Un Gusto

"Nora estaba en la cubierta de la casa del lago, su mirada fija en el sol ascendente. A medida que su cálida luz empezaba a disolver los restos de la noche, se hizo una promesa silenciosa a sí misma de hacer lo mismo con la oscuridad que había oscurecido sus recientes días. Después de todo, cada larga y ominosa noche cedía ante el abrazo calmante del sol.

Sintió un profundo alivio al saber que esa persona casi había sido atrapada, y solo podía sacudir la cabeza ante sí misma. Lentamente, decidió disfrutar de este pequeño tiempo para sí misma. Sintió que la natación podría convertirse en su nuevo pasatiempo favorito. Se había sentido genial cuando había ido a nadar al océano ese día, a excepción del momento en que estuvo a punto de ahogarse.