Casado

Con eso, él sostuvo su muñeca y agarró el archivo de la mano de Bianca y empezó a caminar, mientras ella sentía que su cuerpo lo seguía en un aturdimiento.

Finalmente, él se detuvo y la guió hacia una pequeña sala de espera. Vio cómo él deslizaba algo al portero quien asintió y salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de sí. Fue el cerrar de la puerta lo que la sacudió de su shock. Con una sola inhalación de su respiración, tropezó y se colapsó sobre el duro banco. Mientras estaba allí sentada, temblando y desorientada, sintió que el mundo se cerraba a su alrededor.

—¿No lo llenaste? —Vio como Gabriel Frost abrió el archivo y echó un vistazo al formulario.

—No. Yo... —Ella negó con la cabeza.

—¿Por qué? —preguntó él.

—¿Por qué? —repitió su pregunta de manera apática.

—¿Por qué no has llenado el formulario aún? —insistió.

—Yo... no lo sé. Yo... de alguna manera no parecía correcto —confesó ella.