Capítulo 41 Lo que dejas atrás
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Kat avanzaba con paso firme por el orfanato. El pasillo estaba relativamente tranquilo, pero se podían escuchar niños detrás de algunas puertas, probablemente disfrutando del descanso de la escuela. Al abrir su puerta, Kat lanzó la bolsa sobre su cama y procedió a doblar su ropa sin mucho entusiasmo, para luego colocarla en su bolsa. Después de un momento haciendo esto, Lily comenzó a ayudar a Kat en silencio, sacando ropa de sus perchas y pasándosela a Kat para que la doblara rápidamente.
—¿No deberías cuidar un poco más tu ropa, Kat? —preguntó Lily
—No realmente, todas estas son solo ropa de diario, pueden estar un poco arrugadas y sobreviviré —dijo Kat
—Deberías cuidar mejor tu ropa, Kat —dijo Lily
—Quiero decir que está bien, ¿no? Ni siquiera plancho nada, así que algunas arrugas son de esperarse —dijo Kat
—Espera, ¿ni siquiera planchas nada? Nunca supe eso; ¿no tienes ropa bonita que necesite mantenimiento? —preguntó Lily
—Bueno, por supuesto —dijo Kat. Lily esperó mientras manejava la ropa de Kat esperando que ella explicara más. Después de tres juegos de ropa interior Lily preguntó:
—¿Y bien?
Kat simplemente miró a Lily mientras doblaba la ropa y la colocaba sin mirar en la bolsa detrás de ella.
—¿Por qué me miras así—oh, oh cierto. ¿Es ese realmente el único atuendo bonito que tienes? —preguntó Lily
—Prácticamente. No es como si no tuviera otros conjuntos que se ven bien, pero no es como si requirieran algún cuidado especial, y este atuendo se mantiene limpio, nunca se arruga y puedo invocarlo cuando quiera. Infierno, incluso puedo reparar rasgaduras si lo desecho —dijo Kat
—Eso es simplemente hacer trampa, me pregunto si crece a medida que tú creces —dijo Lily
Kat se encogió de hombros:
—No tengo idea. Diría que es probable, considerando que el sistema dijo que la mayoría de los demonios solo consiguen un atuendo, asumiría que cambian a medida que nosotros lo hacemos. Quiero decir, mis alas pueden atravesarlo... —Kat se interrumpió al darse cuenta de lo que acababa de hacer.
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—Lily, ¿acabo de caminar por el orfanato sin nada cubriendo mis alas? —preguntó Kat.
—¿Realmente quieres mi respuesta a esa pregunta, Kat? —preguntó Lily.
—Lo suficientemente justo —dijo Kat.
Al terminar con la ropa, Kat luego echó en su bolsa el despertador y su almohada extra junto con sus dos fundas de repuesto. Después de esto, Kat luego miró la cama considerando. *Hmm, ¿llevo también las sábanas? ¿Se consideran mías? ¿Tengo espacio? Hmm.* Después de estar perdida en sus pensamientos durante unos minutos sin moverse, Lily preguntó a Kat —¿Qué pasa? ¿Algo en lo que piensas?
—Pues, simplemente no estoy segura de qué hacer con estas sábanas en realidad. Verás, no son exactamente mías, o al menos no lo eran originalmente. Originalmente eran solo parte de un lote que el orfanato consiguió, pero he tenido estas sábanas tanto tiempo como puedo recordar y el Abuelito nunca las reemplazó. Ahora, no me importa demasiado dejarlas aquí, pero todos los demás han reemplazado las sábanas, algunos varias veces a lo largo de los años. Estas están un poco deshilachadas en los bordes, pero realmente no me importa, así que es más una cuestión de si alguien más las usaría si las dejo aquí —dijo Kat.
—Huh, bueno, supongo que sí. ¿El Abuelito tiene sábanas de repuesto? —preguntó Lily.
—Sí, tenemos un montón en almacenamiento para accidentes y esas cosas —dijo Kat.
—Supongo que simplemente llévatelas entonces, dudo que alguien más las use. Si hay algún problema el Abuelito puede bajar por la calle y recuperarlas —dijo Lily.
—Bueno, eso es cierto, pero realmente no tengo espacio —dijo Kat señalando hacia la bolsa de lona.
