kat.
—Hmmm —murmuró Kat.
—Y quiero decir, ¿qué hay del, um, ese chico, el popular que siempre lleva chaquetas de cuero todo el tiempo? —dijo Kat.
—¿Qué, Brent? De ninguna manera, no he hablado con él en años y nunca me gustó de todos modos. Ciertamente no tengo interés en, um, ¿cómo dijiste? acecharlo —dijo Kat.
—Ya ves, esto debe ser, no puedes aceptar el hecho de que deberías perseguir personas ahora —dijo Kat.
—No, yo no soy así —dijo Kat.
—Corrección, no eras así —dijo Kat con una sonrisa depredadora.
—No estoy de acuerdo contigo —dijo Kat.
—Y eso debe ser por qué nos separamos —dijo Kat, visiblemente emocionada—. Tienes que dejarme entrar Kat, acepta lo que eres ahora.
—Yo no soy así —afirmó Kat con firmeza.
Kat se acercó deslizándose a Kat y extendió la mano para tocarle la cara y acariciarla cuando la cola de Kat instintivamente le abofeteó la cara. Kat levantó una mano temblorosa hacia su cara y miró hacia Kat con ira en los ojos.
—¿Qué haces, atacarme realmente va a resolver tus problemas? Tienes que dejarme entrar —dijo Kat.
—Tú no eres yo, nunca fuiste yo —dijo Kat con una mirada tranquila.
—Ahora, eso es sacar conclusiones precipitadas. Definitivamente soy tú —dijo Kat.
—Ja, ¿realmente piensas eso? Ni siquiera tienes cola —dijo Kat señalando detrás de Kat.
Kat saltó echando fuego de sus rasgos demoníacos intentando atacar a Kat pero todo se deslizó alrededor de una burbuja que la rodeaba.
—Me temo que eso no va a funcionar. Tú eres la energía demoníaca, ¿no es así? —dijo Kat.
—Soy tú, ya lo dije, solo acéptalo Kat, eso es todo lo que tienes que hacer —dijo la figura llameante.
—Pero yo no soy como tú. Soy un demonio, sí, pero ciertamente no necesito rebajarme, ¿cómo dijiste? Acechando a la gente. Piensa en todos los contratos que ya he completado, nunca estuvo ni cerca de suceder —dijo Kat.
—Acéptalo, eres un demonio ahora. No puedes luchar contra eso, no hay nada que puedas hacer, nada —dijo Kat.
—Mira, ahí es donde te equivocas. Ahora recuerdo, necesito condensar mi Llama Demoníaca, y eres tú, ¿no es así? Ni siquiera pudiste recordar mi cola, honestamente estoy un poco molesta conmigo misma por haber tardado tanto tiempo en darme cuenta —dijo Kat.
—¿Una cola? ¿Me acusas de olvidar una cola? Ante mi poder, ¿por qué importa algo tan insignificante? —gruñó la forma que se deformaba rápidamente mientras lanzaba más fuego hacia Kat.
—Mira, es justo eso. Esa cola fue lo que inició todo. Fue uno de mis primeros cambios y hasta el día de hoy sigue siendo uno de los más útiles. La he usado para abrir puertas, puedo usarla para defenderme contra cosas como tú y es capaz de confortar a las personas que me importan —dijo Kat.
—Jaja, tonta, ¿confort? No hay confort, no puedes escapar de tus instintos, sucumbirás —dijo Kat.
—Pero acabo de repasar esto, no son mis instintos, quizás sean los tuyos, pero no son los míos. Quizás tú necesitas calmarte —dijo Kat mientras empezaba a presionar su aura calmante contra la forma llameante. Un horrible chillido resonó en la mente de Kat mientras el fuego parecía colapsarse sobre sí mismo.
—¿Qué pasa, no hay más bromas para mí? —dijo Kat.
Con un último chillido, el fuego pareció plegarse sobre sí mismo antes de expandirse una vez más en una forma que reflejaba a Kat, sin embargo esta vez la figura estaba quieta con sus ojos cerrados, completamente hecha de fuego e incluía la tan importante cola.
—¿Hola? —dijo Kat, agitando sus manos frente a la figura. Al pincharla en el costado, Kat sintió que su propio costado era pinchado.
—Ok esto es raro, ¿qué demonios es esto?
ESTO ES LA LLAMA DEMONÍACA CONDENSADA DE USUARIA KAT
*Genial.* Pensó Kat. *Si has vuelto, eso significa que puedo descansar...*