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Estrategia de batalla.

Cúando preguntaba lo que estaba pasando, mientras Eris y Roxy aun me abrazaban, Orsted entró a la reunión, acompañado de Elinalise y Cliff.

— Volviste, —dijo Orsted.

— Así es, Gal Farion y Kalman III están con Geese, esos malditos usaban anillos y me emboscaron. Pero primero que nada,— dije buscando a alguien,—¿ debo saber algo? . Tú, —dije, apuntando a Sandor,— tú ¿quién eres?, el Dios del Norte es idéntico a ti, solo que más joven. Es como mi padre y yo.

— Bueno, ya no tiene sentido ocultarlo, ¿no? Me llamo Alexander Carl Ryback, pero solo me conocen como Alex. Soy el Dios del Norte, Kalman II, comandante de los caballeros dorados al servicio de su majestad Ariel. —dijo, dándome una reverencia.

Cuando miré alrededor, absolutamente todos (a excepción de Doga y Orsted) estaban sorprendidos, Eris trataba de no demostrarlo pero estaba emocionada, lo mismo que Cliff y Elinalise .

— ¿Y por qué demonios no me lo dijiste, Alex?, le dije algo molesto.

— Lo siento Rudeus , así era mejor. Geese no me conoce y el Dios Humano puede ver las almas de los hombres. Si tú no sabías quién soy yo, ellos tampoco.

— Bueno, eso tiene sentido. Por cierto, tu hijo es un maldito lunático.

— Lo sé, lo sé. Mi difunta esposa y yo no pudimos corregirlo. Lamentablemente, sacó la personalidad de mi madre y tiene una obsesión con ser un héroe mas grande de lo que dicen las leyendas sobre mi.

— Eso no me tranquiliza, Alex. —le dije.

— Quiero que sepas que mi lealtad está con el Dios dragón y el monarca de Asúra. Haré respetar la alianza entre los dioses del Norte, el rey de Asúra y Kalman.

— ¿Aunque el enemigo sea tu hijo?

— Aun así, aunque éso le cueste la vida a Alek. Pero te aseguro que lo haré recapacitar.

— Eso espero. Ese lunático me atacó con Gal Farion cobardemente por la espalda.

— Yo mataré a Gal Farion,— me dijo Eris con sus ojos más afilados que nunca.

— No, yo me encargaré de ese idiota. Puedo matarlo. El problema fue Alek, él de alguna manera logró sobrepasar mi espada de la previsión y varios hechizos .

— Sí, los dioses del Norte podemos con las cuatro técnicas de Reidar, —dijo Alex. —A menos que sepas la quinta técnica, no podrás ganarle con el estilo del Dios del Cauce, y con Kajakut será aún más difícil ¿O ya la sabes, La quinta técnica?, —me preguntó Kalman, emocionado.

— No, no la sé.

— Aun así, Rudeus, yo mataré a Gal Farion. No te preocupes por (...), un segundo. ¿La espada de la previsión? ¿Cuándo la aprendiste?—me dijo Eris mirándome a los ojos como una leona.

— Hace dos años. Huuuugh, — no alcance a terminar la frase, cuando Eris me dio un tremendo golpe en el estómago.

— ¡Maldito mentiroso! ¿Por qué no me lo dijiste?¿Te dejabas perder cuándo entrenamos? , —preguntó Eris.

— Aghhhh, Orsted me dijo que sólo la usara cuando tuviera serios problemas.

— Rudy, ¿eres Reidar Reí?, —me preguntó Roxy, emocionada.

— No, no lo es, —dijo Orsted. —Escucha, Rudeus, tenemos un problema. La Sharia fue atacada. Los círculos no funcionan ni las tablilla de comunicación . Algo pasó en la cabaña, seguramente, Gal Farion y Aleksander, le avisaron con algún dispositivo a Geese, qué yo estaba aqui.

Eso me puso pálido, y caí sentado entre Eris y Roxy.

— ¿La familia está bien?, pregunté.

— No lo sabemos, —dijo Roxy.

