La familia Melstrom había llegado a Alola a primera hora de la mañana, tenían una limosna esperando por ellos, estos eran los sirvientes de la la familia Aether para llevarlos al hospital donde se encontraba la señorita Lusamine.
Una vez llegaron Juan, Saeko, Felicia, Rex y Mizore entraron al hospital dirigiéndose a la sala privada en la que se encontraba Lusamine guiados por por una criada de la familia Aether.
Una vez frente a la puerta de su habitación tocaron la puerta y una voz masculina respondió.
"Adelante"
Al abrir la puerta os recibió un hombre ya entrado en edad con el pelo blanquecino, ojos chatos que parecía cerrados y una sonrisa incipiente ap estar de la situación, trae puesto un haori amarillo encima de su camisa azul, pantalones cortos blancos y una cuerda de sumo en su cintura, y volvió hablar dándose a conocer.
"Alola, me imagino que son los Melstrom a quien les escribí..."
"H-Hola... Si dices eso debes ser Hala, ¿Cierto?"
El anciano se levantó y y habló nuevamente.
"Así es, deja me presento formalmente, soy Hala el Kahuna de la isla Melemele, y agradezco que vinieran tan rápido como lo hicieron... "
Hala miro a la cama donde Lusamine estaba dormida, afortunadamente los niños estaban afuera de la habitación y no se vieron entrometido en esta situación.
" No hay problema, conocíamos muy bien a los padres de Lusamine, los conocimos cuando viajaron por Kalos y desde entonces siempre estuvimos en contacto como podíamos"
Hala asiente en comprensión.
"Ahora entiendo por qué me pidió que los contactara cuando despertó por unos momentos... Si les parece bien me gustaría dejarles a cargo al menos hasta que se recupere."
Saeko respondió por su esposo en un tono aprensivo.
"Claro, estaremos aquí hasta que se recupere, también es un gusto conocerlo Señor Hala, mi nombre es Saeko y mi esposo aquí presente es Juan..."
Asi siguio la conversación dentro de la sala mientras Felicia cuidaba a su hija y los dos hijos de su señor.
La hija de Felicia se llamaba Jessica Joy, tenía seis años y siempre seguía a Rex y mi oro cuando podía.
"Tía Felicia que están haciendo papa y mamá."
Felicia solo suspiro ante Rex que hizo la pregunta, ya había intentado que no la llamara así pero seguía llamándola así y simplemente ya lo dejó ser.
"Señorito sus padres están haciendo una visita, luego nos mjdaremos al lugar donde podrán jugar tu y tu hermana"
Felicia respondió mirando tanto a Rex como a Mizore y su hija que no había expresado su pregunta pero se veía inquieta.
Pasaron unos minutos donde un doctor entró a la habitación de sus padres y estuvieron hablando adentro antes de que el doctor viera a salir.
Un minuto antes cuando el doctor estaba en la habitación.
"Entonces doctor, le están dando de alta apenas despierte."
"Así es, solo se las tomo la espada que le genero una lesión menor que ya ha sido tratada, solo es que repose unos días en casa, en cuanto a su pérdida..."
Despues de mirar a la joven con una mirada triste.
"Realmente la golpeo duró, la mejor ayuda que puede conseguir en este momento es la gente importante que hay en su vida."
Juan asiento ante las palabras del doctor esperando que fuera suficiente y su esposa miraba a Lusamine que todavía descansaba, apenas termino de dar el informe, el doctor salió de lugar.
El lugar quedó en silencio por un momento y Juan llamó a Felicia.
"Felicia, quiero que vayas con los criados de Lusamine y lleven a los niños a la mansión Aether en la isla, dígales que Lusamine será dada de alta hoy y la llevaremos apenas despierte."
"Entendido señor."
Felicia salió de allí, llevándose a los niños como le habían ordenado y un poco aliviada por las buenas noticias.
Habían viajado por la isla Melemele junto con una de las chóferes de la familia Aether, y tardaron en llegar a la mansión unos treinta minutos, la casa estaba bien vigilada y Felicia que vio los alrededores asintió con satisfacción y vio a los niños que se habían quedado dormidos en el camino dando un poco de tranquilidad mientras bajaban maletas y organizaban todo, sus padres llegarían con el tiempo junto a la nueva señora de la casa.
Paso el tiempo y Felicia aprovecho para organizará varias habitaciones en la mansión para cuando llegarán sus señores junto a la señorita Lusamine y afortunadamente no tomo más de dos horas que ellos llegarán.
Rex y su hermana estaban dormidos juntos con Jessica, había pasado tres horas y el se levantó y despertó a su hermana.
"*Bostezo*..... Mmmm, Mizore levántate."
La pequeña se movía un poco, pero como siempre era la perezosa de los gemelos. Rex la miro por un momento más y se levantó un momento y volvió a mirarla y sonrió malvadamente y sacó unos de sus juguetes trampa que siempre tenía con él... Un clazon de aire comprimido y se preparo para presionará. Al siguiente momento.
¡BEEEEEEEEEEEEEEP!
""¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAAA!!""
Los gritos resonaron por toda la mansión después del clazon y se escuchaba una riza estridente.
"¡Jajajajaja, eso pasa por no querer levantarse, jajajajaja!"
"¡REX!"
Sus padres que habían escuchado la conmision entraron apresuradamente pero vieron a Rex riendo y se dieron cuenta que era otra de sus pallasadas.
"Rex, cariño que te hemos dicho sobre las bromas"
Rex miro a su madre y apunto a las niñas y dijo.
"Las intente levantar y no quisieron así que lo use"
Saeko solo negó con la cabeza al pensamiento atravieso de su hijo.
"Ya te dije que no hagas, recuerdas el último accidente de tu hermana por eso."
Rex estaba que reía nuevamente al escuchar eso, pero al ver a su hermana culminando lo con la mirada junto a Jessica se disculpo.
"L Lo siento"
Su madre asintió, miro a sus hijos y a Jessica y recordó que no había presentado a sus hijos a Lusamine y pensó que podrían alegrar le un poco el día de la tristeza en la que estaba.
"Rex, Mizore, les quiero presentar a alguien, vengan conmigo"
Rex asiente y sigue a su mamá, Mizore por otro lado mira a su mamá y pregunta.
"A quien mami."
Su madre sonríe y le responde con cuidado.
"No hay prisas, sígueme y lo sabrás."
Ella asintió y siguió a su mamá junto a su hermano.
Habían llegado a una habitación un poco más amplia y su madre habló mientras miraba a las chicas que estaban en la cama y a lado de ella.
"Niños dejame presentarles Lusamine y Wicke."
Esta pequeña reunión cambiaría todo para ellos y sus padres no lo sabían.