Alucinación, enloquecida

—Madre, ¿qué te hace pensar que te seguiré? —preguntó Su Anna mirando a su madre como si estuviera viendo a una persona loca.

Madre Su se sobresaltó por su pregunta y dijo:

—Anna, te viste obligada a casarte con Da Gao y él te trata así. ¿Por qué no quieres dejarlo?

—Después de que salgas de aquí, podrás comenzar una nueva vida. Dado que tú y Da Gao no han registrado su matrimonio, nadie sabrá lo que te pasó aquí, ni sabrán que estuviste casada. Madre promete que tendremos una vida mejor cuando lleguemos al nuevo lugar —persuadió Madre Su.

Al escuchar las palabras de su madre, Su Anna retiró sus manos de las de su madre, sacudió la cabeza y dijo:

—Madre, no quiero irme. No, no puedo irme.

Madre Su estaba confundida y preguntó:

—¿Por qué? ¿Qué hay aquí tan importante que te hace no querer dejar este lugar infernal?

Su Anna miró a su madre, frunció el ceño profundamente y dijo: