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Capítulo 7 – Enviando una dote

El tiempo pasó y una sustancia viscosa empezó a salir de los poros de mi piel. Lo más difícil de templar la medula era el dolor insoportable que hacía que uno perdiera la conciencia. Sin embargo, para mí esto era un juego de niños. Mi tolerancia al dolor estaba completamente fuera de escala. Ya había pasado por esto y aparte de hacerme sudar mi cuerpo se mantuvo en excelentes condiciones.

Al terminar abrí los ojos y exhalé. Una nube negra salió de mi boca. Me levanté de golpe de la cama mientras veía mi figura nuevamente al espejo. Parecía que mi ropa se había destruido en algún momento de la meditación. Aparte eso mis músculos estaban más definidos y mi amiguito parecía haber crecido levemente. Si lo medía posiblemente llegaría a unos imponentes 20 cm. No se comparaba al que tenía en mi vida anterior, pero seguiría creciendo a medida que cultivara. Lógicamente no iba a llegar a tener dos metros de largo. Eso sería completamente irracional.

¡Ya está la comida!

La puerta se abrió de golpe y una Mu Mei me miró en estado de shock. Sin esperar nada su boca se abrió por ver los cambios en mi cuerpo. Antes no tenía marcado mis abdominales y otros músculos. El mal olor asaltó sus fosas nasales provocándole nauseas.

¿¡Qué es ese mal olor!? ¡Anda a bañarte!

Sin oportunidad a replicar fui arrojado a la ducha. Antes de entrar a la ducha realicé una llamada. Me parecía interesante la función de este aparato en específico. La capacidad de comunicarse con otra persona al otro lado del mundo sin necesidad de cartas o mensajeros eran algo increíble.

¿Halo? ¿Hijo?

Esta voz me resultaba extremadamente familiar. A pesar de no compartir ningún parentesco este cuerpo guardaba una reacción provocando que lagrimas cayeran por mi rostro.

Madre. Soy yo. Necesito pedirte algo…

Terminé de cucharme y salí directo al cuarto. Encima de la cama estaba un juego completo de ropa. Decidiendo usar esa ropa salí con rumbo a la sala. Al llegar a la mesa una serie de platos cuidadosamente presentado estaban dispuestos listos para devorar. El agradable olor de la comida despertó mi apetito que se había estimulado por el refinamiento de la medula.

No sabía que platos te gustaban así que hice un poco de todo.

Mu Mei salió de la cocina con un par de platos extras. Sinceramente dudaba de que pudiera terminar de comer todo. Sentándome tomé los palillos y empecé a probar la comida. Los fideos estaban hechos a la perfección, el pato asado estaba jugoso y tiernos, el ma po tofu estaba perfecto. Simplemente su cocina estaba en otro nivel.

¿Cómo está la comida? ~ *Tímida

Golpeé mi pecho haciendo que la comida bajara por mi garganta. Tenía que responder esta pregunta de la forma más sincera posible. Aún recuerdo la primera vez que Xue'er cocinó algo para mí. Esa cosa parecía moverse por su cuenta mientras burbujas salían de esa masa deforme. Al ver el rostro Xue'er sabía que se había esforzado mucho y aunque casi muero le dije que estaba delicioso con una sonrisa en el rostro y lágrimas de sangre cayendo por mí rostro.

Esta delicioso. ¡Serás una excelente esposa!

Mi comentario hizo que Mu Mei se sonrojara y mirara su plato de comida. Yo por lado retome el festín y comí como si no hubiera un mañana. Comparado con Xue'er la comida de Mu Mei estaba en una liga completamente distinta. Podría considerarse divina si me lo preguntaban.

Si quieres puedes comerte mi plato también.

Viendo que estaba comiendo todo con avidez Mu Mei me ofreció su plato de comida el cual no dude en comer. Después de media hora toda la comida se había agotado y Mu Mei empezó a retirar los platos. Viendo esto decidí ayudarla a limpiar. No tenía criadas en este apartamento por lo que el aseo lo tenía que hacer yo. No podía dejarla hacer el aseo sola considerando lo atenta que había sido conmigo.

Talvez deba de decirle a mi madre para que envié a una criada o dos. No podía permitir que Mu Mei continuara lavando platos.

Mientras que yo enjabonaba y lavaba Mu Mei iba secando y guardando los platos. Después de un tiempo ambos terminamos de lavar los platos.

Mirándonos fijamente sabíamos que había llegado el momento de dormir. ¿Debía de dormir junto a mí? Ya habíamos cruzada esa línea, pero yo no estaba en ese momento aún. Así que me parecía completamente inapropiado.

Puedes…

Antes de que terminara de hablar Mu Mei agarró mi manga y dijo.

¿Puedo dormir contigo? ~

Asintiendo trague saliva y ambos nos fuimos con rumbo a mi habitación. Mu Mei ya había cambiado la sabana y ventilado el cuarto cuando me estaba bañando.

Do… ¿Dónde está el baño? ~

Señale una puerta y Mu Mei entró con un bolso. Antes de abandonar la mansión de la familia Mu ella tomó varias cosas de su habitación. Acostándome en la cama empecé a contemplar los sucesos del día de hoy.

Sin querer había conseguido una nueva esposa que no parecía ser mala. Sentía que me ayudaba a cubrir la falta de Xue'er. No podía tomar todo su lugar, pero ya había empezado a entrar en mi corazón.

¿Me odiarás ahora que he tomado a otra mujer como esposa?

Mi mente se hundió en un mar de dudas obligándome a empezar a meditar para despejarla. Si dejaba estas dudas así podría crear silenciosamente a un demonio del corazón que afectaría mi camino de cultivo.

Cuando Mu Mei salió de la ducha vestía una linda pijama de conejitos. Al sentir su presencia dejé de meditar y finalmente me acosté. Mu Mei me siguió y se acostó dándome la espalda mientras se tapaba con las sábanas. Con dos palmadas apagué los focos y este día finalmente llegó a su fin.

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