— Escucha, Rudeus, están bien. Leo estaba ahí, también tu padre, y Nanahoshi tiene esas arma que dispara hechizos rey. Además, podrían escapar de nuestra casa a Ars. Tranquilo,— dijo Eris, tomándome la mano, y dándome una mirada llena de confianza, mientras Roxy apoyaba su cabeza en mi brazo.

— Rudeus, ¿puedes decirnos qué pasó?, —preguntó Orsted.

— Como ya les dije, Los soldados eran esos dos. Tenían disfraces y Geese seguro estaba disfrazado del rey . Me atacaron en el puente. Pude derrotar a Gal Farion, pero tu hijo, dije, mirando a Kalman, fue un problema. Él se regenera.

— Lo sé. Yo también puedo hacer éso, —me dijo Alex.

— Sí, no me digas. Bueno, como sea, cuando peleaba con Alex, Gal Farion me atacó por la espalda y me cortó el brazo. Cuando lo estaba matando con gravedad, Alek lo salvó, y me cortaron el otro brazo y me lanzaron por el acantilado. Pero tu madre me salvó, con su carne negra, dije nuevamente, mirando a Alex, y por eso tengo estos brazos negros. Doga me encontró, me curó y me protegió mientras me recuperaba. Escuchen, Esos dos ya deben venir con el grupo de cacería, —dije.

— Gal Farion y el Dios del Norte están en la aldea, los vimos ayer mientras veníamos aquí,— dijo Roxy, —estaban esperando a los últimos soldados que llegarían desde la tercera ciudad en cualquier momento.

— Debemos hacer un plan. Ruidjerd, ¿con cuántos guerreros cuentan?, pregunté.

— Veinte, incluyéndome.

— Bien, seríamos tres emperadores en esgrima, el Dios del Norte, Kalman II, Orsted no puede gastar maná, así que no peleará. Elinalise y Cliff, ustedes se quedarán en la aldea protegiendo a los civiles. La mayoría de los Superd no son guerreros.

Roxy, mi amor, ¿cuántos pergaminos en blanco tienes?

— Tengo solo tres, Rudy.

— Mi amor, podrías invocar la armadura dorada, y hacer uno que conecte con Hornet, la espada de mi despacho, y el último, tenlo de respaldo por si debes ir a Asúra a buscar la Mark III.

— Ya no se llama así, mi amor.

— ¿Cómo la llamaste?

— Mark Zero.

— Eso suena japonés, se te están pegando las ideas de Nana, amor,— le dije, besándola.

— Está bien, —me dijo, sonrojada.

— ¿De qué me perdí?,— dijo de pronto una voz tras nosotros. Al voltear, era Zanoba.

Estaba allí con Ginger y July, todo magullado y de aspecto cansado, pero estaban bien.

— ¿Les pasó algo, Zanoba?

— Caminamos sin parar, aunque nos perdimos en el camino. Además, nos atacaron unas bestias invisibles, pero unos chicos Superd nos salvaron, maestro. Escuché el grupo de cacería está aquí, llegarán pronto.

— Zanoba, tenemos un problema. La Sharia fue atacada, no sabemos qué pasa ahí, estamos incomunicados.

— Tranquilo, maestro. Cuando veníamos acá, me topé con un monumento a las 7 grandes potencias. Ahí llamé a Almanfi el Radiante, y le pregunté por la Sharia. Fue atacada por el Dios Ogro, Malta. La cabaña está destruida, sin embargo, su familia, incluido Clive, están bien,— dijo Zanoba, haciendo que yo, mis esposas, Elinalise y Cliff, respiráramos más tranquilos.

—Aunque hubo una batalla, maestro, su padre se enfrentó a Malta, y fue herido gravemente, aunque fue salvado por su esposa y la bestia sagrada. Y lograron someterlo gracias a Rinia, Purcena, y la magia vocal, según lo que me contó Almanfi. Aisha lo amenazó, le dijo que usted estaba en la isla y mataría a los ogros, y se teletrasporte de regreso de inmediato.

