Mi promesa vale mucho dinero

Jill estaba bastante molesta porque no había logrado obtener ningún detalle de Wendy. Pero Wendy no era la única protagonista principal de toda esta historia.

Una idea la golpeó y una sonrisa se extendió lentamente por su rostro. 

Entró en el ascensor y presionó el botón del piso 88. Iba a dirigirse directamente a la oficina del otro personaje principal, Michael Lucas.

Michael estaba, de hecho, un poco sorprendido al ver que era Jill quien había llamado a su puerta. No había hablado mucho con ella, pero su impresión de ella era muy profunda.

Después de todo, Jill había hecho que Wendy actuara como ella misma cuando regresó por primera vez a Ciudad del Lago como Corrine.

—La sonrisa en tu cara me dice que todavía estás de buen humor —Jill no habló intencionalmente con deferencia solo porque ocupaba un puesto bajo en la empresa. Continuó hablando con su habitual confianza.