"Los labios de Alex se retorcieron.
—Qué idiota —dijo entre dientes, totalmente enojado—. ¿Por qué diablos se hizo soportar algo así durante tanto tiempo? No es que sea un debilucho —agregó, controlando su ira.
Alicia desvió la mirada y observó las luces de la ciudad debajo de ellos. —Cuando estaba bajo ese hechizo, la conciencia de Zeres era como nubes a la deriva vagando sin rumbo —empezó—. Ni siquiera podía escuchar y entender las voces. El dolor era lo único que llegaba a su conciencia, tal vez porque era demasiado intenso para que su cuerpo lo ignorara. El hechizo lo había encadenado fuertemente, no solo su cuerpo sino también su corazón y su alma. Dinah lo sabía, así que no se contuvo en absoluto. Hasta que finalmente, comenzó a alimentar a Zeres con su sangre. No sé de dónde sacó esa idea, pero parecía funcionar.
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