— ¿Aisha? Pero si no (...) jajajajaja esa chica, seguro le mintió jajajajaja.

Gracias, Zanoba. Es bueno saber que están bien.

— La Reina Ariel y su ahijado también se encuentra bien. De hecho, su padre, Lady Silphiette, Isolte y Ghislaine vienen hacia acá, pero llegarán en una semana y los enemigos están a las puertas.

— Con Perugius de nuestro lado, de seguro ganaremos,— dijo Alex poniéndose de pie, con una sonrisa.

— Eeeeeee, no sé cómo decirles esto, pero Perugius dijo que no se involucraría. Está guardando su poder para matar a Laplace. Además, usted sabe que no le agradan los demonios.

— ¿Qué? ¿Por qué? Él es un héroe, y este es el principio de la guerra contra Laplace. Él debería estar aquí—protesto Alex incrédulo de lo que oía.

— Él odia a los demonios, Alex,— le dije.

— ¿Y? Yo soy mitad demonio y nunca me ha dicho nada.

— Mi hija Lara también es mestiza demonio, y le deja entrar al Chaos Breaker, pero no le agrada Roxy, mi esposa Migurd.

— Ohhhhh por favor, los Migurd ni siquiera son demonios reales, son humanos que pelearon por demonios en la primera gran guerra, lo mismo que Geese, los Nuka, eran gente bestia.

— Bueno, dile aso a Perugius , el viejo no entiende, Alex.

— Pffff el tío Perugius no cambia, papá siempre decía que el viejo era un resentido.

— Sí, me contó esa historia, el no estaba contento cuándo Kalman I se casó con tu madre.

— Lo sé, Wuajajajaja, pero es una lástima, con él esto sería más fácil.

— Prefiero no involucrar a Perugius en ésto ,—dijo Orsted, —él será un activo cuando llegue Laplace, además a mí no me aprecia tanto tampoco.

— Bien, entonces no contemos con él, —dije.

— Maestro, antes de que me interrumpieran, iba a decirle que el Dios Ogro está con el Dios del Filo y el Dios del norte, en la aldea a dos días aqui.

— Ya veo.— Miré a mi alrededor y vi a Roxy curando a July y Ginger. Muchos Superd, que solo eran agricultores. ¿Qué hacer?, pensé. — Bien, este es el plan, cortaremos el puente cuando traten de cruzar, y atacare los soldados con magia haciéndoles huir, así que solo quedarán Gal Farion, Aleksander y el Dios Ogro, pero si ven a Geese mantenlo.

El Dios del Filo vendrá con su espada mágica, y Kalman III con Kajakut. Alex, tú usabas esa espada, ¿qué podemos esperar?

— Pfffff, cometí un error al dársela. Alek es un completo Sopenco , pero un Sopenco poderoso y talentoso . Si solo tuviera una espada normal podría derrotarlo, sin embargo, Kajakut aumenta tu poder por 100. Yo podría retrasarlo un poco, pero debemos combatirlo entre todos.

— Ellos quieren matarme, —dijo Orsted. —Geese no los controla, o hubiesen bajado a rematarte. Yo soy su objetivo, tal vez eso sea una ventaja, tratarán de guardar su poder para la batalla conmigo.

— ¿Y qué hay del Dios ogro Malta?

— Él no es un mal tipo. Solo mata a los enemigos y es misericordioso con los inocentes. De seguro, Geese o Hitogami lo engañaron, haciéndolo creer que Biheiril o la isla ogro está en peligro. Pero no te confíes, el hecho que tu padre lo confrontara fue solo gracias a la bestia sagrada, Malta podría haber provocado un gran daño a la Sharia.

— Bien, en ese caso lo haremos así :, yo mataré a Gal Farion. Alex Kalman , Eris, Ruidjerd y los Superd, traten de contener a Aleksander .

Doga y Zanoba, ustedes combatiran con el Dios Ogro.

— No, yo mataré a Gal Farion, Rudeus, —me dijo Eris.

— Amor, él es el Dios del Filo, no podrás.

