1427. Agradecido

—¿Cuándo me golpearon? —se preguntaba Noah mientras la sangre se acumulaba en su boca.

Su materia oscura y humo corrosivo se filtraban de su piel para crear la armadura diabólica y el mundo oscuro. La Noche también salía del espacio separado para ayudar en la batalla.

Noah no podía entender qué había ocurrido. Había repelido a cada criatura. Nunca habían logrado tocarlo, pero la herida en su pecho no mentía.

Las llamas salían de su boca tan pronto como se formaba la armadura diabólica. Su fuego reducía a cenizas a las pocas bestias que aparecían en la negrura de la dimensión separada.

Luego, pequeñas lenguas de llamas volaron hacia Noah y lo llenaron de energía. Su herida se cerró rápidamente, pero parte de sus órganos internos seguían dañados ya que no absorbió suficiente poder para realizar la regeneración instantánea.