Sin que Lily lo notara, se había llenado bastante rápido. Kat puede que no tuviera muchas cosas, pero entre la almohada de tamaño medio y un guardarropa completo de ropa, en realidad se llenó bastante rápido.
—Cierto, simplemente envuélvelas alrededor de la bolsa entonces —dijo Lily.
—Buena idea —dijo Kat juntando las sábanas y luego envolviendo la capa exterior alrededor de la bolsa.
—Ahora es con los libros de la escuela con los que tengo dudas. Realmente no los necesito pero tampoco quiero simplemente dejárselos al Abuelito —dijo Kat mientras sacaba su mochila escolar y comenzaba a llenarla con otras cosas aleatorias de la habitación como su teléfono y cargador, así como su estuche de lápices y cualquier otra cosa que quedara.
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—Simplemente tráelos con nosotros y pásate por la oficina del Abuelito preguntándole qué quiere hacer con ellos —dijo Lily.
—Espera, Kat, ¿dónde están el resto de tus zapatos? —preguntó Lily.
—Bueno, tenía algunos pero se han desgastado en los últimos seis meses y simplemente no he tenido tiempo de reemplazarlos —dijo Kat.
—Kaaat —dijo Lily alargando el nombre—. ¿Cuántos pares de zapatos tienes?
—Un número infinito de zapatos —dijo Kat.
—¿Cómo es eso? —dijo Lily.
—Bueno, estos zapatos que tengo como parte de mi Atuendo Demoníaco pueden reemplazarse infinitamente por lo que tengo entendido, así que tengo un número infinito de zapatos —dijo Kat.
Lily miró a Kat con la boca abierta. —Por favor dime ¿por qué no hemos salido a conseguirte zapatos nuevos?
Kat se encogió de hombros —Mis zapatos funcionan perfectamente bien y no quería aceptar trabajos al azar por el pueblo cuando estaba tan cerca de terminar la escuela.
—Bueno, incluso si puedo ignorar el resto de tu guardarropa, tengo que poner límites en un solo par de zapatos —dijo Lily.
—Lily tú solo tienes tres pares de zapatos —replicó Kat.
—Eso es el triple de zapatos que tú tienes, Kat —dijo Lily.
—Es dos pares más de lo que he necesitado en los últimos seis meses —dijo Kat. Lily simplemente miró fijamente a Kat mientras sacaba el último de sus libros del armario. Dando unas palmadas en la parte superior de la pila Kat dijo —Bueno, eso es todo.
—Espera, ¿eso es todo? ¿Como esos libros y cosas para dos bolsas? —dijo Lily.
—No olvides las sábanas —dijo Kat.
—¿Soy una mala persona, Kat? —preguntó Lily.
—¿De dónde salió eso? —dijo Kat.
—Quiero decir, yo solo... me quejo contigo, mucho, y probablemente me lamento mucho más a mí misma, pero me ha ido bastante bien, tengo montones de libros que apenas he leído y algo más de ropa, y sin embargo, soy la que siempre se está quejando —dijo Lily.
—Quiero decir, ¿importa? Estoy encantada de escucharte siempre, incluso si es para quejarte. Además, vengo y uso tus cosas bastante seguido —dijo Kat.
—Supongo —dijo Lily aún pareciendo algo preocupada. Kat simplemente recogió sus cosas, usando las manos para los libros, el hombro para la mochila ahora que las alas estaban en el camino, y la cola para la bolsa de lona.
—Um, puedo cargar algo de eso por ti si quieres —dijo Lily.
—Estoy bien, realmente me hice un poco más fuerte cuando salieron mis alas. Esto ni siquiera me exige —dijo Kat, pero Lily aún parecía algo inquieta.
—En realidad, ¿puedes tomar mi mochila? Las alas realmente me estorban —dijo Kat entregando la mochila a Lily, quien aceptó agradecida el paquete.
—Bueno, supongo que vamos a ver cómo están el Abuelito y Vivian —dijo Kat mientras se dirigía escaleras abajo, esta vez con ojos y oídos atentos buscando individuos problemáticos en el pasillo. Quizá las alas se podrían explicar de alguna manera, pero estaba claro que llevaba cosas con la cola lo que levantaría varias preguntas no deseadas.