— Claro que sí, —dijo cruzándose de brazos. Sabía que quería decir, ella no aceptaría un no como respuesta .

— Rudeus, yo le cubriré las espaldas, —me dijo Ruidjerd con la confianza de siempre.

— Maldición, está bien. Yo y Alex nos encargamos de Aleksander entonces.

Zanoba, ¿te quedan pergaminos en blanco?

— dos , maestro.

— Bien, Roxy, amor, sé que no eres la más rápida en dibujar círculos, pero por favor trae la armadura dorada y Hornet aquí , tómate tu tiempo, hazlo con calma.

— Lo haré, Rudy.

— Bien, ese es el plan entonces. Los guerreros Superd nos darán cobertura.

—Bien, que todos estén en alerta, —dijo el jefe de la aldea Superd.

Mientras salíamos, le pedí a Ruidjerd si podía llevarme a algún lugar para asearme, ya que apestaba como francés en el transporte público. Y con estos brazos negros, en cualquier momento me convocaban a la selección francesa.

— Rudy, no entiendo qué quieres decir con eso de los franceses, amor, ¿de qué hablas?,— me preguntó Roxy.

— Bueno, los franceses son un país en mi mundo anterior, conocidos por su vino, su deliciosa comida, su arquitectura, por perder en las guerras, ser unos completos imbéciles y por no bañarse.

— Oh, ya veo.

— A mí ni me molesta el mal olor, —dijo Eris.— En el santuario de la espada no me bañaba en semanas.

— Mmmmm, pensé que en tu otra vida eras japonesa como Nana, por tu gusto por las espadas, pero ahora creo que tal vez eras francesa, Eris, jajajajajaja, aucht, deja de golpearme.

— Cállate idiota, ahora me baño todos los días. Además, aún estoy molesta contigo. Me ocultaste que eres Reidar.

— No soy Reidar.

— Pero Rudy, derrotaste a Gal Farion usando la espada de la previsión. Ni Reida Reia podía hacerlo, eso te hace Reidar rei.

— Orsted dijo que lo soy. Isolte es Reida reia. Dejen de fastidiarme, ademas cambiarse el nombre Cúando alcanzas el título de Dios del agua es una estupidez. Una batalla viene a nosotros, y yo,mmmmmm(...) ¿bañémonos juntos?

— Sí, pero nada de sexo. Necesitamos energías, —dijo Eris.

—Además, será mejor no tener sexo hasta matar a Geese. Sería un mal momento para quedar embarazadas, —agregó Roxy.

— Pffff ustedes le quitan lo divertido a la vida,— les dije. —Pero chicas, ¿ si tienen miedo de embarazarse, qué tal si pspspspspsps, jejejeje, fufufufdu, (...) Pam, aucht, dejen de golpearme.

— Ya te dije que no y no insistas. Por ahí está prohibido, ¿entendiste?, —me dijo Roxy, y Eris dijo lo mismo.

— Bien, bien, pero podríamos también hacerlo con(...).

— Nada de sexo Rudy, tampoco con la boca. Ya relájate. Solo serán unos días—me dijo Roxy con una sonrisa.

— ¿Y si muero?

— Moriremos contigo, amor, —me dijo Eris dándome un beso.

— Pfffff, qué aguafiestas. Ariel, sin que le dijera , sugirió el pspspspsps, fufufu, y no se quejó, pensé.

Nos dimos un baño donde debí aguantar las ganas de saltar sobre las chicas. Después, fuimos a casa de Ruidjerd, donde hablamos un rato sobre la familia y comimos una deliciosa cena qué Norm preparo, no mentiremos, nos sorprendímos que Norm supiera cocinar, aunque dijo que Lilia le enseña .

Ruidjerd nos dijo que quiere conocer a nuestros hijos, aunque Roxy aún está asustada por mi hermano.

—¿Ella está bien?, preguntó Ruidjerd algo preocupado por la actitud de Roxy.

—Sí, te tiene miedo, —dijo Eris.— ¿No recuerdas cómo temblaba cuando te vio en el continente central?

