Sin Dinero, Sin Educación, Sin Ambiciones

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—Cuando el Padre Su y la Madre Su se acercaron a ellos, los aldeanos se miraron entre sí sorprendidos al ver sus equipajes. Parece que la pareja vino a visitar a unos familiares.

De pie a un metro de distancia de los aldeanos, la Madre Su sonrió y dijo —Hola, todos. Mi marido y yo somos de la ciudad. Estamos aquí para visitar a nuestra hija y a nuestro yerno.

Al escuchar sus palabras, los aldeanos se llenaron de sonrisas, y uno de ellos dijo —Cuñada, bienvenida a nuestro pueblo. ¿Puedo preguntar, cómo se llama su hija?

Viendo lo amistosos que eran los aldeanos, la Madre Su respiró aliviada y dijo —Cuñada, mi hija es Su Anna. ¿Pueden decirme dónde vive?

Cuando los aldeanos escucharon el nombre de Su Anna, todos se miraron entre sí. Mientras querían saber por qué la pareja fue a visitar a Da Gao, no revelaron lo que le había pasado a su hija. Ya fuera que vinieran a visitar con buenas intenciones o a llevarse a su hija, habría un buen espectáculo para ver.