—No temblaba,— dijo Roxy con un puchero.

—Sí que lo hacías, amor, ella es la hija de Rokary y Rowin.—le dije a Ruidjerd.

—Oh, ya veo. ¿Y cómo están ellos?

—Bien. Hace unos meses fuimos a visitarlos y llevamos a Lara, nuestra segunda hija.

—Sí, recuerdo con cariño la aldea Migurd. Ellos fueron los primeros en volver a confiar en mí, —dijo Ruidjerd con una sonrisa. —¿Así que te casaste con tu maestra? . Ya me imaginaba que ella te gustaba, cuando habías ido esa de noche a verla en Wind, ¿recuerdas?, ¿cuando te descubrí saliendo a escondidas de la posada?

—Sí, después me regañaste por llegar tarde, jajajaja. Apenas dormí esa noche. Ese día di mi primer beso con Roxy.

—Mmmmm, —dijo Eris con las mejillas infladas.

—No puedo creer que estés celosa de eso, Eris, —le dijo Roxy.

—Es que yo quería que me dieras el primer beso a mí, Rudeus, —se quejo Eris.

—¿Y que sabía yo? Te la pasabas golpeándome, Eris.

—Eran golpes de cariño.

—¿De cariño? Tenía que lanzarme magia intermedia de curación.

—Siempre fuiste una niña, Rudeus.

—No, tú eras la marimacho.

—¿Cómo me dijiste?, —dijo Eris levantando un puño.

—Jajajaja, esto me trae muchos recuerdos, —nos dijo Ruidjerd sonriendo. —Ustedes aún se comportan como niños.

—Bueno, tienes 700 años, amigo, eres un anciano.

—Jajaja, en términos humanos estoy en mis 30, —nos dijo Ruidjerd sonriendo.

—Vamos, Roxy, deja de ocultarte, —le dije. —Los Superd se comportan igual a los Migurd, deja de temer.

—Está bien, dijo Roxy sentándose en mi regazo y abrazándome.

—¿Por qué la cara larga, Norm?, —le preguntó Ruidjerd.

—No le hagas caso, Ruidjerd. Nuestra hermanita es una Milis, —le dijo Eris, —y le molesta que Rudeus tenga cuatro esposas.

—No es eso, es que se comportan muy descarados mostrandose afecto.

—Dios, pareces monja, cuando tengas novio lo entenderás, bueno eres una Milis, por eso eres mojigata .

—No me digas así, Eris.

—¿Milis? No lo sabía,— dijo Ruidjerd.

—Pero soy como Cliff, soy integradora. Me gusta estar contigo, digo, con los Superd, o sea, me gustan los demonios. No en ese sentido, quiero decir que no discrimino,— dijo Norm muy roja y haciéndose una bolita al lado de Ruidjerd.

—¿Y por qué estás tan roja?, —le preguntó Eris con una sonrisa.

—Ya déjala de molestarla, Eris, —dijo Ruidjerd con una sonrisa. —Por cierto, ¿qué es eso?, dijo Ruidjerd al ver la pistola que cargaba Roxy en su muslo.

—Es una pistola. Rudy las creó para defendernos. Dispara hechizos de cañón de piedra avanzados y santos. Las hizo basándose en un arma de su mundo.

—Así, ¿cómo son esas armas?, —preguntó Ruidjerd. Así que le expliqué todo sobre las armas de mi otra vida , aunque al final Ruidjerd terminó algo asustado con el nivel de poder de mi mundo anterior, sobre todo con las bombas nucleares y los aviones. Según él, ni Laplace ni los demonios inmortales sobrevivirían a eso.

—En fin, así funcionan. Les di una a Roxy, Nana, Papá, Aisha y Norm. Por cierto, Norm, ¿y tu arma?

—La dejé en casa.

—Claro, ahí te va a servir más.

—Deja de regañarme, —me dijo Norm muy roja.

—Puedo verla, —le dijo Ruidjerd a Roxy, y esta le pasó la pistola.

—¿Y cómo funciona?

—Pues activas el cristal con este círculo, le dijo Roxy, y disparas.

—¿Por qué no pasa nada?, —dijo Ruidjerd.

—Es que solo yo puedo usarla. Son personalizadas, es para evitar que caiga en manos enemigas,— dijo Roxy con orgullo. Pero se le salió un disparo y le voló el techo a la casa de Ruidjerd.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! Por favor, no me mates, le decía Roxy mientras saltaba en mis brazos y hundia su cabeza en mi pecho .

—Jajaja, no te haré nada. Tranquila, pero es un arma peligrosa. — le dijo Ruidjerd.

Así que después de repararle el techo a Ruidjerd, con magia de tierra, al fin dormimos esa noche

Pero como a las 6 de la mañana fuimos alertados por tres Superd que despertaron a toda la aldea. Rápidamente nos reunimos en la casa del jefe.

— El grupo de cacería está aquí. Están a medio día de la aldea, llegarán pronto.

— Bien, sigamos el plan, —dije. Tomemos posiciones. Roxy, amor, ponte a hacer los círculos. En caso de que pase algo, haz un círculo con dirección a casa y escapen con los chicos, le dije, besándola y hablándole al oído. Elinalise, Cliff, cuiden la aldea y curen a los heridos que vengan llegando. Ginger y July, quédense aquí.

Ya con eso listo, nos dirigimos al abismo del Wyrm de tierra, donde tomamos posiciones y volvimos a revisar el plan. No pasó mucho tiempo hasta que un considerable ejército se reunió al otro lado del abismo. Deben haber sido alrededor de 1000 personas entre soldados, mercenarios y aventureros, pero pueden ser más. El bosque no dejaba ver bien todos sus hombres, así que usé el Ojo de la Visión Distante y vi que en realidad eran unas 2000 personas, entre los árboles, y además entre ellos estaban Gal Farion, Kalman III, y un Ogro que asumí que es el Dios Ogro Malta.

De mi lado, Alex se había tapado el rostro con el casco, seguro para que Alek no lo reconociera. Uffff, maldición, ojalá Atofe estuviera aquí, pensé.

Estábamos en eso cuando el Dios del Filo, el Dios Ogro, y el tarado de Kalman III, aparecieron al frente. Por la mirada que me dieron a la distancia, los bastardos estaban muy sorprendidos de verme.

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— Maldita sea, Geese tenía razón, el hijo de puta está vivo y tiene ese maldito martillo, —dijo Gal Farion.

— No te preocupes, con Kajakut podría destruirlo. Ahora podré controlar la gravedad.

— Eso espero. Esa maldita cosa es un problema.

Qué raro, tiene brazos negros. ¿Quién lo habrá curado?

— No lo sé, tal vez fueron esos malditos Superd, —dijo Aleksander. —Tú, ¿estás listo, Malta?

— Matar a enemigos de Biheiril y enemigos de Ogros.

— Jajaja, eso me gusta. Pero antes de atacar, debo dar un discurso,— dijo Aleksander.

— ¿Para qué mierda? Sería mejor solo atacar, —dijo Gal Farion molesto.

— No, no, no, no, no. Así no es como los héroes se presentan. En estos casos los héroes alientan a sus compañeros antes de matar a los monstruos.

— Maldita sea, te comportas como un niño, Alek. ¿Qué edad tienes?

— Cuarenta y tres años.

— Maldita sea, eres casi de mi edad. Deberías comportarte como un adulto, —dijo Gal Farion.

— Tranquilo, verás que esto subirá el ánimo.

Cuando Alek miró al grupo de cacería, vio el susto en sus rostros. Los soldados veían por primera vez a los Superd y su Verde Caballera, ahí frente a ellos estaba los demonios de los mitos.

— Soldados, no temais. Frente a vosotros se encuentran los secuaces de Laplace, los diablos de los mitos, los asesinos y criminales. Veo en vuestros rostros el temor y la duda, pero quiero que sepáis que la victoria será nuestra.

Soy Aleksander Ryback, el Dios del Norte, Kalman III, hijo de Kalman II, y soy más poderoso que mi padre, y mi abuelo. Este último siempre derrotó a esos demonios en la guerra .

Síganme y regresaremos a casa como héroes y llenos de gloria. Hoy extinguiremos a los Superd, y los haremos pagar por sus pecados. ¡Síganme y toda la gloria será nuestra! Y cuando pasen muchos años y estén viejos, recordarán este día, cuando combatieron al lado del Dios del Norte y por fin eliminamos esa lacra Superd de la faz de la tierra.

Seremos leyendas, los bardos cantarán sobre nosotros.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!, dio un grito Aleksander agitando su espada, mientras los soldados lanzaban vítores.

— El sabe lo que hace, —dijo Malta.

— Pfffff, es un parlanchín idiota,— dijo Gal Farion.

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Escuchábamos los vítores del otro lado después del estúpido discurso de Aleksander, aunque debo reconocerle que tiene carisma.

— ¿Tú le enseñaste eso?,— le pregunté a Alex.

— Sí, bueno, una buena arenga llena los corazones de los cobardes.

— Mmmm, aquí no tenemos cobardes. Sin embargo, no estaría malo que des un discurso, Alex.

— Mmmm, deberías hacerlo tú, Rudeus. Después de todo, eres el comandante en jefe.

— Bien, dije, pensando en qué decirles, mientras me ponía frente a nuestras tropas.

— Hace cuatrocientos años, Laplace los maldijo y los traicionó. El mundo los odiaba y los expulsó de todos lados. Vagaron por décadas hasta encontrar un nuevo hogar, para vivir en paz y dejar su pasado atrás.

Laplace renacerá dentro de poco, y les juro que tendrán su venganza, pero para llegar a ello primero debemos ganar aquí y demostrar que los Superd son un pueblo honorable, orgulloso y pacífico, que solo buscan tener una vida en paz.

Frente a nosotros está un ejército que ha sido engañado, y quien está detrás de ellos, ese dios humano quiere a los Superd muertos y quiere a Laplace victorioso.

Pero eso no va a pasar. El Dios Dragón está con nosotros. La Reina de Asúra, las naciones mágicas, el reino Dragón e incluso un sector de Milis.

¡Guerreros Superd, ha llegado el momento de limpiar su honor! Ha llegado el momento de volver a mostrarse al mundo y mirarlo nuevamente con la frente en alto. Luego de este día, el honor de los guerreros Superd será restaurado frente a todo el mundo. ¡Yo, Rudeus Greyrat, General del Ejército del Dios Dragón Orsted, lo juro por mi vida!

¡Por la Libertad, y por el honor, de la tribu Superd! ¡Uuuuuuuuuah!, di un grito, el cual fue seguido por un gran grito de los guerreros Superd y el resto de nuestros aliados.

— Vaya ese discurso, fue increíble. Creo que se lo voy a copiar, —me dijo Alex.

— Sí, bueno, yo también lo copié a Alejandro Magno.

— Jajaja, qué gracioso eres, Rudeus. Esa historia es de uno de tus libros. ¿Cómo puedes copiar algo que tú creaste?, —me dijo Alex.

— Sí, claro, tiene razón, jeje jeje.

— Oye, Rudeus, me dijo Eris al oído, qué buen discurso diste. Cuando esto acabe, me lo dirás de nuevo en casa, en la habitación. Te voy a devorar.

— Puede que nos maten, Eris.

— Mmmm, si salimos con vida de esta, te entregaré el pspspspspsp, fufufufu, así que motivate, —dijo mi pelirroja dándome un beso dándome una inyección a la vena de ánimo.

— ¡Ataquen!, gritó Aleksander, corriendo sobre el puente con la espada en alto, mientras varios soldados lo seguían.

— ¡Ahora!, gritó Alex, y Ruidjerd cortó las cuerdas del puente.

Y ahí quedamos totalmente sorprendidos, como el Dios del Norte caía a lo más profundo del abismo.

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